"El Partido Socialista es el que m¨¢s se ha desgastado durante la transici¨®n
Para el alcalde de Madrid, la desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos pol¨ªticos, surgida al cabo de unos pocos a?os, es un tema muy grave, porque, seg¨²n afirma, los fascismos y los totalitarismos, cuando asedian el poder, comienzan por explotar ese descr¨¦dito de los partidos. ?Aunque en Espa?a?, dice, ?no existe el menor riesgo de golpe de Estado, porque el Ej¨¦rcito est¨¢ al lado del trono, de la democracia y del progreso. En muchos momentos hemos salido adelante gracias al Ej¨¦rcito.?Enrique Tierno opina que la formaci¨®n de un partido radical en Espa?a tendr¨ªa un gran porvenir, aunque ¨¦l no amparar¨ªa ni apoyar¨ªa el posible proyecto, si se llevara adelante, ?porque nunca he ca¨ªdo en la traici¨®n y en la deslealtad y, mientras pertenezca al Partido Socialista, no har¨¦ nada a la sombra?, se?ala.
Pregunta. Hay quien dice que usted se encuentra inc¨®modo en el PSOE.
Respuesta. No es que est¨¦ inc¨®modo realmente. Es que estoy lejos de las decisiones pol¨ªticas del partido. No me informan. Si alguna vez surge la incomodidad, es porque no s¨¦ bien por d¨®nde va el partido. Y a veces vacilo. Y no me es grato estar vacilando, porque hay que opinar. Tengo que opinar y, a veces, mi opini¨®n tiene que ser la de un ciudadano no partidario, porque desconozco la l¨ªnea a seguir. Yo entiendo que es dif¨ªcil, que no es f¨¢cil,. porque se mezclan dos, aspectos: por un lado, la necesidad t¨¢ctica de vencer al Gobierno en el Parlamento, y por otro, el tener unas claras l¨ªneas de comportamiento.
P. Parece, en cualquier caso, que usted y el Partido Socialista, o a la inversa, no se entienden.
R. Bueno, yo tengo una relaci¨®n amistosa con los cabezas del partido. Los veo alguna vez y les saludo. Pero no es falta de entendimiento. Es falta de contacto, de di¨¢logo. Claro que yo a veces digo que no s¨¦ por qu¨¦ he de tener ese contacto, porque soy un militante de base que no pertenece a ninguno de los organismos de direcci¨®n del partido. Y entiendo bien esto.
P. Pero usted es el alcalde de Madrid, que es un puesto importante para el partido y para usted.
R. Es evidente que habr¨ªa que tener mayor cohesi¨®n de la que tenemos y con personas responsables de la vida municipal, desde un nivel de inteligencia. Incluso, digamos, de capacidad. Tendr¨ªamos que tener un contacto m¨¢s cotidiano. Quiz¨¢ tendr¨ªa que tener una informaci¨®n m¨¢s profunda, m¨¢s extensa., Y esto tendr¨ªa que hacerse a trav¨¦s de una persona o de una instituci¨®n cualquiera del partido. Un organismo o una persona inteligente, capaz y de altura.
P. ?Y no encuentra usted a esa persona?
R. Pues no. No tengo contactos con una persona que re¨²na estas condiciones.
P. ?Porque no la hay en el Partido Socialista o porque usted no la encuentra?
R. No. Me supongo que est¨¢n en un proceso de reajuste y reorganizaci¨®n de la estructura del partido con respecto a la actividad municipal y a¨²n no han tenido ocasi¨®n de elegir a la persona capaz.
P. ?Con qu¨¦ persona o personas mantiene usted contactos, de todas formas, para el desempe?o de su cargo de alcalde de Madrid?
R. Por tel¨¦fono. Y alguna vez con un se?or que se llama.,.. espere, espere... Con el encargado de pol¨ªtica municipal...
