Con esqu¨ªes se puede descender sobre la nieve a m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora
La prueba de descenso es la ?reina? del esqu¨ª alpino y, sin duda, la m¨¢s impresionante de todas las competiciones ol¨ªmpicas que se disputan sobre nieve. El jueves pasado, el austriaco Leonard Stock gan¨® la medalla de oro masculina, a m¨¢s de 103 kil¨®metros por hora de media. Ma?ana, lunes, se decidir¨¢ el t¨ªtulo femenino, con unas marcas que se acercar¨¢n bastante a ella. La velocidad sobre esqu¨ªes, sin embargo, que tiene en el austr¨ªaco Franz Klammer a¨²n al n¨²mero uno de los descensos - 111,367 kil¨®metros por hora, en Val Gardena, 1975-, alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en la prueba del kil¨®metro lanzado. El norteamericano Steve McKinney se convirti¨®, en octubre de 1978, en el hombre m¨¢s r¨¢pido del mundo y el primero en superar la barrera de los doscientos kil¨®metros por hora, en Portillo (Chile).
La final ol¨ªmpica de descenso, disputada el jueves por la ma?ana en una de las laderas de las White Face Mountains de Lake Placid, conflirm¨® su primac¨ªa como la prueba m¨¢s importante del esqu¨ª alpino. Pese a ser considerada como una de las peores pistas del mundo, la velocidad y la potencia exigidas a los participantes volvieron a demostrar su inter¨¦s. No se puede olvidar que donde existe riesgo, donde el deporte roza los l¨ªmites, o incluso los sobrepasa, de la aventura, despierta la l¨®gica expectaci¨®n. Hace poco menos de un a?o, exactamente el 4 de marzo de 1979, el italiano Leonardo David sufri¨® un tremendo accidente al caer precisamente en el descenso de Lake Placid, puntuable para la Copa del Mundo. El esquiador fue trasladado con un colapso a un hospital de Vermont, donde fue intervenido quir¨²rgicamente en el cerebro. En coma desde entonces, yace ahora en otra cl¨ªnica de Innsbruck, sin apenas esperanzas de recuperaci¨®n.
David es muy posible que descendiera en el instante de la tragedia a unos 120 kil¨®metros por hora. El 8 de julio de 1974, en el Plateau Rosa, una de las caras del monte Cervino, en los Alpes italianos, se mat¨® instant¨¢neamente el suizo Jean Mare Beguelin. Durante una de las pruebas del KL -kil¨®metro lanzado-, competici¨®n de m¨¢xima velocidad sobre esqu¨ªes, cometi¨® un error y cay¨® cuando iba a m¨¢s de 160 kil¨®metros por hora. Hab¨ªa viento de cara de unos veinte, y Beguelin, para ofrecer la menor resistencia, baj¨® excesivamente la cabeza, se le abrieron demasiado los esqu¨ªes y mientras se deslizaba muy cerca de una fila de banderas tropez¨® con una de ellas, desequilibr¨¢ndose. Se golpe¨® en la cabeza y se fractur¨® las v¨¦rtebras cervicales, que le seccionaron la m¨¦dula espinal. Tard¨® en parar m¨¢s de doscientos metros.
A m¨¢s de doscientos por hora
Steve McKinney, norteamericano de veinticinco a?os, 1,90 metros de altura y 86 kilos de peso, logr¨® deslizarse a finales de octubre de 1978, en Portillo (Chile), durante cien metros cronometrados a 200,222 kil¨®metros por hora. El r¨¦cord deeste tipo de competici¨®n, verdadera prueba de fuego para marcas de esqu¨ªes y de trajes, fue acerc¨¢ndose poco a poco a la fat¨ªdica barrera, y si en 1975 estaba ya en 194,384, a cargo del italiano Dino Meynet -en Cervinia-, fue el mismo McKinney el que consigui¨® 198,8 en 1977, en Portillo, antes de pasar de los doscientos un a?o despu¨¦s. Las pruebas se celebran en julio en Cervinia, y en octubre, en Portillo, a unos 160 kil¨®metros al este de Santiago, la capital, en plena cordillera de los Andes. Sobre nieve cabe se?alar que la m¨¢s alta velocidad alcanzada por un instrumento mec¨¢nico, un sky doo XR-2, ha sido de 204,8 kil¨®metros por hora, el 10 de febrero de 1973.
En los intentos de velocidad sobre esqu¨ªes ¨¦stos no deben superar los 2,40 metros de longitud ni los trece kilos de peso. Con una pel¨ªcula de seiscientos fotogramas por segundo se pudo comprobar por ejemplo, que las mayores vibraciones de las tablas a altas velocidades se produc¨ªan en las puntas, cuando lo mejor es la distribuci¨®n en toda su longitud. Con estudios de este tipo las distintas marcas pueden lanzar cada a?o al mercado productos m¨¢s sofisticados. Lindando ya con el descenso de competici¨®n, miembros de la Asociaci¨®n de Esqu¨ª Alemana Federal probaron, por ejemplo, al principio de la temporada 1979-1980, la posici¨®n ideal de los cuerpos durante las carreras. Diversos esquia dores efectuaron pruebas durante dos d¨ªas en el t¨²nel aerodin¨¢mico de la Daimler Benz, en Stuttgart Tanto para el kil¨®metro lanzado como para las partes de los descensos en l¨ªnea recta -la mayor parte del ol¨ªmpico de Lake Placid- donde el deslizamiento, m¨¢s que la habilidad, es lo principal, dicha pruebas eran fundamentales.
