Hijos del miedo
Antonio Hern¨¢ndez, autor de este filme, afirma que dos razones fundamentales le llevaron a realizarlo: una, puramente profesional, comenzar a hacer cine de alguna manera; otra, m¨¢s de fondo, exponer las circunstancias en que se llevaba a cabo la ense?anza en los internados religiosos a lo largo de pasadas d¨¦cadas. Su prop¨®sito primero lo ha conseguido dentro de un estilo personal, un tono y calidad poco comunes en trabajos iniciales; para el segundo ha ideado una trama a medias entre la realidad y la met¨¢fora seg¨²n el cual unos antiguos alumnos-v¨ªctimas se erigen en verdugos de sus antiguos profesores para hacerles padecer sus propios m¨¦todos.Tal segundo motivo ha dado pie a una serie conocida de pel¨ªculas: cuando no de libros. Baste recordar recientemente Noche de curas o Arriba haza?a, donde el final tambi¨¦n alud¨ªa a claves parecidas.
Gui¨®n de Avelino Hern¨¢?dez N¨²?ez y Antonio Hern¨¢ndez
Direcci¨®n: Antonio Hern¨¢ndez. Fotograf¨ªa: Teo Escamilla. Int¨¦rpretes: H¨¦ctor Alterio, Joaqu¨ªn Hinojosa, Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, Jos¨¦ Mar¨ªa Mu?oz, Luis Polilli, Laura Cepeda, Mary Carrillo, Miguel Narros, Vicente Hern¨¢n, William Leyton, Yolanda R¨ªos. Espa?a. Dram¨¢tica. 1979.Local de estreno: Cine azul
Toda f¨¢bula suele correr el riesgo de un excesivo esquernatisimo y, en este caso, podr¨ªa asegurarse que el pecado fundamental del filme, sobre todo en su primera mitad, es seguir demasiado fielmente su planteamiento inicial con el riesgo de la monoton¨ªa. Se salva, no obstante, en ocasiones, gracias a secuencias como la de la comida de viejos alumnos o la fingida confesi¨®n, donde el humor, un tanto elemental, alza el tono del relato. Cargada, en otras, de recursos o escenas teatrales donde el di¨¢logo viene a ser protagonista para vertir conceptos, cuando no ap¨®logos, morales, el filme recuerda en ellos a alg¨²n otro italiano como Todo modo, donde personajes de muy diversa ¨ªndole se reun¨ªan para llevar a cabo un curso de ejercicios espirituales.
La visi¨®n de los hechos, el modo de exponerlos, resulta no tanto subjetiva como unilateral. Tal apasionamiento viene dado por el hecho,de haberlos vivido muy directamente, pero ello, a su vez, otorga a esta historia una inmediata realidad para nosotros que no alcanzaba el de Elio Petri. Si, como afirma san Ignacio, todo modo es bueno para alcanzar la voluntad divina, el estilo de este nuevo director espa?ol para llevar a cabo su experiencia es v¨¢lido.
Adem¨¢s, ha contado con un grupo de actores excelentes como L¨®pez V¨¢zquez, Alterio y Politti, que, junto a Joaqu¨ªn Hinojosa, al parecer rescatado de papeles vac¨ªos, cuando no mediocres, logran humanizar sus personajes, acerc¨¢ndonos a una verdad en ocasiones a punto de perderse por un exceso de intenciones. Realizada por un equipo joven pata un p¨²blico ya no tan joven, testimonio y ejercicio de un cine a la vez al margen del comercio o convenciones, estos hijos del miedo, profesores y alumnos, especie de moderno A.M.D.G., actualiza as¨ª una corriente de denuncia que, discutida o admitida, vive, a¨²n cada d¨ªa, fuera y dentro de cierto tipo de instituciones espa?olas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.