Jean Paul Sartre: "No somos hombres completos"
Bienny L¨¦vy. ?C¨®mo se explica que unos intelectuales tuvieran necesidad de aferrarse, es decir, de encontrar apoyo, fundamento, en esa porquer¨ªa?.Jean Paul Sartre. Porque se trataba de encontrar un futuro a la sociedad. Era preciso que la sociedad declara de ser la mierda que es hoy. No pensaba cambiar el mundo yo solo y por mi propio pensamiento, sino que ve¨ªa a unas fuerzas sociales que intentaban ir hacia adelante y consideraba que mi lugar estaba entre ellas.
B. L. ?No vemos ya m¨¢s claro en un punto importante? Al comienzo, el ?intelectual totalmente independiente, sin preocuparse del partido comunista, escribe El ser y la nada, y no consigue fundamentar la esperanza, dar un contenido positivo a esta trascendencia que se proyecta hacia fines venideros...
J. P. S. No lo consigue, pero tampoco lo intenta...
B. L. El intelectual independiente no se esfuerza por encontrar una verdad en el seno de esa porquer¨ªa del PC. N, elabora un pensamiento sin rendir cuentas a nadie. Pero sobreviene el atasco, y por medio de la resistencia vislumbras un contenido; sospechas que tu conclusi¨®n anterior no era certera y, para dar un contenido al futuro, de hecho, recurres a una delegaci¨®n.
J. P. S. S¨ª, necesito hombres reunidos, porque no se podr¨¢, con una sola o con varias unidades separadas, sacudir el cuerpo social y hacerlo desplomarse. Hay que partir de un cuerpo de personas que luchen.
B. L. Muy bien. Pronto llegas a plantearte, como punto clave de un pensamiento de la revoluci¨®n, o sea del futuro, la cuesti¨®n del grupo, de la uni¨®n de una pluralidad de hombres para actuar. Escribir¨¢s un libro de m¨¢s de ochocientas p¨¢ginas para exponer una teor¨ªa de los conjuntos pr¨¢cticos.
J. P. S. ?Un libro que no est¨¢ terminado!
B. L. Y que deb¨ªa tener ochocientas p¨¢ginas m¨¢s. Ahora bien, para forjar esa teor¨ªa de los conjuntos pr¨¢cticos te ves obligado a recurrir a una representaci¨®n del fin ¨²ltimo de la Historia. La tomas prestada del marxismo: la clase obrera es la encargada de rematar la prehistoria humana. Hagamos cuentas. De una primera definici¨®n del fin ¨²ltimo como fracaso pasas a una segunda definici¨®n del fin ¨²ltimo como consumaci¨®n de la historia por el proletariado.
J. P. S. Sin olvidar nunca el fracaso.
B. L. En la Cr¨ªtica de la raz¨®n dial¨¦ctica es cierto que se ve el fracaso, porque cada vez que se espera encontrar la fraternidad se tropieza con el terror. Pero lo cierto es que el principio del movimiento de pensamiento en la Cr¨ªtica de la raz¨®n dial¨¦ctica consiste en que hay un fin ¨²ltimo.
J. P. S. Deb¨ªa haber una segunda parte sobre este fin ¨²ltimo y, como bien sabes, no la he escrito.
B. L. Ninguna de las dos definiciones que has propuesto es manifiestamente satisfactoria. La primera, porque la has abandonado por la segunda: y la segunda, porque, si se me permite decirlo, nuestra ¨¦poca la abandona.
J. P. S. Yo supon¨ªa que la evoluci¨®n por la acci¨®n ser¨ªa una serie de fracasos de donde surgir¨ªa, de improviso, algo positivo que ya estaba contenido en el fracaso, pero ignorado por quienes hab¨ªan querido triunfar. Y estos triunfos parciales, locales, dif¨ªcilmente descifrables por las personas que hab¨ªan hecho el trabajo, ser¨ªan los que, de fracaso en fracaso, conseguir¨ªan un progreso. As¨ª es como he entendido siempre la historia.