El l¨ªmite del cuerpo humano
El citado t¨²nel, que permite velocidades de viento de hasta 270 kil¨®metros por hora, se construy¨® para pruebas de autom¨®viles y en ¨¦l se ha obtenido ¨²ltimamente la l¨ªnea aerodin¨¢mica de la nueva categor¨ªa S, con el coeficiente de resistencia al aire m¨¢s favorable conseguido hasta ahora. En las pruebas de esquiadores todos mejoraron sus posiciones, y dos de ellos, Peter Rennoth y Sepp Wildgruber, ?lograron ir?, te¨®ricamente, a 217 y 225 kil¨®metros por hora -r¨¦cord absoluto-, cuando la anterior marca era de 207. En todos los casos, el l¨ªmite de resistencia del cuerpo humano, por el momento, parece estar muy pr¨®ximo. De cualquier forma, el riesgo o la dificultad no se sabe si es mayor cuando un esquiador desciende a 130 kil¨®metros por hora de velocidad punta por el Streiff del monte Hahnenkamm, en Kitzbuhel (Austria), uno de los pasajes m¨¢s cl¨¢sicos de las pruebas puntuables para la Copa del Mundo, o a 170 por el Breithorri del monte Cervino, en los primeros momentos del KL. A 150, el cuerpo debe soportar una presi¨®n aproximada de 220 kilogramos, m¨¢s o menos tres veces su cuerpo. Antes de que McKinney superase la barrera de los doscientos kil¨®metros por hora, algunos t¨¦cnicos pensaron que ah¨ª estaba el l¨ªmite humano.
En cualquier caso, el KL es la ant¨ªtesis de lo que quisieran ver los amantes del esqu¨ª cl¨¢sico, pues su espectacularidad circense tiene muy poco de habilidad. Sin ir m¨¢s lejos, las cr¨ªticas hechas a la pista de descenso ol¨ªmpico de Lake Placid lo han sido precisamente porque salvo los primeros metros, con pendientes del 55% y tres virajes cerrad¨ªsimos -que pudieron con Ken Read, por ejemplo-, la entrada en el Dynamide Corner, m¨¢s amplio, y ni siquiera el famoso muro Niagara Falls -cataratas-, de 70% de desnivel, ten¨ªan ya dificultades. El triunfo de Stock, a sus 103,34 kil¨®metros por hora de media, se debi¨®, sobre todo, a que supo mantener en los bulevares del Gran Ca?¨®n y Broadway, y, sobre todo, en el Easy Street -la Calle F¨¢cil-, la velocidad adquirida anteriormente gracias a su mejor posici¨®n aerodin¨¢mica y al material -esqu¨ªes, traje y ceras- Para esta prueba de sprint prolongado se produjo una verdadera demostraci¨®n de estudios, con c¨¦lulas electr¨®nicas, radares, miniestaciones meteorol¨®gicas y ordenadores, entre todas las marcas, a fin de sacar el mayor rendimiento a sus productos. No en vano los estudios han demostrado que los descensos se acaban ganando en esos largos tramos, que tienen nombres tan sugestivos como la Ratonera, en Kitzbuhel; la Cabeza del Perro, en el Lauberhorn de Wengen, o la Joroba del Dromedario, en Squaw Valley, la otra estaci¨®n ol¨ªmpica de Estados Unidos, en 1960.
El momento apropiado
En el kil¨®metro lanzado, con m¨¢s posibilidad para hacerlo que en el descenso de competici¨®n, resulta fundamental escoger el mejor momento para realizar la tentativa del r¨¦cord. Al margen del material, esquiadores como Steve McKinney, por ejemplo, esperan a la tarde, cuando sobre la nieve algo licuada por el sol de mediod¨ªa pasa una nube. Entonces se forma una fina pel¨ªcula de hielo, que favorece el deslizamiento. De todas formas, para conseguir su plusmarca de los doscientos kil¨®metros por hora utiliz¨® otra t¨¦cnica: se lanz¨® sobre nieve virgen, reciente, quiz¨¢ no tan deslizante, pero tambi¨¦n sin el riesgo de encontrar cualquier zona con piso distinto y desequilibrarse. En caso de surgir esto, y al rev¨¦s del caso de Beguelin, lo importante es saber caer derrapando como de una moto. La ca¨ªda hacia adelante puede ser mortal. Mc Kinney, antiguo integrante del equipo B de descenso norteamericano, es un profesional del riesgo. Un piloto de pruebas con esqu¨ªes.
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