Rafael Escuredo: "Estoy dispuesto a encabezar una rebeli¨®n pol¨ªtica"
Pregunta. Ha transcurrido un mes desde la celebraci¨®n del refer¨¦ndum de autonom¨ªa. ?Ha habido en este tiempo alg¨²n gesto del Gobierno que permita pensar en el restablecimiento de unas relaciones m¨¢s amistosas con la Junta de Andaluc¨ªa?Respuesta. No solamente no ha habido gestos positivos, sino todo lo contrario. El vicepresidente del Gobierno ha venido recientemente a Sevilla y no se ha dignado comunicarle su visita al presidente de la Junta de Andaluc¨ªa; en cambio, va a Catalu?a y le falta tiempo para hacer la escena del sof¨¢ con Tarradellas. Por lo que respecta al presidente del Gobierno, s¨®lo le he o¨ªdo hablar de reconducir la autonom¨ªa andaluza, de dejar pasar el, tiempo y de que Andaluc¨ªa puede esperar, pues as¨ª lo aconseja la pol¨ªtica de Estado. Pues bien, yo le digo a Adolfo Su¨¢rez que Andaluc¨ªa no puede esperar, y estoy dispuesto a encabezar una rebeli¨®n pol¨ªtica como en un plazo de tres meses no vea una voluntad decidida del Gobierno y de UCD de dotar a Andaluc¨ªa de una autonom¨ªa plena, en igualdad de oportunidades a las nacionalidades hist¨®ricas.
P. En unas declaraciones reciente a la prensa belga, el presidente del Gobierno hablaba de la necesidad de acelerar tres autonom¨ªas, y de sus palabras parece desprenderse que Andaluc¨ªa no est¨¢ entre ellas. ?Ha hecho la Junta de Andaluc¨ªa o su presidente alguna valoraci¨®n de las mismas?
R. Yo tengo que decirle al presidente del Gobierno que si se trata de relegar a Andaluc¨ªa, como parece dar a entender, o rectifica por su propia iniciativa esta pol¨ªtica o se va a encontrar con una respuesta contundente que va a obligar al Gobierno a cambiar de actitud. Y esto no es una amenaza: es una afirmaci¨®n que se basa en el conocimiento inmediato del ambiente que se respira en Andaluc¨ªa. Yo, desde luego, estar¨¦ en la vanguardia de esa respuesta del pueblo andaluz y, porque estamos todav¨ªa a tiempo, hago un llamamiento responsable a nuestros gobernantes para que cambien de actitud. Y les digo m¨¢s: el que avisa no es traidor.
P. ?Cree que Adolfo Su¨¢rez cambiar¨¢ de opini¨®n?
R. Estoy convencido de que no.
'Gobierno deber¨ªa convocar de nuevo el refer¨¦ndum en AImer¨ªa'
P. Ultimamente se ha referido usted en m¨¢s de una ocasi¨®n a la conveniencia de una entrevista entre el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa y el presidente del Gobierno. ?Ha solicitado formalmente esta entrevista?
R. No, formalmente no la he solicitado, y hoy por hoy no tiene sentido, en la medida en que no hay un estatuto redactado que exija un compromiso del Gobierno; pero, aun as¨ª, no me importar¨ªa hablar con ¨¦l para decirle que no escuche tanto a sus consejeros ¨¢ulicos y preste m¨¢s atenci¨®n al pueblo andaluz. Ahora dice que el riesgo que UCD corr¨ªa en Andaluc¨ªa hab¨ªa que afrontarlo porque as¨ª lo exig¨ªa una pol¨ªtica de Estado. Ese argumento no se tiene en pie: yo estoy seguro que si hubieran previsto el resultado del refer¨¦ndum no tendr¨ªan la oportunidad de esconderse detr¨¢s del argumento de la pol¨ªtica de Estado, porque no habr¨ªan dado ese paso. Yo le sugiero el camino m¨¢s f¨¢cil para acabar con la tensi¨®n pol¨ªtica en Andaluc¨ªa: bastar¨ªa con que el Gobierno apoyara la repetici¨®n del refer¨¦ndum en Almer¨ªa, y le consta que razones legales y morales sobran para hacerlo, ya que ha habido un c¨²mulo de irregularidades que han sido determinantes del resultado.
