Ojo, que cobramos del Gobierno

UN EDITORIAL de este peri¨®dico sobre el ocurrente proyecto de ley de Informaci¨®n, que el presidente de la Federaci¨®n d¨¦ Asociaciones de la Prensa y presidente de la agencia oficial de noticias Efe pretende hacer prosperar, ha merecido d¨ªas atr¨¢s la contestaci¨®n en forma de noticia de dicha agencia. En la p¨¢gina 26 de este mismo n¨²mero encontrar¨¢ el lector la reproducci¨®n de dicho teletipo, que fue le¨ªdo profusamente en los servicios informativos de la radio y la televisi¨®n oficiales el pasado lunes. Al margen de la manipulaci¨®n de los hechos que la agencia Efe hace, y a la que nos tiene acostumbrados en muchas informaciones -?para qu¨¦ hablar de RTVE, cuya actitud en el refer¨¦ndum andaluz sonroja no s¨®lo a las personas de bien, sino a las malvadas con alg¨²n sentido com¨²n?-, la campa?a desatada por Efe y el coro a?adido de las Hojas del Lunes de numerosas provincias espa?olas que se han sumado a ella, lo mismo que la caja idiota del Gobierno que es TVE, merece una serie de puntualizaciones.En efecto, el teletipo de Efe y su reproducci¨®n audiovisual pretenden, sin duda, hacer creer a la opini¨®n que EL PAIS es un peri¨®dico pagado por el Gobierno. Esto no nos parece del todo una calumnia, pues hay ilustres colegas a los que el Gobierno paga, pero s¨ª nos parece una tonter¨ªa, porque no sabemos que el Gobierno tenga inter¨¦s en hacer creer que nuestras opiniones reiteradas sobre UCD y su presidente son las v¨¢lidas. Remitimos a la colecci¨®n de EL PAIS al lector curioso para comprobar cu¨¢les opiniones son estas. Pero en cualquier caso, sobre la claridad y cantidad de los dineros estatales que la empresa editora de EL PAIS ha recibido en el entorno de la ayuda general del Estado a la prensa, el lector tiene cumplida explicaci¨®n en la citada p¨¢gina 26 de este n¨²mero. Lo que nos preocupa, en cambio, es la existencia de una agencia gubernamental de noticias como la Efe, que recibe 1.100 millones anuales de pesetas del Presupuesto del Estado y que, contra lo que establece la Constituci¨®n, no est¨¢ sometida todav¨ªa a ning¨²n estatuto que garantice el control parlamentario. En efecto, el se?or Ans¨®n -hermano del otro Ans¨®n, el que organiz¨® el foll¨®n televisivo de las cuentas mal dadas y mal ense?adas, asesor de Su¨¢rez y creador de imagen-, el se?or Ans¨®n, don Luis Mar¨ªa, asegura que la agencia Efe tiene un estatuto firmado por los trabajadores, lo que nos congratula. Ahora esperamos un estatuto firmado por los partidos pol¨ªticos que garantice lo que la Constituci¨®n dice: que el se?or Ans¨®n, o su eventual sustituto, no ser¨¢n en el futuro empleados del poder pol¨ªtico, como ahora, y que la representaci¨®n popular en Cortes controlar¨¢ el uso y el abuso de los Medios de Comunicaci¨®n Social del Estado, la agencia Efe incluida. De esa manera se evitar¨ªa que cuando un peri¨®dico inicie una pol¨¦mica sobre el rid¨ªculo proyecto de ley de Prensa del se?or Ans¨®n, ¨¦ste se abstenga de utilizar el dinero de los impuestos de los espa?oles en tratar de iniciar otra -manipulando hechos y cifras- en torno a la ayuda del Estado a la prensa. El se?or Ans¨®n es due?o de hacer lo que quiera con su dinero, no con el nuestro.

Aclarado este tema, analicemos lo que pasa con el se?or Arias-Salgado, don Fernando, director general de designaci¨®n directa del ente p¨²blico RTVE. Este se?or, que acaba de ser multado por el Tribunal de Cuentas del Reino por no dar las ¨ªdem cuando era preciso -las ¨ªdem se refiere a las cuentas de RTVE, que incluyen varios miles de millones de pesetas del erario p¨²blico-, este se?or, irritado sin duda porque la Intervenci¨®n General del Estado, del Ministerio de Hacienda, hizo un informe sobre el oscurantismo contable y la dilapidaci¨®n consciente que TVE hace del dinero de los espa?oles, y porque este peri¨®dico se limit¨® a publicarlo, decidi¨®, el pasado lunes, emitir repetidas veces por radio y televisi¨®n el susodicho teletipo, que caus¨® la natural zozobra entre nuestros lectores. Desde la muerte del General¨ªsimo no se repet¨ªa tanto un evento en nuestra televisi¨®n. ?C¨®mo es posible -se preguntaba la gente- que EL PAIS cobre del Gobierno para decir las cosas que dice de ¨¦ste? La sospecha de que las lecturas prohibidas del marqu¨¦s de Sade hab¨ªan hecho mella en los sentimientos masoquistas de los ministros de UCD comenz¨® a tomar carta de naturaleza.

Pero no es masoquismo, es simplemente enajenaci¨®n mental. En primer lugar, porque nada tiene que ver la ayuda a la prensa con el sugerente proyecto de ley de Informaci¨®n -envidia del propio Goebbels- que el bueno del se?or Ans¨®n ha entregado al Gobierno en una reuni¨®n de los presidentes de las asociaciones de la prensa de Espa?a con el jefe del ejecutivo. En segundo lugar, porque, aunque todos los de EL PAIS fu¨¦ramos esp¨ªas de Mosc¨², terroristas de ETA, sicarios del Gobierno, ladrones de carteras e incluso un poco travestistas, la corrupci¨®n en TVE seguir¨ªa siendo la corrupci¨®n en TVE, y el se?or Arias-Salgado seguir¨ªa siendo el se?or Arias-Salgado. Eso son cosas que ya no tienen remedio.

Por eso no vamos a gastar mucha m¨¢s tinta y papel, que est¨¢n caros, a pesar de las subvenciones gubernamentales esas, en repetir dos cosas: que la existencia de una v¨ªa ¨²nica de acceso a la profesi¨®n period¨ªstica, adem¨¢s de una necedad, es un sistema coactivo que limita la libertad de prensa. Y en eso no s¨®lo nos apoyan -como resulta la

obsesi¨®n del presidente de la agencia Efe- las opiniones de alg¨²n sindicato marxista, sino la larga, experiencia del liberalismo norteamericano y las concepciones humanistas occidentales sobre la libertad de prensa. Ning¨²n pa¨ªs del Occidente libre tiene ese sistema tan tonto que el se?or Ans¨®n propone para ejercer el periodismo. Claro que ning¨²n pa¨ªs tiene al se?or Ans¨®n en su n¨®mina. Ni al se?or Arias-Salgado, don Fernando. No es una cuesti¨®n de pa¨ªses; es una cuesti¨®n de se?ores.

Por lo dem¨¢s, todo est¨¢ bastante claro. Este es un peri¨®dico gubernamental, y RTVE y la agencia Efe, en virtud de su independencia y bien probada trayectoria de servicio a las libertades, no han tenido otro remedio que denunciarlo a la opini¨®n. Conocedores de nuestro pecado, cumpliremos la penitencia adjunta. Y aunque sigamos cobrando del Gobierno, al menos ser¨¢ para seguir d¨¢ndole marcha.