Vicente Aranda: "No he hecho otra cosa que adaptaciones"
Estreno de "La muchacha de las bragas de oro"
Ayer se estren¨® en Madrid La muchacha de las bragas de oro, pel¨ªcula dirigida por Vicente Aranda y basada en la novela de igual t¨ªtulo de Juan Mars¨¦, que obtuvo el Premio Planeta de 1978.
?Mi filmograf¨ªa como director no es demasiado extensa?, coment¨® a EL PAIS Vicente Aranda. ?Siete pel¨ªculas. Y, aparentemente, esta es la primera vez que me enfrento a una adaptaci¨®n literaria. Digo "aparentemente" porque, tras una breve reflexi¨®n, no tardo en darme cuenta de que no he hecho, pel¨ªcula tras pel¨ªcula, otra cosa que adaptar. S¨®lo que en las seis anteriores proced¨ªa por entero a mi aire, tomando materiales de uno u otro lado, e intentando combinarlos de forma que desprendiesen su posible sentido, o que lo adquiriesen con novedad m¨¢s o menos real, a base de un procedimiento artesanal que bien podr¨ªa llamarse collage.??Esta vez todo ha sido distinto. Exist¨ªa una novela concreta, reci¨¦n publicada, se?alada con un premio literario. Confieso que mi primera lectura de la novela tuvo una intenci¨®n claramente indagatoria. Quer¨ªa saber hasta qu¨¦ punto esa novela permit¨ªa su conversi¨®n en pel¨ªcula, y ello poniendo en juego los distintos niveles de apreciaci¨®n -no siempre art¨ªsticos, ni intelectuales, ni literarios, ni puramente cinematogr¨¢ficos- a que, para bien o para mal, obliga el oficio.?
?Seguramente era un procedimiento demasiado ¨¢vido para ser eficaz. Mis conclusiones no resultaban muy claras, y hasta se las hubiese podido calificar de confusas. Prefer¨ª dejar pasar unos d¨ªas e inici¨¦ una segunda lectura, esforz¨¢ndome -aunque resulte parad¨®jico- en hacerlo con la mayor despreocupaci¨®n posible. Contaba para ello con la tranquilidad de un fin de semana y el resultado me sorprendi¨® en su momento, aunque ahora me resulte lo m¨¢s natural del mundo. Hab¨ªa tanta distancia entre la primera y la segunda interpretaci¨®n de un mismo texto, que era como si hubiese estado leyendo no la misma novela, sino otra. En la segunda lectura yo hab¨ªa colaborado con el autor en la extracci¨®n de conclusiones, y ello dentro de un tono agradable, apacible, sencillo y, sobre todo, halagador, pues es halagador sentir que uno puede pensar mientras lee. En el esp¨ªritu de esta segunda lectura esta el norte de mi trabajo como guionista y director de la pel¨ªcula. Yo deb¨ªa ser fiel a esa ¨ªntima y satisfactoria interpretaci¨®n de la novela. He hecho cuanto estaba en mi mano para que as¨ª fuese. La pel¨ªcula se acerca todo lo posible a la novela que yo le¨ª aquel fin de semana.?
?Se ha dicho muchas veces que una pel¨ªcula debe bastarse a s¨ª misma, que es in¨²til cualquier intento de se?alar al espectador "como debe ser vista". Yo estoy absolutamente de acuerdo con ello, pero a pesar de todo, a modo de juego, dir¨¦ que esta es la simple historia de un coito imposible entre dos generaciones.?
Por su parte, Juan Mars¨¦ declar¨®:
?Esta es la convulsa historia de dos personajes que se desnudan en p¨²blico con muy distinto ¨¢nimo moral. Uno lo hace por fuera y otro por dentro. A juzgar por la curiosidad visual que parece mover al espectador de hoy, cabr¨ªa pensar que Mariana-Victoria Abril, se lleva la palma del inter¨¦s p¨²blico con respecto a la exhibici¨®n de su oponente. Ciertamente su vivencia personal es m¨¢s sugestiva, a primera vista, y en su favor est¨¢n la inocencia pol¨ªtica y el encanto de la juventud; los mojigatos de siempre podr¨¢n alegar desfachatez y falta de moral en el personaje. Pero la verdad es que la desnudez de Forest-Lautaro Mur¨²a, su oponente, es la ¨²nica desnudez exhaustiva, imp¨²dica e inmoral que ofrece la pel¨ªcula.?
?Contrariamente a lo que suele creerse, el "desnudo" interior puede ser m¨¢s escandaloso -y en este caso desde luego lo es, y m¨¢s pat¨¦tico- que el exterior. Como dir¨ªa el propio personaje, las cosas no son como parecen. En mi opini¨®n, Vicente Aranda lo ha visto claro y la adaptaci¨®n y puesta en escena de la novela, es inteligente, bella y divertida.?
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