Lucha a muerte por el poder en Kabul
El d¨ªa de San Valent¨ªn del pasado a?o marc¨® el comienzo en Afganist¨¢n de la cuenta atr¨¢s de la toma de posici¨®n sovi¨¦tica en un ¨¢rea geogr¨¢fica que, en los ¨²ltimos doce meses, pasar¨¢ a tener influencia decisiva en la pol¨ªtica mundial. En las primeras horas de la tarde del 14 de febrero de 1979 el embajador norteamericano en Kabul, Adolfo Dubs, mor¨ªajunto a cuatro secuestradores que le ten¨ªan retenido en el hotel que lleva el nombre de la capital afgana. Las circunstancias de c¨®mo se produjo este suceso son a¨²n confusas. Ahora parece claro que aquel hecho sentenci¨®, asimismo, al presidente Taraki, que diez meses antes hab¨ªa puesto su pa¨ªs en manos de los sovi¨¦ticos, tras dar muerte al pr¨ªncipe Daud, quien en 1973 hab¨ªa intentado sustituir la tradicional monarqu¨ªa afgana por un r¨¦gimen popular y democr¨¢tico.Estados Unidos presion¨® sobre Taraki, quien, con evidente debilidad, dej¨® la mayor parte de sus poderes en manos de uno de sus hombres de confianza, Hafizullah Amin, y de un consejo revoluc¨ªonario. Amin pasa as¨ª a ser el ?hombre fuerte?, si bien sus vinculaciones con los norteamericanos le pon¨ªan en una tr¨¢gica lista negra.
El Partido Comunista afgano manten¨ªa durante los ¨²ltimos veinte a?os dos facciones, el grupo khalq, al que pertenec¨ªan Taraki y Amin, considerado como m¨¢s independiente de Mosc¨² -al estilo rumano-, y el grupo parcham, dirigido por Babrak Karmal, obediente en todo a las indicaciones del Kremlin. Las divergencias entre ellos eran profundas, y Karmal, despu¨¦s de haber sido primer ministro adjunto con Taraki, fue confinado a la embajada de Praga y, posteriormente, en el exilio, hasta el pasado mes de diciembre, en que volvi¨® a Kabul, procedente de Mosc¨².
Cruzada isl¨¢mica
Los acontecimientos de Ir¨¢n con una cruzada isl¨¢mica presidida por el ayatollah Jomeini, y el enfrentamiento abierto hacia Estados Unidos, precipitaron la situaci¨®n en el vecino pa¨ªs de Afganist¨¢n. La Uni¨®n Sovi¨¦tica decidi¨® cambiar su pol¨ªtica. Mientras, Amin declaraba que el r¨¦gimen no era marxista-leninista, manten¨ªa los esl¨®ganes de ?proletarios del mundo, un¨ªos?, en numerosas pancartas distribuidas en las principales ciudades, lo cual no dejaba de ser una incongruencia, puesto que en su pa¨ªs los proletarios no existen. Taraki era una figura decorativa que serv¨ªa para que su retrato figurase en las tiendas y bazares afganos. Amin era el encargado de defender el pa¨ªs de los grupos rebeldes que, apoyados por los mullahs, exilados en Pakist¨¢n e Ir¨¢n, efectuaban numerosas acciones por aquellos d¨ªas en las provincias importantes como Herat, Banyan, Kandahar y Kabul.
Con la muerte de treinta personas pertenecientes a la facci¨®n khalq a manos de los rebeldes, pertenecientes al grupo isl¨¢mico anticomunista Jamiat Islami, provoc¨® una represi¨®n violenta. La prisi¨®n de Pule Charki se convirti¨® en un Centro de torturas, donde tambi¨¦n sufrieron los, rigores de la dictadura de Amin numerosos miembros de la facci¨®n parcham. Las diferencias entre los khalq y los parcham se convirti¨® en lucha abierta. La batalla definitiva se inici¨® en septiembre. El presidente Taraki, a su regreso de la confefencia de paises no alineados celebrada en Cuba, recibi¨® el respaldo del Kremlin, al ser recibido por Brejnev, pero Amin decide eliminarle al regresar a Kabul.
Un partido a imagen del PCUS
La primera tarea que se propuesieron los asesores sovi¨¦ticos cuando ?decidieron ? la fecha del pasado 27 de diciembre fue la de conseguir un partido fuerte y seguro, a imagen y semejanza del PCUS. Esta es su preocupaci¨®n actual. El Partido Democr¨¢tico Popular de Afganist¨¢n (PDPA) se cre¨® en 1965 al unirse los dos grupos, parcham y khalq. Pronto se producir¨ªan las disensiones entre Karmal, por un lado, y Taraki y Amin, por otro. En julio de 1977 se celebr¨® la conferencia de reunificaci¨®n, que eligi¨® un Comit¨¦ Central compuesto por treinta personas, en el que Taraki fue nombrado secretario general, y Karmal, secretario del Comit¨¦ Central y miembro del Bur¨® Pol¨ªtico.
Nuevos enfrentamientos personales debilitaron la unidad del PDPA. Tras los acontecimientos de febrero, seg¨²n fuentes sovi¨¦ticas, Amin decidi¨®, influido por Estados Unidos, descomponer el partido e influy¨® sobre Taraki para que lanzara al grupo parcham a la oposici¨®n. Envi¨® como embajadores, entre otros, a Babrak Karmal, que hab¨ªa sido viceprimer ministro en su Gobierno, y a ?la Pasionaria? afgana, Anahita Ratebzad.
La lucha ten¨ªa as¨ª dos frentes comunes contra Taraki, el religioso y el de los prosovi¨¦ticos, enviados al exilio, a la clandestinidad o hechos prisioneros o muertos.
No hay cifras exactas de las v¨ªctimas, pero los primeros resultados dados a conocer estos d¨ªas oficialmente muestran que s¨®lo en los diez meses anteriores, a diciembre fueron arrestados m¨¢s de 2.000 miembros de la facci¨®n, parcham, quinientos fueron muertos y casi otros tantos han sido dados como desaparecidos. Amin instal¨® un r¨¦gimen duro y personal y trat¨® de convertir el partido en un ap¨¦ndice de los servicios de seguridad.
Adem¨¢s de la matanza de Herat, durante este tiempo se produjeron ininterrumpidamente violentos incidentes en las provincias orientales de Badakcham, Komar, Pawar y Patkia, en el centro del pa¨ªs, en Oruzga, y fueron bombardeadas las ciudades de Kanidesh y Kunar. En un intento desesperado, porque no era, due?o de la situaci¨®n y con leg¨ªtimos temores de que en cualquier momento pudiera ser eliminado fisicamente por Taraki, que en septiembre recibi¨® instrucciones concretas de Mosc¨², Amin se adelant¨®, si bien noventa d¨ªas bastar¨®n para que corriese la misma suerte que su antecesor.
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