P. ?Esa posibilidad no est¨¢ m¨¢s bien en manos de los tribunales?
R. Efectivamente, y porque creo en los tribunales conf¨ªo todav¨ªa en que sean aceptadas las impugnaciones presentadas. Pero, con independencia de la acci¨®n judicial, hay un margen para la decisi¨®n pol¨ªtica si existiera voluntad de enmendar la cuesti¨®n de Almer¨ªa.
P. Cuando habla usted de encabezar una rebeli¨®n pol¨ªtica, ?qu¨¦ quiere decir exactamente?
R. Todo menos la huelga general y la lucha armada o cualquier expresi¨®n violenta. Desde luego no descarto, si en tres meses no se vislumbra un horizonte claro para las reivindicaciones andaluzas, el abandono de la Junta y encabezar una protesta desde los ayuntamientos y las diputaciones. Quiero aclarar que cuando estoy contra la huelga general es porque la estructura industrial de Andaluc¨ªa la hace inviable, ya que el 80% de las empresas tienen entre diez y quince trabajadores y no est¨¢n en condiciones de soportar costes de este tipo. La huelga general es ir en contra del pueblo andaluz.
P. ?Le preocupa, entonces, la semana de movilizaciones contra que se pretende llevar a cabo en Andaluc¨ªa,para mediados de abril?
R. Los sindicatos deber¨ªan entender que en el marco del plan de urgencia para Andaluc¨ªa que propone la Junta y de la negociaci¨®n a entablar con el Gobierno y con los partidos para que defiendan ese plan en el Congreso y el Senado hay un espacio para las reivindicaciones sinIcales y un lugar de encuentro con las organizaciones empresariales.
P. ?Ese plan de urgencia tiene algo que ver con el plan de inversiones para cuatro a?os, anunciado por el ministro de Hacienda?
R. No tiene nada que ver, ya que los 140.000 millones de que hablaba Garc¨ªa Afloveros en la campa?a del refer¨¦ndum no pasan,de ser las inversiones ordinarias del Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo en ese per¨ªodo. El plan de urgencia que propone la Junta se basar¨ªa en una negociaci¨®n entre el Gobierno, la Junta, los trabajadores, los empresarios y los partidos pol¨ªticos, a fin de ponerse de acuerdo sobre un plan de prioridades y unos niveles de inversi¨®n capaces de someter a la econom¨ªa andaluza a un tratamiento de choque que estimule el pleno empleo en la regi¨®n que m¨¢s parados soporta de toda Espa?a. Se trata de un plan eminentemente social.
P. ?En qu¨¦ medida puede afectar a este plan de urgencia la victoria de los nacionalistas en las elecciones a los parlamentos vasco y catal¨¢n?
R. Los partidos pol¨ªticos nacionalistas confiesan que su inter¨¦s fundamental es el territorio en el que hacen pol¨ªtica. El nacionalismo, por otra parte, es, por su condici¨®n de interclasista, insolidario. Ya hemos visto c¨®mo la C¨¢mara de Comercio de Bilbao ha presentado un balance del d¨¦ficit de infraestructura del Pa¨ªs Vasco y va a contar para la defensa de estas reivindicaciones con el soporte de un Gobierno aut¨®nomo nacionalista. Esto, evidentemente, corren el riesgo de pagarlo los espa?oles y los andaluces, que no tenemos plataformas pol¨ªticas de autogobierno desde las que presionar al poder central. Vamos a estar por eso muy atentos al modo como el Gobierno afronta estas reivindicaciones. Me gustar¨ªa tambi¨¦n que las manifestaciones de solidaridad en telegramas y declaraciones que hacen Jordi Pujol y Carlos Garaikoetxea se tradujeran en hechos, y van a tener ocasi¨®n de demostrarlo.
P. ?Las tensiones internas de UCD despu¨¦s del refer¨¦ndum est¨¢n dificultando la marcha de la Junta de Andaluc¨ªa?
R. El proceso auton¨®mico se est¨¢ resintiendo mucho por este motivo, porque los enfrentam¨ªentos entre tendencias dificultan una respuesta y no se sabe qui¨¦nes,son los ¨®rganos de direcci¨®n del partido. Pero el pueblo andaluz no tiene por qu¨¦ pagar los platos rotos, ni de UCD, ni de ning¨²n otro partido.
