Valencianidad de Miguel Hern¨¢ndez
A los 38 a?os de la muerte de Miguel Hern¨¢ndez -ocurrida el 28 de marzo de 1942- sigue vigente el c¨¢lido recuerdo de este poeta, ?el puro y verdadero..., el m¨¢s real de todos .... el no desaparecido ?, seg¨²n palabras del premio Nobel Vicente Aleixandre. Su obra sigue difundi¨¦ndose por todo el mundo y es objeto de numerosos estudios literarios y ling¨¹¨ªsticos. Constantemente contin¨²an apareciendo nuevos t¨ªtulos en tomo a la obra y la vida de este gran poeta alicantino, aunque echamos en falta una traducci¨®n de su obra -al menos en forma antol¨®gica- a la lenguavalenciana, que tanto apreci¨® Miguel.En diversas ocasiones se ha puesto en duda la valencianidad de Miguel Hern¨¢ndez diciendo que su lenguaje se parece m¨¢s al ?panocho? murciano que al valenciano. La ¨²ltima afirmaci¨®n en tal sentido se ha efectuado hace unos meses en el ?Congreso Regional de Escritores Murcianos?, celebrado en Murcia a finales del pasado a?o. En tal Congreso, el novelista Jos¨¦ Luis Castillo Puche reivindic¨® para Murcia la figura de Miguel Hern¨¢ndez, levantando los consiguientes debates en pro y en contra.
La ?murcianidad? de Miguel Hern¨¢ndez la fundamentan sus defensores apoy¨¢ndose, sobre todo, en la producci¨®n literaria de su primera etapa po¨¦tica, en la que, evidentemente, estuvo influenciado por el poeta murciano Vicente Medina. En esta etapa abundan en la poes¨ªa hernandiana las terminaciones en -ico, -ica caracter¨ªsticas de la lengua murciana. As¨ª, por ejemplo, escribe ?mi barraquica?, ?huertanico?, etc¨¦tera.
No hay que olvidar que, geogr¨¢ficamente, Orihuela -patria chica de Miguel- est¨¢ m¨¢s cerca de Murcia que de Alicante, pero, cultural e hist¨®ricamente, tiene mucha mayor relaci¨®n con el reino de Valencia. Seg¨²n An¨ªbal Bueno, ?Orihuela, que ha sido ibera, romana, musulmana, reino independiente por casi cien a?os, castellana y, desde 1300, aproximadamente, aragonesa, nunca se ha sentido murciana en absoluto, aun reconociendo la buena vecindad de la gran capital?. Incluso, hoy d¨ªa, a¨²n se oye decir al huertano de Orihuela: ?Voy a Castilla?, cuando quiere manifestar que se dirige a Murcia.
Pero dejemos que sea el propio poeta quien, a trav¨¦s de su obra, nos declare su valencianidad. Uno de los m¨¢s bellos poemas de su primera ¨¦poca es el Canto a Valencia, obra que logr¨® el primer premio en un concurso convocado en Elche por la sociedad art¨ªstica Orfe¨®n llicitano. En este poema dice Miguel: ??Valencia!... ?Orgullo m¨ªo! / ?Orgullo del que viera / en tu suelo feraz la luz primera! ?
Analizando su obra -labor que ha realizado con cari?osa dedicaci¨®n su bi¨®grafa Mar¨ªa Gracia lfach- se observa el uso de t¨¦rminos totalmente valencianos. As¨ª, por ejemplo, utiliza en la prosa Pastor plural la palabra valenciana ?rosigueante?, refiri¨¦ndose a la actividad rumiante de la cabra. Igualmente, al referirse a las adelfas, prefiere utilizar el t¨¦rmino valenciano de ?baladre?, as¨ª como suele usar el verbo padecer (claramente proveniente del valenciano ?patir?) en vez del castellano ?sufrir?, y la palabra ?quijal?, en vez de muela.
Respecto a los nombres personales, utiliza el nombre valenciano de Batiste varias veces, y a su misma madre la llama con el diminutivo valenciano de ?Concheta?. Y ¨¦l mismo, entre los distintos apodos que tiene: Barbacha, Cabez¨®n, Miguelico, Lirio, etc¨¦tera, elige y prefiere que se le nombre como ?Miguel, el Visenterre?, como se llamaba a la familia de su padre.
A Miguel le gustaba usar, de vez en vez, frases en valenciano, sobre todo el cl¨¢sico ?ch¨¦?. Respecto a esto existe un texto no muy conocido. Se trata de una carta que dirige Miguel a su esposa desde la c¨¢rcel de Alicante, en la que, despu¨¦s de exponerle su dram¨¢tica situaci¨®n f¨ªsica, termina con la siguiente frase de despedida: ?Hasta dem¨¢, como decimos los valencianos. ?
Miguel Hern¨¢ndez se siente valenciano y como tal expresa sus sentimientos en su Canto a Galecia:
?Para cantar, Valencia, tu hermosura, / no empu?o el arpa de oro / que Apolo toca con experta mano, / sino el guitarro moro / del trovador huertano. / El ¨¢rabe instrumento, / que al dejarlo como un ave en el nido, / del arbusto pulido / donde lo hall¨¦, sobre la florescencia, / oigo que dice con dulz¨®n acento, /al rozar su cordaje el limpio viento: / ?Salve! ?Salve, Valencia! ... ?
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