La crisis de la prensa escrita

No es cierto, como publicara EL PAIS por error el domingo d¨ªa 2 de marzo, que todos los diarios de Espa?a, salvo el nuestro, hayan perdido difusi¨®n en el a?o 1979, sino que fueron los m¨¢s importantes y los de circulaci¨®n nacional los que vieron disminuir notablemente sus ventas.

La afirmaci¨®n de EL PAIS se debi¨®, pues, a un error de redacci¨®n motivado por el hecho de que de la comparaci¨®n de las cifras de difusi¨®n de 61 peri¨®dicos controlados por OJD en 1978 con las correspondientes a los mismos diarios en 1979 se observa una disminuci¨®n de m¨¢s de 100.000 ejemplares de venta al d¨ªa (de 2.453.341 a 2.352.057). La cifra global de difusi¨®n de los diarios controlados por OJD (Oficina de Justificaci¨®n de la Difusi¨®n) en 1979 es de 2.578.426 ejemplares, correspondientes a setenta peri¨®dicos controlados.Una nota de rectificaci¨®n de la OJD a este diario se?ala que 31 peri¨®dicos elevaron su difusi¨®n en 1979, pero no indica en qu¨¦ porcentajes ni detalla los t¨ªtulos. Aunque la OJD no ha proporcionado m¨¢s informaci¨®n al respecto EL PAIS ha podido establecer con la documentaci¨®n oficial a su alcance que, desde luego, al menos veintinueve t¨ªtulos -entre ellos el propio EL PAIS- aumentaron su difusi¨®n de 786.760 ejemplares diarios en total a 832.356, lo que supone un incremento en sus ventas del 5,79% respecto al a?o anterior. Sin embargo, de estos 45.000 ejemplares largos de aumento, pr¨¢cticamente el 40% corresponde precisamente a la mayor difusi¨®n de EL PAIS. Ello explica que de los diarios citados s¨®lo doce -aparte el nuestro- aumentar¨¢n su venta en m¨¢s de mil ejemplares y, de esos doce, s¨®lo dos en m¨¢s de 2.000. Estos son La Voz de Galicia, que pas¨® de 67.054 a 71.301 ejemplares, y el Abc de Sevilla, que lo hizo de 52.591 ejemplares a 56.239, con un aumento de 3.648. Mientras su colega de Madrid perd¨ªa m¨¢s de 10.000 ejemplares de difusi¨®n diaria. Las cifras de difusi¨®n del Abc de Sevilla aparecieron trastocadas por error en nuestro ¨²ltimo reportaje citado.

Lamentamos, no obstante, la afirmaci¨®n hecha de que todos los t¨ªtulos hab¨ªan descendido de difusi¨®n, pues, obviamente, no responde a la verdad, y pedimos perd¨®n a nuestros lectores; y a cuantos colegas puedan sentirse da?ados por esta equivocaci¨®n.