Aprobada la creaci¨®n del Consejo de Seguridad Nuclear

El Pleno del Congreso de los Diputados aprob¨® ayer el proyecto de ley del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en el que s¨®lo se introdujo una ligera variaci¨®n t¨¦cnica, propuesta por la Minor¨ªa Catalana. UCD se opuso sistem¨¢ticamente a las enmiendas, defendidas por socialistas y comunistas principalmente, quienes repitieron su disgusto por el contenido final de la ley. Sobre todo, los comunistas expresaron su radical disconformidad por boca de Ram¨®n Tamames, quien afirm¨® que para la ley que ha quedado habr¨ªa bastado con cambiar el nombre de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN) por CSN.La primera discusi¨®n se centr¨® alrededor del n¨²mero de integrantes del CSN, que los socialistas deseaban que fuesen seis, mientras que UCD sostuvo el n¨²mero de cuatro -como finalmente se aprob¨®-, aunque el proyecto del Gobierno recog¨ªa la cifra que ahora defend¨ªa el PSOE y los comunistas prefer¨ªan diez consejeros. Javier Solana, por el PSOE, afirm¨® que al menos seis consejeros y un presidente ser¨ªa lo necesario para que el organismo pueda tener una cierta pluralidad. Ram¨®n Tamames, por el Grupo Comunista, se opuso a que el secretario general del Consejo sea nombrado por el Gobierno.

El principal debate se centr¨® en el art¨ªculo quinto, que regula la forma de elecci¨®n de los consejeros, y al que el portavoz socialista consider¨® como clave del proyecto. El PSOE mantuvo la tesis de que los miembros del Consejo no deben ser meros cient¨ªficos, sino personas de la confianza del Parlamento, aunque solventes en la materia, mientras el PCE pidi¨® que se reduzca el mandato de los consejeros de seis a cuatro a?os. Las tesis de la izquierda fueron rechazadas por UCD.

Asimismo se produjo un extenso debate en relaci¨®n con el art¨ªculo diez, que regula las tasas que las empresas del sector nuclear deber¨¢n abonar al CSN. El Grupo Comunista pidi¨® la supresi¨®n de la mayor parte del art¨ªculo, por considerar que la regulaci¨®n concreta de dichos tributos deber¨ªa hacerse en el estatuto del CSN y no en la ley que se estaba debatiendo, ya que, tal como ¨¦sta ven¨ªa quedando redactada, el Consejo no tendr¨ªa competencias en la pr¨¢ctica, sino que ser¨ªa un ?conjunto de aut¨®matas?. A ello replic¨® Mart¨ªn Oviedo que las tasas no pueden establecerse si no es sobre la base de referirse a unos servicios concretos que deb¨ªan ser detallados.

Por su parte, el Grupo Socialista pidi¨® que se suprimiese la reducci¨®n de tasas para las centrales que se construyeran en el mismo emplazamiento donde ya hubiese otra, porque, en opini¨®n de Josep Mar¨ªa Triginer, esto favorece la concentraci¨®n, que puede hacer superar los niveles admisibles de contaminaci¨®n. Mart¨ªn Oviedo replic¨® que esa reducci¨®n es l¨®gica porque al menos una parte de los estudios realizados en el primer emplazamiento ser¨ªa ¨²til para instalaciones posteriores, mientras que, seg¨²n Triginer, la concentraci¨®n precisar¨ªa muchos m¨¢s estudios, por el aumento del peligro que produce.

Tambi¨¦n se rechaz¨® la propuesta socialista de elevar el m¨¢ximo de multas a las empresas infractoras de esta ley de veinte a cien millones de pesetas. Tan s¨®lo se admiti¨® la propuesta de la Minor¨ªa Catalana de que la tasa por los estudios sobre fabricaci¨®n de componentes nucleares o radiactivos se fije por un porcentaje del coste de esos estudios, en lugar de una cantidad fija.