Victoria de la burgues¨ªa catalana

? ... ) Pese a que no dispone de una mayor¨ªa absoluta, no hay ninguna duda de que Jordi Pujol, un banquero de 49 a?os, ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de la Generalidad, sucediendo al viejo Josep Tarradellas, s¨ªmbolo ya superado del renacimiento catal¨¢n.Pujol, catalanista convencido, es uno de los pol¨ªticos m¨¢s representativos de Catalu?a. Aqu¨ª, contrariamente a lo que ocurri¨® en el Pa¨ªs Vasco, la burgues¨ªa industrial no ha traicionado jam¨¢s a la causa regional y adem¨¢s la encuadra. Esta actitud evit¨® muchos peligros: Catalu?a no conoce el terrorismo del Pa¨ªs Vasco y su nacionalismo no tiene la tonalidad de izquierda de Andaluc¨ªa.

Las negociaciones para la formaci¨®n del Gobierno empezar¨¢n la semana pr¨®xima: una hip¨®tesis ha sido exclu¨ªda, la alianza de los comunistas. Todo es posible y Jordi Pujol puede buscar el apoyo de los socialistas de Revent¨®s o de los centristas de Ca?ellas. Pero esta soluci¨®n ¨²ltima no bastar¨ªa para aumentar el prestigio de Adolfo Su¨¢rez en la regi¨®n ( ... ). "Catalu?a", dijo Pujol, "ya no es un pe¨®n en el juego de ajedrez de los hombres pol¨ªticos de Madrid."

Esta condena de los partidos sucursalistas no asombra a nadie. La desconfianza de las regiones espa?olas por el poder madrile?o es ancestral y prevalece sobre toda consideraci¨®n ideol¨®gica. Franco reforz¨® esos sentimientos al quererlos aplastar. ( ... ?

, 23 de marzo