'Perez Llorca, Abril y Su¨¢rez son los ¨²nicos interlocutores v¨¢lidos'
P. ?Qui¨¦n es para el presidente de la Junta el interlocutor v¨¢lido en la negociaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa por parte de UCD?
R. Desde un punto de vista formal, UCD de Andaluc¨ªa tendr¨¢ qae nombrar a sus representantes en la comisi¨®n que se constituya, pero tengo muy claro que en el nivel pol¨ªtico los ¨²nicos interlocutores v¨¢lidos son P¨¦rez Llorca, Fernando Abril y el presidente del Gobierno. Aqu¨ª, UCD puede pactar lo que quiera por quedar bien, pero luego se llega al Congreso y al Senado y lo desnaturalizan todo, como pas¨® en el tema gallego.
P. ?Qui¨¦n tiene que decir entonces la ¨²ltima palabra?
R. En definitiva, ser¨¢ necesario un compromiso del propio presidente del Gobierno antes de que el Estatuto salga de Andaluc¨ªa camino d¨² las Cortes. Ya veremos m¨¢s adelante qui¨¦nes vamos a estar en la negociaci¨®n. Yo no me la pierdo, eso desde luego.
P. Parece existir unanimidad entre los miembros de la UCD andaluza sobre la necesidad de una asamblea legislativa, pero mientras unos hablan de aplazar su elecci¨®n hasta 1983, otros piensan en 1987. ?Qu¨¦ le parecen estos planteamientos?
R. Pensar que las elecciones al Parlamento andaluz pueden retrasarse hasta 1983 es sencillamente una tonter¨ªa que no se la cree nadie. El que lo pretenda ser¨ªa, en todo caso, el ¨²nico que se presentar¨ªa a esas elecciones.
P. ?Cu¨¢ndo tendr¨ªan que ser, en su opini¨®n?
R. Como muy tarde, en el primer trimestre de 1981, tal y como se acord¨® en un pleno de la Junta de Andaluc¨ªa que sigue estando vigente. Para que eso sea posible, y tiene que serlo, el Estatuto tiene que estar aprobado en oto?o.
P. ?No pretende usted aprovechar en beneficio de su partido, el PSOE, una situaci¨®n de debilidad de UCD? ?De verdad no se puede esperar a 1983?
R. Ni se puede esperar ni al afirmar esto defiendo una actitud partidista. Estoy exigiendo lo que el pueblo andaluz ha pedido en un refer¨¦ndum masivamente. Si lo que quiere el pueblo andaluz perjudica a alg¨²n partido que lo ha hecho mal, ese es su problema. Y no debe llamar a enga?o la voluntad de poner de nuevo en marcha la pol¨ªtica unitaria en el seno de la Junta: queremos contar con UCD, pero no a costa del pasteleo y de tergiversar, mediante la negociaci¨®n pol¨ªtica, la voluntad popular, porque, antes de eso, vamos.a la ruptura.
P. ?Esa pol¨ªtica de unidad cabr¨ªa calificarla de imperfecta, dada la no participaci¨®n en la misma del PSA?
R. Yo no quiero se?alar a nadie, pero en la defensa del pueblo andaluz no van a contar los comunicados y las posturas testimoniales, sino los hechos.
P. ?Le preocupa la aparici¨®n de grupos violentos despu¨¦s del refer¨¦ndum de autonom¨ªa?
R. Me preocupa y mucho. Recientemente he estado hablando de este tema con el gobernador militar de Sevilla, que ha venido a la Junta en una visita de cortes¨ªa. Me preocupa no por lo que tenga de peligro inmediato, sino porque, de no afrontar la situaci¨®n social andaluza, estos grupos pueden encontrar el caldo de cultivo para sus intereses. Los grupos violentos no surgen espont¨¢neamente, sino que son fruto de situaciones injustas prolongadas. No hay que perder de vista tampoco que los GRAPO encontraron en Andaluc¨ªa uno de sus soportes fundamentales. Andaluc¨ªa es, adem¨¢s, geopol¨ªticamente un lugar clave: el tri¨¢ngulo defensivo de Espa?a (Baleares - Mediterr¨¢n¨¦o - Canarias) pasa necesariamente por esta regi¨®n.
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