P. ?Luis Fajardo?
R. S¨ª, s¨ª. Luis Fajardo.
P. Se deduce de lo que ha dicho que no tiene informaci¨®n suficiente?
R. No la tengo. Las informaciones que podr¨ªa tener son las de mi agrupaci¨®n. Y a la agrupaci¨®n, las informaciones llegan muy diluidas. Y, adem¨¢s, no tengo tiempo de ir a la agrupaci¨®n. No puedo practicar esa clase de militancia.
P. Desde que en el ¨²ltimo congreso extraordinario del PSOE se le apease a usted de la presidencia de honor, ha mantenido usted un silencio que podr¨ªa calificarse de prudente. No ha hecho ninguna declaraci¨®n al respecto.
R. Yo creo que tengo que estar al servicio de los intereses del municipio. Yo no puedo estar en los grandes problemas t¨¢cticos y te¨®ricos del partido y al mismo tiempo resolver los infinitos problemas del municipio madrile?o. Es decir, que si estoy de alcalde de Madrid tengo que esforzarme en cumplir con mi deber y responder a lo que me han pedido muchos madrile?os. No quiero pecar de vanidoso ni caer en la zafiedad, pero hay bastantes madrile?os que me votaron a m¨ª, y que realmente conf¨ªan, y tengo que dedicarme a esto. Por tanto, no me importa no estar en las grandes responsabilidades del partido. Pero lo que hace falta es que tenga informaci¨®n suficiente para poder hablar con fundamento. Pero me parece que esto se va a arreglar y que iremos por el buen camino.
P. En el Parlamento tampoco es notable su trabajo.
R. S¨ª, es cierto. He intervenido muy poco. Pero yo creo que, por fuerza, cuando lleguen los grandes problemas municipales, tendr¨¦ que intervenir m¨¢s. Conf¨ªo en que el Parlamento siga vivo y tenga m¨¢s contactos con la calle a trav¨¦s de los partidos. Ocurre que en Espa?a la gente, seg¨²n mi criterio, conoce m¨¢s a las personalidades que a las instituciones. No ocurre as¨ª en el resto del mundo occidental. Aqu¨ª las gentes han puesto su confianza o desconfianza en cuatro o cinco personas y creen que la vida de las instituciones va de una manera mec¨¢nica. Tenemos que subrayar la vida institucional, dar fuerza al Parlamento y no personalizar tanto.
P. Dos a?os m¨¢s tarde, ?est¨¢ arrepentido de la integraci¨®n del PSP en el PSOE, o de su fusi¨®n?
R. No. Contin¨²o con lo mismo que dije a mi gente cuando se plante¨® el problema. Es decir: ?Si nosotros seguimos hay que entender que ser¨¢ una larga marcha por el desierto?, que fue la expresi¨®n que emple¨¦ y que creo que tomaron a broma. Les dije: ?Debemos muchos millones y no tenemos dinero. No nos lo van a dar. Somos un estorbo y los estorbos se quitan. Nos van a quitar y por consiguiente debemos elegir.? Las gentes que estaban conmigo, salvo cuatro o cinco, no eligier6n esa larga marcha por el desierto. Eligieron la uni¨®n con el PSOE por muchas razones. A m¨ª me parece bien y, por tanto, no creo que deba arrepentirme. Los grandes intereses aconsejaban en aquel momento, a los militantes del PSP, pasarse al PSOE, que es donde pensaban que estar¨ªan m¨¢s cobijados, m¨¢s protegidos y con mayores posibilidades.
P. ?A usted no le di¨® pena dejar su proyecto pol¨ªtico de m¨¢s de veinticinco a?os?
R. Evidentemente. Tenga usted en cuenta que era un ensayo que ahora habr¨¢ que volver a hacer. Que ya est¨¢n haciendo por ah¨ª. Y es que el PSP era el partido radical.
