Las diferencias de la izquierda vasca dividen al sindicalismo nacionalista
La escisi¨®n definitiva del sindicato abertzale LAB, cuyos dos sectores rivales celebraron sendos congresos paralelos durante el ¨²ltimo fin de semana, puede tener a medio plazo efectos de cierto alcance en la actual remodelaci¨®n del sindicalismo vasco.
El sector que pol¨ªticamente se identifica con Herri Batasuna, cuyo congreso se clausur¨® el domingo en el campus de la Universidad de Lejona en Bilbao, ser¨¢ el ¨²nico que ostente en el futuro las siglas LAB (Comisiones de Trabajadores Patriotas), dado el acuerdo de autodisoluci¨®n en ELA-STV adoptado por el congreso celebrado en San Sebasti¨¢n por el sector cuya referencia pol¨ªtica es Euskadiko Ezkerra. En el primer congreso de LAB, celebrado en la primavera de 1978, result¨® ligeramente mayoritaria la posici¨®n pro EE, lo que se tradujo en la decisi¨®n de abandonar la coordinadora KAS, de la que el sindicato abertzale era miembro fundador.Actualmente, tras la salida de EIA y LAIA, la KAS se reduce pr¨¢cticamente al partido HASI y su orla de influencia, por una parte, y ETA Militar, cuya situaci¨®n oficial es la de ?miembro observador?, por otra. Aunque el tema de la reintegraci¨®n o no de LAB en KAS no estaba expresamente recogido en el orden del d¨ªa, varios congresistas propusieron su inclusi¨®n, solicitando una modificaci¨®n en tal sentido de las normas previamente aprobadas. La resoluci¨®n finalmente adoptada -asunci¨®n de los cinco puntos de la alternativa KAS como eje pol¨ªtico, pero aplazamiento de la integraci¨®n org¨¢nica a un posterior debate- parece tender a armonizar el sentimiento aparentemente mayoritario de la base con el respeto estricto del procedimiento previamente establecido. Xabier Onaind¨ªa, en nombre del secretariado electo, se comprometi¨® en el acto de clausura a ?desarrollar de forma totalmente democr¨¢tica el debate sobre el trascendental tema de la integraci¨®n o no en KAS?, coordinadora a la que se define como ?bloque dirigente? del proceso revolucionario vasco.
El congreso aprob¨®, por lo dem¨¢s, una l¨ªnea que subraya el car¨¢cter ?sociopol¨ªtico de nuevo tipo? del sindicato, que no se distinguir¨¢ del ?sindicalismo tradicional reformista? por ?plantear simplemente las reivindicaciones de manera m¨¢s radical, sino por plantear otras reivindicaciones cualitativamente diferentes?. De ah¨ª la importancia acordada en el programa aprobado a reivindicaciones feministas, antinucleares, etc¨¦tera. De los cinco puntos de la alternativa KAS (amnist¨ªa, legalizaci¨®n partidos independentistas, retirada de las FOP, control del Ej¨¦rcito por el Gobierno vasco y mejora de las condiciones de vida de los trabajadores), tan s¨®lo la ¨²ltima tiene, por otra parte, un contenido espec¨ªficamente sindical. De ah¨ª que el diputado abertzale Francisco Letamend¨ªa, que intervino en el acto de clausura, considerase ?m¨¢s un elogio que un reproche? la acusaci¨®n del sector por Euskadiko Ezkerra, seg¨²n la cual ?LAB no es, ni se parece, a un sindicato, si se considera esta palabra en su sentido tradicional?.
El congreso del sector rival tiene un sentido diametralmente opuesto y constituye la culminaci¨®n de un proceso que va de un sindicalismo ultrapolitizado a una concepci¨®n m¨¢s ligada a los aspectos espec¨ªficamente reivindicativos de la actividad sindical.
La integraci¨®n en ELA-STV tiene, en esa perspectiva, el sentido de favorecer, por un parte, un sindicalismo vasco con mayor capacidad de negociaci¨®n y, por otra la perspectiva de unidad sindical, que pasar¨ªa hoy por la reducci¨®n de siglas. Esa voluntad unitaria a largo plazo encajar¨ªa, de otro lado, con el proyecto pol¨ªtico de ampliar su base hacia corrientes influidas hoy por partidos como el PC, el PSOE e incluso el PNV. El hecho de que haya decidido mantener una presencia en CC OO -a¨²n priorizando la presencia en ELA- ir¨ªa en ese sentido.
Pero, a su vez, la decisi¨®n de integraci¨®n en ELA-STV coincide con un momento particular mente delicado de este sindicato ante la consigna de afiliaci¨®n masiva al mismo, dada reciente mente a sus militantes por el PNV. ELA, que durante muchos a?os pudo sin exageraci¨®n ser considerado simplemente como ?el sindicato del partido nacionalista?, hab¨ªa logrado en los ¨²ltimos a?os una autonomizaci¨®n bastante real, plasmada incluso en severas cl¨¢usulas de incompatibilidad entre cargos pol¨ªticos y sindicales.
Las reticencias que el anuncio de la futura entrada de un sector de LAB caus¨® en los dirigentes de ELA se trocaron en cierta simpat¨ªa tras el anuncio de las intenciones del PNV, que consideran m¨¢s peligrosas a medio plazo para la autonom¨ªa del sindicato. As¨ª las cosas, la integraci¨®n a los organismos de base puede tener un efecto radicalizador en ELA-STV, central fundada bajo la influencia de lo que por entonces se conoc¨ªa como ?pensamiento social de la iglesia?, en 1911. De producirse esta ?izquierdizaci¨®n? del sindicato nacionalista, sus efectos afectar¨ªan sin duda a otras dos centrales mayoritarias a nivel de Euskadi, CC OO y UGT, as¨ª como a las relaciones entre las tres.
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