El fracaso y el sentido
B. L. Ante la dificultad de pensar y de vivir al mismo tiempo el fracaso y el sentido, ante los riesgos de extrav¨ªo, se puede preferir abandonar la idea de fin...
J. P. S. Entonces, ?para qu¨¦ vi vir?
B. L. Me gusta o¨ªrtelo decir. Pero ?c¨®mo se presenta hoy esta idea del fin?
J. P. S. Por medio del hombre.
B. L. ?M¨¢s claro!
J. P. S. Quiero decir que aqu¨ª podr¨ªa demostrarse qu¨¦ es un hombre. En primer lugar, como sabes, para m¨ª no hay esencia a priori, luego no est¨¢ demostrado todav¨ªa qu¨¦ es un hombre. No somos hombres completos. Somos seres que nos debatimos por conseguir unas relaciones humanas y una definici¨®n del hombre. Estamos en este momento en plena batalla y ello durar¨¢ sin duda mu chos a?os. Pero hay que definir esta batalla: intentamos vivirjuntos, como hombres, y ser hombres. As¨ª pues, mediante la b¨²squeda de esta definici¨®n y de esta acci¨®n que ser¨ªa propiamente humana, lejos del humanismo, desde luego, es corno podremos considerar nuestro esfuerzo y nuestro fin. Dicho de otro modo, nuestro fin es llegar a un verdadero cuerpo constituido en el que cada persona sea un hombre y donde las colectividades sean tambi¨¦n humanas.
B. L. Antes de 1939 nos dec¨ªas que el humanismo es una bazofia. Algunos a?os despu¨¦s, sin habernos dado parte de tu cambio, pronunciaste una conferencia en la que te preguntabas: el existencialismo, ?es un humanismo? Respond¨ªas que s¨ª. Y luego, algunos a?os m¨¢s tarde, en el momento de las guerras coloniales, nos explicabas que el humanismo era un taparrabos para el colonialismo; hoy, por ¨²ltimo, nos dices: hay que hacer al hombre, pero eso no tiene nada que ver con el humanismo.
J. P. S. Yo odiaba en el humanismo cierto modo que tiene el hombre de admirarse a s¨ª mismo. Esto es lo que el Autodidacta, en La n¨¢usea, deb¨ªa hacer resaltar. He rechazado siempre ese humanismo y lo sigo rechazando. Tal vez haya sido demasiado definitivo. Lo que pienso es que, cuando el hombre exista verdadera y totalmente, sus relaciones con sus semejantes y su manera de ser por s¨ª mismo podr¨¢n constituir el objeto de lo que puede llamarse un humanismo, es decir, que sencillamente esa ser¨¢ la manera de ser del hombre, su relaci¨®n con su pr¨®jimo, su manera de ser en s¨ª mismo. Pero no hemos llegado a ese punto; somos, si se quiere llamarlo as¨ª, infrahombres, es decir, seres que no han llegado a ese fin que, por otra parte, quiz¨¢s nunca alcanzar¨¢n, y al que se dirigen. En este momento, ?qu¨¦ puede significar el humanismo? Si se ,considera a los seres como totalidades terminadas y cerradas, el humanismo no es posible en nuestro tiempo. S¨ª se: considera, por el contrario, que estos infrahombres tienen en ellos principios que son humanos, es decir, en el fondo, algunos g¨¦rmenes que tienden hacia el hombre y que est¨¢n por delante del ser mismo que es el infrahombre, entonces, pensar en la relaci¨®n del hombre con el hombre a trav¨¦s de los principios que se imponen hoy, a eso podremos llamarlo humanismo. Hay esencialmente una moral de la relaci¨®n con el otro. Este es un tema moral que seguir¨¢ vigente cuandoel hombre sea verdaderamente tal. As¨ª, pues, un tema de este g¨¦nero puede dar lugar a una afirmaci¨®n humanista.
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