P. De eso quisiera hablarle.
R. Como guste, como guste. Y es que ahora aparece lo que yo estuve intentando hacer. Yo estuve muy pr¨®ximo a la idea que los italianos llaman la socializaci¨®n del poder. Yo estaba convencido de que los partidos pol¨ªticos no deb¨ªan tener una estructura piramidal, sino que deber¨ªan ser como un paralelep¨ªpedo, como un ladrillo. Y, si, fuera posible, como una superficie, como un papel. Es decir, que los que mandan y Ios que obedecen estuvieran al mismo nivel. Tambi¨¦n creo que yo quimerizaba. Como otras veces en mi vida, pequ¨¦ de ut¨®pico. Aquello entonces era irrealizable y, ahora, es posible que tambi¨¦n.
P. ?Ha mantenido alg¨²n contacto para la creaci¨®n de ese partido radical?
R. No. Le hablo a usted con toda sinceridad, como suelo hacer. De lo contrario, me callar¨ªa.
P. Si fuera al contrario, ?usted amparar¨ªa el proyecto de un partido radical?
R. No. Yo no puedo. Porque pertenezco a un partido y soy una persona que ha procurado comportarse con honradez. Antes de tomar una decisi¨®n tendr¨ªa que dejarlo todo. Y no podemos permitirnos el lujo de prescindir de los partidos ni de empezar siempre. Que aparezca un partido radical me parece bien porque creo que el pa¨ªs debe de tener voceros de lo que se hace mal, gentes que expliquen d¨®nde est¨¢ el camino de la ¨¦tica y que, adem¨¢s, puedan hacerlo con limpieza en la conducta y con actitudes transparentes. Eso me parece bueno para cualquier pa¨ªs. Lo que hace falta, si ese partido surge, es que surja de tal manera que no se le puedan achacar los vicios de los dem¨¢s. Lo primero que tendr¨ªa que hacer es lo que hizo el partido radical italiano: advertir que nunca. llegar¨ªa al poder.
P. ?Cree usted que ese hipot¨¦tico partido radical espa?ol tendr¨ªa espectro pol¨ªtico suficiente?
R. Yo creo que s¨ª. Porque el radicalismo aparece como un liberalismo de nuestro tiempo. Como una defensa de los mecanismos sociales frente a los mecanismos exclusivamente estatales, y pol¨ªticos. Pero sin la doctrina absoluta de la libre competitividad o de la Ubre competencia, sino con muchas rectificaciones. Yo definir¨ªa el radicalismo como un liberalismo al nivel de los tiempos.
P. ?Descarta usted, pues, que pueda pasar a formar parte en un futuro de ese posible nuevo partido?
R. Ya le he dicho que lo descarto. Yo nunca he ca¨ªdo en la traici¨®n ni en la deslealtad. Por eso, mientras pertenezca a un partido, no har¨¦ cosas en la sombra, sino que lo har¨¦ todo a la luz, y nada que vaya en contra del partido en el que estoy. Creo, sin embargo, que el partido radical tendr¨ªa gran porvenir y mucha clientela posible podr¨ªa estar en la que ten¨ªa el PSP.
P. Ha hablado usted de los vicios de los partidos pol¨ªticos. ?C¨®mo sit¨²a usted esa afirmaci¨®n en la situaci¨®n pol¨ªtica actual?
R. Hay varios problemas pol¨ªticos graves. Tanto que estoy convencido de que los problemas econ¨®micos son secundarios y que podr¨ªan resolverse si antes se solucionasen los problemas pol¨ªticos. Tenemos muchos ejemplos en nuestra historia, entre ellos C¨¢no vas. El principal de todos los problemas es que el instrumento pol¨ªtico esencial, que son los partidos, pasan por un momento de desconfianza suma entre los ciudadanos. Y esto, qui¨¦rase o no, es muy grave. Estamos llegando a una situaci¨®n parad¨®jica. Y es que los partidos pol¨ªticos, que son el instrumento que debe sostener y fortalecer la democracia, se est¨¢n convirtiendo en un elemento que desequilibra y que, en cierto modo, contribuye a destruir la propia democracia. Si seguimos por ese camino, la sociedad tendr¨¢ que defenderse de los partidos pol¨ªticos en el mismo nivel en que antes se defend¨ªa del Estado. Lo grave es que, hoy por hoy, no podemos permitirnos el lujo de prescindir de los partidos. Yo dir¨ªa que ojal¨¢ hubiera una gran pausa que permitiera a los partidos organizarse y reflexionar.
