Un lap¨®n que domina a los alpinos
Austriacos, como Toni Sailer y Karl Schranz, o franceses, como Jean Claude Killy, han sido figuras legendarias del esqu¨ª alpino. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, lo que menos se pod¨ªa esperar es la ascensi¨®n al n¨²mero uno de un corredor nacido en un pa¨ªs n¨®rdico. En efecto, Ingernmar Stenmark, que el pr¨®ximo 18 de marzo cumplir¨¢ veinticuatro a?os, naci¨® en Tarnaby, peque?o pueblecito de la Laponia sueca, a quince kil¨®metros de la frontera con Noruega. Y, cuando lo l¨®gico hubiese sido tener en ¨¦l a un campe¨®n de fondo, se ha consagrado como figura alpina. De peque?o quer¨ªa ser un gran atleta y, aunque aprendi¨® a esquiar a la vez que a andar -en Tarnaby son normales temperaturas de veinticinco grados bajo cero-, jug¨® al hockey sobre hielo, al f¨²tbol de portero e, incluso, practic¨® el ciclismo. Sin que sean posibles las comparaciones, porque en la actualidad el n¨²mero de pruebas es mayor a nivel internacional (pero los corredores no por ello de mayor calidad), el r¨¦cord de quince triunfos consecutivos logrados por Stenmark en el slalom gigante es, en cualquier caso, todo un hito en la historia del esqu¨ª alpino. Imbatido desde marzo de 1978, en Arosa, Suiza, prueba final de la tercera Copa del Mundo consecutiva que tambi¨¦n ganaba, ha demostrado en la prueba m¨¢s completa -que to ma habilidad y t¨¦cnica del slalom especial, y potencia, junto a velocidad, del descenso- que su fuerza de piernas, su sentido del desliza, miento dirigido por el camino m¨¢s corto y su agresividad siempre controlada por un fr¨ªo y callado car¨¢cter, son insuperables. Ni si quiera cort¨® su racha una grave ca¨ªda, a principios de esta temporada, mientras se entrenaba para el descenso. Esta prueba, que no va a sus condiciones, le impidi¨® ganar la Copa del Mundo tambi¨¦n en 1975 y 1979, pero tal vez no lo har¨¢ en 1980, donde, adem¨¢s de tres gigantes, se ha impuesto en dos especiales. Stenmark tiene ya en su brillante historial 47 victorias, y de su seguridad ante nieves distintas dice bastante que, en las ¨²ltimas 33 pruebas, s¨®lo se ha debido retirar en dos.
El problema de Ingenimar Stenmark, mucho mayor que sus rivales o la t¨¦cnica, es su extra?a manera de ser. Taciturno e hipocondriaco, dos acepciones machadianas, cuadran perfectamente a este joven, que, junto a Bjorn Borg, otro n¨²mero uno del tenis, ha dado a su pa¨ªs, Suecia, las mayores glorias deportivas de su historia. Stenmark sigue viviendo en Tarnaby, pero Borg, aparte de s¨ª caer simp¨¢tico, lo hace por los impuestos, en Montecarlo. Es la ¨²nica diferencia.
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