El informe aperturista de Zaccagnini provoca nerviosismo en la DC italiana

En el congreso democristiano que se est¨¢ celebrando en Roma existe gran nerviosismo, sobre todo despu¨¦s del informe del secretario dimisionario, Benigno Zaccagnini. Con su discurso de cuatro horas y media, que le cost¨® un amago de colapso cardiaco en los ¨²ltimos minutos, que suscit¨® el p¨¢nico entre el p¨²blico, sucedi¨® lo que pasaba con ciertos discursos hist¨®ricos del difunto Aldo Moro cuando ?daba un paso hacia adelante? en un partido acostumbrado a una lentitud ancestral.

Toda la atenci¨®n de este congreso estaba basada sobre la respuesta que el carism¨¢tico secretario hubiera dado a la famosa ?cuesti¨®n comunista?. Todos estaban seguros que Zaccagnini pronunciar¨ªa la frase sugerida por los grupos m¨¢s conservadores de su partido: ?Por ahora no es posible negociar una forma de colaboraci¨®n en el Gobierno con los comunistas.? De esta forma, el problema se habr¨ªa aplazado de nuevo a un ulterior congreso, y todo hubiese quedado igual. Por eso, cuando Zaccagnini, recalcan do palabra por palabra, afirm¨®: ?Se trata de analizar si en las grandes cuestiones pol¨ªticas existen entre nosotros y los comunistas convergencias suficientes capaces de justificar una gesti¨®n com¨²n de gobierno?, se levantaron los primeros gritos: Jam¨¢s jam¨¢s?, mientras otros dec¨ªan: ?Elecciones, elecciones?, y nuevos gritos: ?Zaccagnini, qu¨¦date en tu puesto. Eres el mejor.? Zaccagnini afirm¨® ayer a EL PAIS que hab¨ªa querido hablar claro precisamente porque est¨¢ decidido a abandonar la secretar¨ªa aunque le reeligieran por aclamaci¨®n. ?Estoy demasiado cansado?, afirm¨®, diciendo, sin embargo, que seguir¨ªa luchando para que su partido ?no pierda la tensi¨®n moral y la apertura a las nuevas realidades sociales, tal como hab¨ªa propugnado siempre Aldo Moro?.Pero si Zaccagnini afirm¨® que no existen prejuicios para que ?ya desde ahora? su partido estudie, junto con las dem¨¢s fuerzas de mocr¨¢ticas, las posibilidades de que el Partido Comunista pueda participar directamente en el gobierno del pa¨ªs, plante¨® tambi¨¦n con mucha claridad cu¨¢les son las condiciones irrenunciables-de la Democracia Cristiana: fidelidad a la OTAN, defensa de la econom¨ªa mixta de mercado, aclaraci¨®n de lo que los comunistas entienden por ?sociedad socialista ?.

Las primeras reacciones al informe de Zaccagnini han sido m¨¢s bien positivas en lo que se refiere a la ?claridad? con la cual ha hablado. Los comunistas han apreciado abiertamente el hecho de que el secretario democristiano ?haya hecho caer los prejuicios ante la cuesti¨®n comunista?, aunque han criticado la l¨ªnea de pol¨ªtica econ¨®mica de su relaci¨®n.

El secretario general del Partido Socialista, Bett¨ªno Craxi, declar¨® a EL PAIS, antes de que Zaccagnini acabase de leer su informe, que era muy positivo el hecho de que el secretario democristiano se haya mostrado dispuesto a estudiar las condiciones pol¨ªticas para la formaci¨®n de un Gobierno de solidaridad nacional ante la situaci¨®n de emergencia del pa¨ªs, sin repetir la frase tit¨²rgica democristiana ?por ahora no existen las condiciones suficientes?.

Id¨¦ntica satisfacci¨®n demostr¨® el secretario del Partido Republicano, Spadolini, el cual hab¨ªa propuesto antes del congreso una reuni¨®n de todas las fuerzas democr¨¢ticas ?con los comunistas? para estudiar conjuntamente un programa de gobierno ?sin plantear prejuicios a priori?. Los comunistas la hab¨ªan rechazado, afirmando que en este caso deber¨ªan reunirse s¨®lo aquellos partidos que declarasen previamente la voluntad de formar un Gobierno con el PCI.

Los m¨¢s desilusionados han sido los partidos menores: socialdem¨®cratas y liberales, ya que Zaccagnini les ha dicho que deben reconocer que los socialistas han hecho impracticable la posibilidad de cualquier Gobierno que no incluya a los comunistas, mientras que sin los socialistas la Democracia Cristiana no tiene la fuerza suficiente para formar ning¨²n nuevo Gobierno sin recurrir de nuevo a las urnas.

De ?peligrosa e inaceptable? calific¨® la corriente democristiana que dirige el presidente del Senado, Amintore Fanfani, la propuesta de Zaccagnini sobre la posibilidad de un Gobierno con los comunistas.

La reacci¨®n de los ?fanfanianos?, que cuentan con un 14% de los delegados, ha sorprendido en Roma por tajante y dura, aunque este grupo siempre se ha declarado abiertamente anticomunista.

Ambig¨¹edad

Ayer empezaron ya los ataques directos a la propuesta de Zaccagnini, con intervenciones de marcado tipo ?anticomunista?, fundamentados en ?la fidelidad a los electores?. Pero los grandes ?santones?: Andreotti, Forlani, Piccoli, Cossiga, etc¨¦tera, a¨²n no han descubierto sus cartas.

Adem¨¢s est¨¢ en el aire la sustituci¨®n de Zaccagnini. Hay quien piensa que si el congreso nombrara secretario a un democristiano de la ?vieja guardia?, tras cuatro a?os de lucha en favor de la ?renovaci¨®n?, el partido caer¨ªa en la mayor paradoja e incongruencia. Otros afirman que ?todo acabar¨¢ arregl¨¢ndose, porque, en realidad, la Democracia Cristiana es un ?partido de goma?, capaz siempre de evitar dos palabras clave: el s¨ª y el no?. Quiz¨¢ por esto ha irritado tanto el ?claro? informe de Zaccagnini.