Roy Jenkins vaticina un sombr¨ªo futuro para Europa
Europa se enfrenta en 1980 con una crisis que supone la ruptura del orden econ¨®mico y social sobre el que se levant¨®, finalizada la segunda guerra mundial. Si no reacciona a tiempo, y este a?o puede ser su ¨²ltima oportunidad, la sociedad occidental corre el riesgo de dislocarse e incluso de sufrir un colapso.
Estas fueron las l¨ªneas generales del serio discurso que pronunci¨® ayer, ante el pleno del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, el presidente de la Comunidad Econ¨®mica Europea, el brit¨¢nico Roy Jenkins. El se?or Jenkins, que realiz¨® un balance de las actividades de la CEE durante 1979 y esboz¨® las perspectivas para 1980, no aludi¨® en una sola ocasi¨®n a la pr¨®xima ampliaci¨®n del Mercado Com¨²n ni al ingreso de Espa?a y Portugal.La situaci¨®n econ¨®mico-social no puede ser, seg¨²n el presidente comunitario, m¨¢s grave. Y de nada sirve echarle la culpa al incremento de los precios del petr¨®leo, que no puede ser, dijo, la ¨²nica causa de nuestras desgracias actuales, sino, en todo caso, el catalizador de una situaci¨®n ya existente.
El presidente Jenkins no fue nada optimista en su diagn¨®stico de las perspectivas para 1980: la tasa de crecimiento econ¨®mico de los nueve va a bajar (menos de un 2%), el pafo va a aumentar (hasta el 6%), la tasa de inflaci¨®n puede pasar del 9% al 11,5%, el d¨¦ficit del comercio exterior se incrementar¨¢ espectacularmente de 8.000 millones a 20.000 millones de d¨®lares...
La ?edad dorada? de Europa ha pasado ya definitivamente a los libros de historia. Quienes pretendan a¨²n afirmar que la crisis pasar¨¢ y que, poco a poco, Europa regresar¨¢ a los ?felices a?os sesenta? est¨¢ enga?¨¢ndose y enga?ando a la humanidad. Los signos de un cambio irreversible son claramente visibles hoy d¨ªa -dijo el se?or Jenkins-; basta comprobar el declive acelerado de varios de los m¨¢s cl¨¢sicos sectores industriales europeos, el impacto brutal que las nuevas tecnolog¨ªas ejercen sobre nuestra vida cotidiana, la modificaci¨®n de las estructuras del comercio.
El presidente comunitario examin¨® detalladamente las repercusiones de la crisis energ¨¦tica y pidi¨® a los pa¨ªses miembros de la CEE un esfuerzo inversor importante tanto en el dominio del ahorro de energ¨ªa como en el de promoci¨®n del carb¨®n y de nuevas fuentes energ¨¦ticas. ?No cometamos el error?, afirm¨®, ?de creer que porque una fuente de energ¨ªa es, en apariencia, barata, simple y explotable a peque?a escala, no puede ser tan buena como una fuente energ¨¦tica m¨¢s costosa, compleja y explotable a gran escala.?
Pero donde los tintes se vuelven m¨¢s negros, desde el punto de vista del orden social que existe hoy d¨ªa en Europa, es en el cap¨ªtulo del brutal impacto que las nuevas tecnolog¨ªas van a tener en el mercado del empleo.
Por m¨¢s que el se?or Jenkins se esforz¨® en asegurar que los efectos podr¨ªan ser corregidos con una eficaz colaboraci¨®n a trav¨¦s de los sindicatos y Gobiernos, sobre el Parlamento Europeo se vislumbr¨® el caballo negro del paro a pleno galope. Estamos ante una nueva y aut¨¦ntica revoluci¨®n industrial cuyos resultados son, a menudo, profundos y catastr¨®ficos, vino a decir el presidente de la CEE. Baste un ejemplo: en la industria relojera tradicional de la Rep¨²blica Federal de Alemania se ha observado una disminuci¨®n de puestos de trabajo de cerca del 40%, y en el sector de la impresi¨®n las predicciones menos pesimistas hablan de una p¨¦rdida de puestos de trabajo del orden del 70%.
Respeto de las leyes
La soluci¨®n que propone la CEE es la reconversi¨®n de miles de trabajadores a trav¨¦s de cursos. Ya no hay que decirles a los obreros que permanezcan en sus puestos de trabajo. Al contrario, hay que decirles que cambien, incitarles a cambiar de empleo peri¨®dicamente.
Por si la d¨¦cada de los ochenta no se iniciaba ya con bastantes s¨ªntomas de que Europa ha entrado en una nueva etapa, en la que muchas cosas van a cambiar, y probablemente no para bien, resumi¨® el se?or Jenkins, la crisis de Afganist¨¢n ha puesto al mundo en un grado de tensi¨®n desconocido desde hace veinte a?os. Mal se dibuja el futuro, y el presidente de la CEE hizo un llamamiento a la solidaridad europea y al respeto de las leyes ?no s¨®lo en nuestra sociedad, sino en el mundo entero. Esta es la roca?, termin¨®, ?sobre la que reposa la Comunidad Europea?.
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