Cristina Bruno, Benzi y la Nacional

Cristina Bruno es pianista que no se prodiga. Pero cada una de sus salidas revela la calidad de su sonido, la belleza de su pensamiento y la claridad de sujuego. El Concierto en do mayor, K 467 ofrece en su tiempo central (andante) ocasi¨®n exacta para medir la capacidad expresiva y la hondura conceptual de la int¨¦rprete que, en el caso de Cristina Bruno, logr¨® conmover al auditorio, despu¨¦s de haber construido con blando rigor el allegro inicial, para desembocar en la gracia ¨¢gil del vivace final. La colaboraci¨®n de Roberto Benzi fue tan desigual como su desma?ada versi¨®n del Adagio yJ¨²ga del compositor salzburgu¨¦s.Mejor concebida en su visi¨®n general la Petruchka strawinskiana, tampoco se lleg¨® a conseguir el clima necesario, aunque el director abundase en el an¨¢lisis de detalles. Los mayores aplausos fueron para la pianista espa?ola, aunque no faltaran al final del concierto. La feria color¨ªstica del ballet que instalara de un golpe el nombre de Strawinsky en el primer plano de la m¨²sica europea, el golpe de tim¨®n est¨¦tico que representa, la carga de poes¨ªa que encierra, son valores que en ning¨²n caso dejan indiferente al auditorio.