Un drama en busca de un adi¨®s

?El 24 de enero de 1977 el p¨¢nico corri¨® por Madrid. Parec¨ªa entonces que la matanza de Atocha era el final del entonces lento proceso democratizador y del inicio de una noche de los cuchillos largos.Ayer, tres a?os despu¨¦s, al hilo del juicio oral contra los presuntos culpables del asesinato de Atocha, volvi¨® a correr el p¨¢nico por Madrid. Los fascistas no bajan la guardia. Son, como dicen sus copias, inasequibles al desaliento. Sus voces, sus gritos, sus amenazas, aun con un espectacular montaje policial de por medio, sonaron en todas las esquinas de la ciudad: pintadas, llamadas telef¨®nicas, conatos de manifestaci¨®n, encendidos art¨ªculos en la prensa adicta...

El p¨¢nico acompa?a siempre a los extremos. Sus carest¨ªas ideol¨®gicas se refuerzan siempre con alardes de fuerza. La fuerza es, precisamente, su gran raz¨®n. Es lo mismo cu¨¢l sea su nombre de bautismo, si embisten por la derecha o si derrotan por la izquierda. Al final, su objetivo siempre es id¨¦ntico: sojuzgar el ¨¢nimo de los ciudadanos de a pie, secuestrar la libertad colectiva para tratar de llevar el ascua a su maloliente sardina de crispaciones y encastillamientos. ( ... )?

, 19 de febrero