Andaluc¨ªa
LA VALORACION de los resultados del refer¨¦ndum del 28 de febrero no puede limitarse a registrar que el elevado list¨®n que era necesario saltar en todas y cada una de las ocho provincias andaluzas para poner en funcionamiento la v¨ªa del art¨ªculo 151 ha sido limpiamente superado por seis provincias, en tanto que Ja¨¦n -salvo que las impugnaciones de la oposici¨®n prosperen- lo ha rozado y tan s¨®lo Almer¨ªa ha quedado descolgada. Sobre un total de poblaci¨®n censada de casi cuatro millones y medio de electores, han faltado unos 25.000 votos -22.500 de Almer¨ªa y 3.000 de Ja¨¦n- para que la pregunta sometida a refer¨¦ndum fuera aprobada.Tras las restricciones a la campa?a electoral (la pregunta absurda, el bloqueo informativo en televisi¨®n y en los medios de comunicaci¨®n estatales, la escasez de los fondos y la demora en allegarlos), la oposici¨®n acusa ahora al Gobierno de haber inflado todav¨ªa m¨¢s los ya engordados censos electorales con procedimientos del caciquismo de la Restauraci¨®n, a fin de favorecer la opci¨®n abstencionista. Si esas graves imputaciones llegaran a confirmarse, habr¨ªa que ir pensando que se ha iniciado ya la deriva de Espa?a hacia cierto ?tercermundismo? pol¨ªtico. ,
Los resultados de la consulta popular no van a producir presumiblemente otra reacci¨®n exterior del Gobierno que un aluvi¨®n de argucias para presentar lo que ha sido un descalabro como un triunfo. Pero esta apolog¨¦tica gubernamental, que sin duda se avecina, no deber¨ªa impedir al se?or Su¨¢rez y a su Gobierno reflexionar serenamente a cerca de las implicaciones y significados de este peque?o-Waterloo sufrido en Andaluc¨ªa. La cosa ha sido tanto m¨¢s grave cuanto que las razones que esgrim¨ªa el Gobierno respecto al procedimiento para negociar las instituciones de autogobierno eran, fuera de otras consideraciones, de mayor peso que las sostenidas por la oposici¨®n.
En efecto, la v¨ªa del art¨ªculo 151 apuntaba esencialmente a que las fuerzas pol¨ªticas predominantes en Catalu?a y en el Pa¨ªs Vasco, entre las que no figura el partido del Gobierno, pudieran negociar la autonom¨ªa, si no en pie de igualdad, al menos como interlocutores v¨¢lidos, con el poder ejecutivo y con una muestra representativa del Congreso de los Diputados. De esta forma, los partidos pol¨ªticos que -como el PNV, en Euskadi, y Convergencia Democr¨¢tica, en Catalu?a- representan a gran parte de la burgues¨ªa y las clases medias de esos territorios quedaban facultados, junto a los socialistas vascos y los socialistas y comunistas catalanes, para negociar con el Gobierno de UCD y la Comisi¨®n del Congreso, en la que el grupo parlamentario centrista es predominante. Las dimensiones pol¨ªticas de la cuesti¨®n vasca y de la cuesti¨®n catalana, de forma m¨¢s o menos directa relacionadas con reivindicaciones o tentaciones independentistas, no s¨®lo hac¨ªan aconsejable ese procedimiento, sino tambi¨¦n las caracter¨ªsticas especiales de sus instituciones de autogobierno, en especial el Parlamento propio y el Gobierno elegido por ¨¦ste.
Ya el debate sobre el Estatuto gallego, incluido constitucionalmente en la v¨ªa del art¨ªculo 151, mostr¨® la incongruencia de una negociaci¨®n entre el Gobierno del Estado de UCD y el Gobierno de Galicia de una fracci¨®n de UCD. A falta de burgues¨ªa nacionalista, negociaciones de ese g¨¦nero tienen forzosamente que convertirse, bien en una exhibici¨®n de ventriloqu¨ªa de UCD, bien en una pugna entre el Gobierno y la oposici¨®n socialista y comunista.
