El fin del dominio olig¨¢rquico
El golpe de ayer en Liberia, que produjo la muerte del hasta ahora presidente William Richard Tolbert, Jr, ex presidente de la Alianza Baptista Mundial y gran maestre de la masoner¨ªa liberiana, marca el fin necesario de un dominio olig¨¢rquico que ha durado m¨¢s de 130 a?os.La pol¨ªtica del presidente Tolbert, que accedi¨® al poder en julio de 1971, al fallecer su predecesor, se hab¨ªa caracterizado por un cierto reformismo que proporcionara al r¨¦gimen un apoyo m¨¢s amplio del que gozaba hasta entonces. Ante los signos de rebeld¨ªa de la gran mayor¨ªa de origen africano, manifiestos ya en la d¨¦cada de los setenta, el objetivo de Tolbert era, seg¨²n sus propias palabras, ?crear una clase media fuerte y elevar los est¨¢ndares morales con el fin de lograr una sociedad que funcione perfectamente?. Pero eran precisamente esos ?est¨¢ndares morales? de la oligarqu¨ªa los que ven¨ªan fallando en la ¨²ltima d¨¦cada, conforme la mayor¨ªa de la poblaci¨®n se hac¨ªa m¨¢s y m¨¢s permeable a la ideolog¨ªa de la liberaci¨®n africana.
La decadencia del r¨¦gimen de la minor¨ªa settler (colonos) se hab¨ªa agudizado en los ¨²ltimos meses con la crisis del que de hecho era el partido ¨²nico de la naci¨®n: el True Whig Party. Desde 1978 ven¨ªa funcionando en Liberia, en la clandestinidad, un partido de oposici¨®n denominado Alianza Progresista de Liberia, que trat¨® por todos los medios de obtener reconocimiento legal frente a la intransigencia del establishment colono. Tras un a?o de intentos infructuosos, los sectores m¨¢s moderados de la APL, situados en torno a su presidente, Gabriel Baccus Matthews, fueron desplazados por los elementos m¨¢s radicales, protagonistas de los disturbios del 13, 14 y 15 de abril de 1979, en que se produjeron 74 muertos tras la protesta popular contra el aumento del precio del arroz.
Ya en septiembre del a?o pasado, la APL logr¨® presentar su solicitud de inscripci¨®n legal bajo el nombre de Partido Progresista del Pueblo, lo que caus¨® la alarma entre la oligarqu¨ªa.
Los tres primeros meses del presente a?o fueron de acentuada tensi¨®n en el pa¨ªs, y el Gobierno hubo de acudir a una nueva amenaza para contrarrestar el creciente apoyo que el PPP obten¨ªa entre la poblaci¨®n.
En el pasado mes de marzo, ante la amenaza que supon¨ªa para el dominio colono, el Gobierno decidi¨® legalizar al PPP, desencadenando a continuaci¨®n una ?caza humana? contra los dirigentes del partido que ha sido denunciada por la organizaci¨®n independiente Amnist¨ªa Internacional. Los detenidos en esta campa?a est¨¢n ya en libertad gracias a un golpe de Estado que no casualmente ha sido dirigido por un suboficial, dado que los oficiales del Ej¨¦rcito eran en su mayor¨ªa de ascendencia settler.
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