P. El descr¨¦dito de los partidos, ?afecta a todos por igual?
R. Esa es una pregunta responsable para m¨ª. Es una pregunta dif¨ªcil. Usted debe comprender que estoy respondiendo como un militante de base, que es lo que realmente soy. Aunque sea diputado y alcalde de Madrid, no tengo participaci¨®n en las decisiones del partido, y, por tanto, puedo permitirme el lujo de decirle a usted que yo creo que se han desacreditado m¨¢s los partidos de izquierda que los de derechas. Y por una sencilla raz¨®n: porque los partidos de derechas no ostentan ideolog¨ªa. Lo que hacen es defender intereses y puntos de vista en cada caso concreto, pero no una concepci¨®n del mundo global. Y adem¨¢s, los partidos de la derecha han tenido el acierto de reunirse con un partido que recuerda a la antigua CEDA, aunque no sean partidos aut¨®nomos. Por contra, los partidos de izquierda no defienden ideolog¨ªas en los casos concretos, sino ideolog¨ªas globales. Y se han desgastado mucho porque esas ideolog¨ªas globales no tienen aplicaci¨®n en la pr¨¢ctica. De esta manera, el Partido Socialista, que es el gran partido de masas, por su propia dimensi¨®n y por su propio tama?o, es el que se ha desgastado m¨¢s.
P. De aqu¨ª a las pr¨®ximas elecciones, ?hay tiempo para que los partidos corrijan ese descr¨¦dito al que usted se refiere?
R. S¨ª; hay tiempo suficiente. Pero los partidos tendr¨ªan que esforzarse en recuperar esa credibilidad. Yo no digo que los partidos se est¨¦n deshuesando. S¨ª que se est¨¢n vaciando y corren el riesgo de quedarse sin sustancia. Tienen que perder sus contradicciones, porque no hay que olvidar que los preparativos t¨¢cticos de los fascismos y de los totalitarismos para ir hacia el poder siempre han comenzado por el descr¨¦dito de los partidos pol¨ªticos. Menos mal que en Espa?a no existe el menor peligro de un golpe de Estado. Esos son fantasmas. No existe el menor peligro. No veo qui¨¦n pudiera hacerlo. Yo, personalmente, pondr¨ªa la mano en el fuego en favor, en este sentido, del Ej¨¦rcito. El Ej¨¦rcito est¨¢ al lado del trono, de la democracia y del progreso, y en absoluto en contra de la Constituci¨®n. En muchos momentos hemos salido adelante merced al Ej¨¦rcito.
P. ?Qu¨¦ significa en este contexto la figura del Rey?
R. Yo creo que es la clave de b¨®veda de la democracia. Hoy por hoy, sin ser adulador, pues esto no va conmigo, ni en mi vida ca¨ª en ello, es la piedra que sostiene la democracia.
P. Volviendo a su relaci¨®n con la pol¨ªtica municipal, usted ha dicho que es la que realmente le atrae, porque es pol¨ªtica cotidiana, porque est¨¢ a ras del suelo y m¨¢s pr¨®xima a los problemas reales.
R. S¨ª; porque no es pol¨ªtica propiamente. Ah¨ª s¨ª que estamos en un nivel en que la pol¨ªtica y la administraci¨®n pueden confundirse en muchos casos.
P. Pero ?no le gustar¨ªa dedicarse a la pol¨ªtica de Estado o bien no cree que, por su talante y su experiencia, quiz¨¢ fuera conveniente para su partido que usted lo hiciera?
