La DC debe volver a sus or¨ªgenes populares, seg¨²n Guido Bodrato
Guido Bodrato, uno de los j¨®venes ?leones? de la corriente democristiana que encabeza su secretario nacional, Benigno Zaccagnini, y su ?delf¨ªn?, como afirman los observadores, ha defendido en el Congreso con gran coraje la l¨ªnea pol¨ªtica del secretario dimisionario. Bodrato est¨¢ considerado como uno de los puntales de una Democracia Cristiana ?reformada? que desea volver a sus or¨ªgenes populares despoj¨¢ndose de su ?pecado? de codicia del poder. EL PA?S le ha entrevistado en una pausa de un agotador Congreso, que permanece reunido d¨ªa y noche.
Pregunta. Al comienzo de este XIV Congreso Nacional muchos observadores aseguraban que ni siquiera Zaccagnini aportar¨ªa nada de nuevo. Sin embargo, su informe ha creado un avispero y ha dividido profundamente el partido. ?C¨®mo juzga usted este informe?
Respuesta. El informe de Zaccagnini, amplio y articulado en el an¨¢lisis y en las indicaciones de la estrategia de la DC, ha sido coherente y no ha ignorado las responsabilidades hist¨®ricas de un gran partido y, por tanto, la exigencia de credibilidad y de ofrecer una esperanza real al pa¨ªs. Por eso me ha parecido equivocado reducir el debate ¨²nicamente a la cuesti¨®n comunista.
P. ?Cu¨¢l debe ser entonces la b¨²squeda de este nuevo congreso democristiano, que, como usted ha afirmado, se desarrolla en una ¨¦poca de ?cambios profundos y de crisis de la pol¨ªtica??
R. Creo que el partido debe insistir en una recuperaci¨®n aut¨¦ntica de moralidad, en una relaci¨®n estrecha con la sociedad civil y con las nuevas formas de presencia y de participaci¨®n que se inspiran al verdadero mensaje cristiano y rescate de los valores de nuestra mejor tradici¨®n, en di¨¢logo sincero con las transformaciones y con las esperanzas nuevas de las j¨®venes generaciones. Es en esta l¨ªnea donde debemos poner en evidencia nuestra identidad.
P. El congreso se ha dividido pr¨¢cticamente entre quienes piensan que la DC ?jam¨¢s? podr¨¢ gobernar con los comunistas y quienes, como el grupo suyo, desea examinar sin prejuicios si existen las condiciones necesariase irrenunciables para tal colaboraci¨®n. ?Qu¨¦ piensa usted realmente del partido de Togliatti y de Berlinguer?
R. Nosotros no podemos ignorar la realidad pol¨ªtica y nuestro realismo no nos permite debilidades en relaci¨®n al Partido Comunista. No ignorarnos la posici¨®n r¨ªgida del PCI, pero tampoco sus contradicciones. Y, en cualquier caso, como han afirmado Craxi (secretario general socialista) y Spadolini (secretario general del Partido Republicano) es necesario encontrar la manera de poner en movimiento esta situaci¨®n tomando una iniciativa que permita verificar las rec¨ªprocas posiciones pol¨ªticas. La cuesti¨®n comunista es s¨®lo una parte, aunque la m¨¢s importante de la pol¨ªtica de unidad nacional.
P. Se acusa a la Democracia Cristiana de considerarse siempre el centro de la pol¨ªtica italiana y con el pecado de no saber reconocer sus errores.
R. Yo he afirmado, sin falso pudor, en este mismo congreso, que la cr¨ªtica corrosiva que ha llevado el equilibrio del pa¨ªs al l¨ªmite de la ruptura ha sido favorecida en cierto modo por nues tras incoherencias, por nuestro defecto de encerrarnos en el ¨¢rea del poder, por considerar suficiente para gobernar el ser los mediadores entre intereses econ¨®micos contrapuestos.
P. En este congreso, la l¨ªnea de renovaci¨®n, empezada por su gran amigo Moro y llevada a cabo durante estos ¨²ltimos cuatro a?os con tanto tes¨®n por Zaccagnini y por sus m¨¢s leales colaboradores, no ha conseguido ser mayoritaria, y en muchas ocasiones ha sido duramente criticada de filocomunista. ?Seguir¨¢n defendi¨¦ndola aunque queden en minor¨ªa?
R. A mi juicio es impensable pensar en esta nueva fase de renovaci¨®n como si se tratase de un par¨¦ntesis. No es proponible tampoco una restauraci¨®n. No podr¨ªamos, ni aun queri¨¦ndolo, volver hacia atr¨¢s sin pagar un alto precio en lo que se refiere a la credibilidad del partido. Por otra parte, quienes en el Congreso han dicho no a nuestra l¨ªnea pol¨ªtica de renovaci¨®n y de di¨¢logo con todas las fuerzas democr¨¢ticas sin excluir, por prejuicio, a los comunistas, no han presentado ninguna otra alternativa.
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