Aunque tarde, el presidente Su¨¢rez se percat¨® del callej¨®n sin salida al que le hab¨ªa conducido, en la etapa constituyente, el necio intento de rebajar el significado pol¨ªtico de las autonom¨ªas de Catalu?a y del Pa¨ªs Vasco mediante el invento de la posibilidad de generalizarlas a trav¨¦s del art¨ªculo 151 y de los referendos de iniciativa. Para cortar ese peligroso camino, que llevaba a una organizaci¨®n disfuncional del Estado, UCD dio un brusco giro, casi en v¨ªsperas del refer¨¦ndum andaluz, en favor del art¨ªculo 143 y de las autonom¨ªas mediante leyes org¨¢nicas discutidas y aprobadas por las Cortes. El volantazo fue dado en una valerosa actitud. de fondo, pero con tan mala fortuna que el se?or Clavero, acompa?ado por un sector del centrismo andaluz, sali¨® disparado del veh¨ªculo gubernamental para dibujarse como l¨ªder de una opci¨®n pol¨ªtica que buscar¨ªa el soporte electoral de las clases medias andaluzas. En suma, las torpezas del Gobierno y la l¨®gica interna de la apuesta del se?or Clavero podr¨ªan ser comadronas de ese partido pol¨ªtico moderado, nacionalista y de clases medias que faltaba en Andaluc¨ªa.
Sin embargo, lo realmente grave de la cadena de maniobras contra las autonom¨ªas es la humillaci¨®n sentida por el pueblo andaluz despu¨¦s del 28 de febrero. No se puede decir que los partidos de la oposici¨®n, sobre todo los socialistas, hayan actuado sin dobles intenciones y claras reservas mentales al apoyar denodadamente la v¨ªa del art¨ªculo 151, cuyos riesgos y dificultades sus propios defensores reconocen en conversaciones privadas. Sin duda, el deseo de atrapar al Gobierno en un renuncio y de arrinconarlo en una posici¨®n desfavorable se ha impuesto sobre ese deber de clarificar, decir la verdad y establecer l¨ªneas de actuaci¨®n a largo plazo que la clase pol¨ªtica espa?ola en su conjunto no termina de asumir como propio.
En cualquier caso, el da?o est¨¢ ya hecho. La discutible victoria por los pelos de la opci¨®n abstencionista no har¨¢ sino confirmar a los andaluces sus resquemores contra el centralismo y vigorizar¨¢ la infundada creencia -aceptada, sin embargo, como verdadera- de que un determinado procedimiento de negociar las autonom¨ªas y las instituciones de autogobierno as¨ª nacidas son la ¨²nica v¨ªa para solucionar los acuciantes problemas de Andaluc¨ªa -el paro, la emigraci¨®n, la injusta distribuci¨®n de la tierra, el retraso industrial, los deficientes equipamientos escolares, sanitarios y culturales- y para satisfacer los agravios comparativos respecto a las zonas desarrolladas donde los trabajadores andaluces emigran en busca de ese puesto de trabajo que les falta en su tierra. De nada vale lamentarse ante lo irremediable. Lo ¨²nico que procede ahora es que el Gobierno, y tambi¨¦n la oposici¨®n, acometan con imaginaci¨®n, pero tambi¨¦n con sentido com¨²n, los problemas que van a plantear los movimientos nacionalistas y regionalistas que UCD, aprendiz de brujo, que se crey¨® demon¨ªacamente astuta y result¨® ingenuamente irresponsable, contribuy¨® decisivamente a poner en marcha
con su estrategia de carnavales preauton¨®micos, fomento de los agravios comparativos hacia vascos y catalanes y defensa hasta las doce menos cinco de la v¨ªa del art¨ªculo 151 para Andaluc¨ªa y otras regiones.
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