R. Pudiera ser que s¨ª, sin pecar de falsa modestia, porque como ahora estamos en un momento de confianza en las personalidades, yo inspiro alguna confianza a bastante gente. No s¨¦ exactamente, porque tampoco recibo esas estad¨ªsticas misteriosas que corren por ah¨ª y que dicen cu¨¢ndo se tiene m¨¢s o menos popularidad. Pero podr¨ªa estar en los primeros puestos.
P. ?No ser¨¢ que usted le resulta inc¨®modo a la direcci¨®n del partido?
R. Se dice algo de eso, pero yo no acabo de creerlo. La verdad es que yo tengo que decir de m¨ª mismo que tengo 62 a?os y, por tanto, el futuro pol¨ªtico me interesa s¨®lo en los t¨¦rminos en que pueda ayudar a mi pa¨ªs.
P. ?No es usted una persona ambiciosa, pol¨ªticamente hablando?
R. Mire usted: yo nunca he pedido nada y he cumplido con las exigencias de los partidos en los que he estado. Me present¨¦ a alcalde porque as¨ª se convino en las reuniones entre el PSOE y el PSP y porque, por otra parte, yo entend¨ªa que alguien tendr¨ªa que oponerse a la derecha, porque comprend¨ªa que habla un per¨ªodo en el Ayuntamiento en que era necesario que gobernasen las izquierdas. Y nunca quise m¨¢s. Nunca quise nada m¨¢s. Nadie puede decir que haya pedido nunca nada. Y en lo sucesivo nadie me oir¨¢ pedir nunca nada.
P. Como alcalde de Madrid, ?usted tiene constancia de que el Gobierno est¨¢ poniendo trabas a la actuaci¨®n de los ayuntamientos de izquierda?
R. No pone grandes dificultades que pudieran calificarse como hostilidad abierta, pero tampoco de facilidades. Yo comprendo que no puede ponerse a nuestro servicio, pero ha de dar facilidades, porque las que hasta ahora hemos tenido las hemos conseguido luchando por ellas.
P. Si no el Gobierno, en algunas ciudades, como Madrid, los concejales de UCD han intentado hacer pol¨ªtica obstruccionista. ?Cree usted esto?
R. S¨ª, s¨ª. Claro que lo han hecho, y seguramente volver¨¢ a repetirse. Pero mi idea sigue siendo que han de ser los partidos de izquierda quienes gobiernen. Solos o, si fuera posible, con la colaboraci¨®n de la derecha. Claro que no se le han hecho concesiones a la derecha. Todo hay que decirlo.
P. Casi un a?o despu¨¦s de su toma de posesi¨®n como alcalde, ?sigue manteniendo que al t¨¦rmino de su mandato dejar¨¢ una ciudad limpia, habitable y culta?
R. S¨ª; lo creo. Hemos empezado a salir al mercado de capitales. Estamos tratando de resolver,como no se hab¨ªa hecho hasta ahora, los problemas. sanitarios de Madrid. Estamos con una buena pol¨ªtica de convenios con los ministerios. Vamos a dejar resuelto sustancialmente el problema de la circulaci¨®n. Hemos conseguido que la Polic¨ªa Municipal sea un cuerpo respetable, y a¨²n lo va a ser m¨¢s. Ya ha mejorado mucho la circulaci¨®n en Madrid. Hemos conseguido una atm¨®sfera mejor y vamos a mejorarla mucho m¨¢s. En lo que se refiere a la estructura de la ciudad, estamos consiguiendo mejoras notabil¨ªsimas. Por fin tendremos un cintur¨®n verde. Estamos remodelando muchos barrios de Madrid. Creo que vamos a vencer el chabolismo. Y vamos a lograr que la seguridad nocturna, desde el ¨¢mbito municipal, sea mayor. Tambi¨¦n vamos a lograr que en Madrid se hable de m¨²sica y la gente se preocupe por el arte, porque estamos revitalizando la cultura.
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