La crisis del lacanismo presidi¨® las Jornadas de Psicoan¨¢lisis de Barcelona
Los pasados d¨ªas 8, 9 y 10 de este mes se celebraron en Barcelona las III Jornadas de Psicoan¨¢lisis, que congregaron a 250 participantes en torno a dieciocho ponencias de las veintiuna que se hab¨ªan anunciado en principio. Las Jornadas fueron organizadas por la Biblioteca Freudiana de Barcelona, la Galega de Estudios Freudianos de Vigo y la Escuela Freudiana de Argentina.Una ausencia, la del recientemente fallecido ?scar Masotta, y una presencia igualmente irreparable, la de Jacques Lacan haciendo tabla rasa, en Par¨ªs, del lacanismo institucional, fueron protagonistas de fondo en las Jornadas. El balance final ha estado, sin embargo, en consonancia con la crisis abierta por la desaparici¨®n de Masotta en el psicoan¨¢lisis en lengua espa?ola, causante ya de una escisi¨®n de poca importancia en el primitivo grupo de Buenos Aires y de un notable desbarajuste entre los grupos dispersos por Espa?a. La fragilidad te¨®rico-institucional de aqu¨ª y la crisis de Par¨ªs influyeron, sin duda, en lo desigual de las ponencias, que oscilaron entre la calidad y brillantez de unas pocas y el baj¨ªsimo nivel del resto.
La apertura corri¨® a cargo de Jorge Jinkis, con una ponencia, muy correcta, dedicada a la memoria de Masotta, sin m¨¢s concesiones sentimentales que las que son de l¨®gica y justicia. Le sigui¨® Germ¨¢n L. Garc¨ªa, sin duda el m¨¢s brillante de los disc¨ªpulos y colaboradores de Masotta, que centr¨®, en torno al t¨ªtulo La seducci¨®n algunos de los temas claves de la situaci¨®n actual, desde te¨®ricos, como la compleja din¨¢mica de seducci¨®n analista-paciente, hasta ?pol¨ªticos?, como el papel de Francia como redifusora de la doctrina de Freud (cuya preocupaci¨®n por el tradicional vampirismo francoc¨¦ntrico fue bien notoria) y el problema esencial de la incorporaci¨®n del lacanismo al castellano, y no del castellano al lacanismo, como hasta ahora.
Pero a partir de ah¨ª, el inter¨¦s te¨®rico se derrumb¨®. Dos ponencias danesas sobre semiolog¨ªa de la histeria, de Per Aage Brandt y Ana Bundgaard, sembraron el hast¨ªo en el auditorio. El primero aun suscit¨® protestas en el debate por cierta construcci¨®n boreal sobre semi¨®tica diurna y nocturna, pero la apoteosis de vanalidad universitaria de la segunda, analizando un libro de Carmen Alcalde, dej¨® al p¨²blico exhausto.
Una ponencia de M¨®nica Torres, Acerca de Molly Bloon, provoc¨® un gran l¨ªo. En la l¨ªnea del m¨¢s tosco psicologismo literario, el an¨¢lisis del personaje joyceano, erigido en paradigma del deseo femenino, omiti¨® toda consideraci¨®n textual o, por ejemplo, que el autor del escrito era un hombre. La exaltaci¨®n identificatoria con tan m¨®rbida hero¨ªna pareci¨® llevar, a muchos a no discernir entre las palabras de Molly y las de M¨®nica.
Al d¨ªa siguiente, tras dos ponencias voluntariosas del grupo granadino (Orozco, Moreno, P¨¢ramo y Garcia Montero) sobre Lorca y La casa de Bernarda Alba, Alberto Card¨ªn hablando de Unamuno y la hist¨¦rica incluy¨®, como ilustraci¨®n de la identificaci¨®n hist¨¦rica, un furibundo ataque a M¨®nica Torres que, en ¨²ltima instancia, iba dirigido a todo el proceso formativo de Masotta en Espa?a y a cierta indigencia o anquilosamiento te¨®ricos visibles en algunos de sus disc¨ªpulos. Hubo fuerte tensi¨®n al terminar su intervenci¨®n el escritor.
De hecho, el latiguillo lacaniano actu¨® cruelmente sobre los textos literarios que se le atravesaron. El m¨¢s imp¨ªamente castigado fue Fray Luis de Le¨®n, a quien Joan Salinas ri?¨® ideol¨®gicamente por La perfecta casada. Tratolo como a un sacrist¨¢n antifeminista o monaguillo del amo, sin concederle la menor atenci¨®n a un nivel estrictamente significante. Aquellos que basaban en la riqueza formal de su prosa la consideraci¨®n de Fray Luis por encima de los agustinos de su ¨¦poca salieron desenga?ados al jard¨ªn y no acudieron a o¨ªr al vigu¨¦s Francisco Est¨¦vez.
V. G¨®mez Pin, que puso en relaci¨®n la anamnesis en Plat¨®n y en Freud, fue severamente criticado por explicar mucho el primero y decir poco del segundo. Daniel Sibony, en cambio, que empez¨® hablando de la seducci¨®n, predic¨® con el ejemplo. Pero predic¨® demasiado, despeg¨¢ndose de la teor¨ªa lacaniana con brillante facilidad y del p¨²blico con harta dificultad. Norberto Ferreira cerr¨® las Jornadas hablando del tema que, en principio, deb¨ªa haberias presidido: la histeria. Record¨®, muy oportunamente, que la fundaci¨®n del psicoan¨¢lisis como algo fuera de la psicolog¨ªa naci¨®, precisamente, al considerar la satisfacci¨®n sexual som¨¢tica como vestigio de una satisfacci¨®n imposible, por m¨¢s que ciertas ?satisfacciones? sustitutorias de la pr¨¢ctica psicoanal¨ªtica hagan pensar lo contrario.
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