El caviar de Ir¨¢n sigue llegando puntualmente a Par¨ªs
Donde m¨¢s sorprendieron las declaraciones del ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, sobre su afici¨®n al caviar y a tomarlo all¨ª donde se expende de modo m¨¢s exquisito, fue en la Maison du Caviar de Par¨ªs, donde el historiador dijo recientemente en EL PAIS SEMANAL que celebraba las noticias m¨¢s importantes y donde, por otra parte, sigue llegando puntualmente el caviar de Ir¨¢n. Las declaraciones del ministro causaron cierta controversia entre los lectores, que se han dirigido a aquel suplemento extra?¨¢ndose de los h¨¢bitos suculentos del titular del departamento de Cultura. Como para tranquilizar a esos lectores, los que trabajan en la citada casa del caviar han declarado en Par¨ªs que no han visto nunca por all¨ª a Ricardo de la Cierva.
Otro hecho importante para el futuro de las celebraciones del ministro espa?ol es que, a pesar de los vaivenes de la revoluci¨®n isl¨¢mica, el caviar iran¨ª sigue llegando puntualmente, y la casa, al contrario de lo que se tem¨ªa, no ha cerrado ni un d¨ªa.V¨ªctor Alvarez, nacido en Carracedelo, provincia de Le¨®n Bierzo bajo m¨¢s propiamente, hace cinco a?os ya que ejerce responsabilidades en la Maison du Caviar, c¨¦lebre desde hace veinte a?os que existe, porque expende los productos m¨¢s exquisitos y m¨¢s caros, procedentes del mar Caspio, pero que ahora ha saltado al estrado de la actualidad porque es aqu¨ª donde el ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva, y su mujer, se ?ponen morados de caviar? cuando tienen que celebrar una noticia importante.
V¨ªctor, desde que trajina en esta maison, ubicada a unos cuantos pasos de la embajada espa?ola y a otros tantos de los Campos El¨ªseos, no ha visto nunca al se?or ministroponerse morado, y, seg¨²n dice V¨ªctor, ¨¦l conoce a muchos diplom¨¢ticos espa?oles aficionados al caviar que visitan la maison. Eso s¨ª, ?quiz¨¢ ha venido de inc¨®gnito ?, conviene el de Carracedelo. V¨ªctor y otro compa?ero suyo asturiano, Arturo, afincado laboralmente en la misma maison, a?aden que no llegaron a verlo ellos mismos, pero que el rey de Espa?a, don Juan Carlos de Borb¨®n, en sus tiempos de pr¨ªncipe, tambi¨¦n ced¨ªa a la tentaci¨®n del caviar de la maison. Y afirman que todos los buenos paladares espa?oles respaldados por bolsas significativas visitan el templo tur¨ªstico gastron¨®mico del se?or ministro de Cultura.
En cualquier caso, el buen gusto del ministro est¨¢ a salvo respecto al ghota de toda la gama de celebridades: los pr¨ªncipes ¨¢rabes y dem¨¢s magnates de los petrod¨®lares, los diplom¨¢ticos y pol¨ªticos en candelero (V¨ªctor dice que la maison, como los bancos, no facilita confidencias), los Jean Paul Belmondo, Lino Ventura, Jane Fonda y dem¨¢s astros del firmamento f¨ªlmico hacen cola (no se reservan mesas). cada vez que desean ponerse morados a raz¨®n de 5.780 pesetas los cien gramos de beluga, 4.080 pesetas el mismo peso de oscietre y 3.230 pesetas el sevruga, los tres caviares m¨¢s finolis procedentes de todos los parajes caspianos de la revoluci¨®n isl¨¢mica, que por ahora no ha afectado en nada a todo el que desee ?ponerse morado? en esta maison, propiedad de un franc¨¦s, y que, por pura casualidad sin duda, es vecina, en la misma calle de Quentin Bauchart, de otra maison que se llama La Casa de Espa?a.
Una docena de estos emigrantes que frecuentan La Casa de Espa?a fueron interrogados por EL PA?S: diez de ellos no sab¨ªan qui¨¦n era el responsable de la Cultura, once no hab¨ªan probado nunca el caviar y ninguno sab¨ªa que, a pocos metros de su casa cultural, existe la m¨¢s fina maison parisiense de caviar.
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