El pianismo trascendente de Rafael Orozco
Un pianista de la categor¨ªa y de la edad de Rafael Orozco ofrece, a lo largo de sus diversas actuaciones, un doble inter¨¦s: el de las interpretaciones concretas de cada ocasi¨®n y el de seguir la curva de su evoluci¨®n. Desde este punto de vista, su ¨²ltimo recital en los ?martes? del teatro Real me parece revelador. En una anticipada madurez, cuando Orozco no ha alcanzado los 35 a?os, gran virtuosismo y honda serenidad se funden en un todo coherente, fascinante de matices?Qu¨¦ Iberia la de Orozco en su primer cuaderno! Canto interiorizado, a modo de lejana meditaci¨®n, en el primer n¨²mero (Evocaci¨®n); rara combinaci¨®n de ritmo y canto, de copia y danza y abstracta geograf¨ªa andaluza en El puerto; magnificencia colorista en el cuadro sobre el Corpus en Sevilla, en donde, pian¨ªsticamente, est¨¢ clara la influencia Chopin-Liszt. Cuadro, s¨ª, pero no pintura superficial, sino evocaci¨®n, introspecci¨®n y s¨ªntesis: marcha procesional, tonada popular (La tarara) y compromiso entre saeta-?pange lingua?, podr¨ªan ser, en otro, elementos diversifica dos para la escena de costumbres. En el genial Alb¨¦niz de Iberia se convierten en unidad de sentimiento, en proceso que va del casi silencio de la calle recoleta al apogeo de un barroquismo que no es sino transmigraci¨®n de la arquitectura andaluza. Contrastes, contra dicciones, sometidas a un orden l¨®gico e ¨ªntimamente personal. Obras complejas de interpretaci¨®n y no s¨®lo dif¨ªciles estas ?iberias ? que Orozco domina en grado sumo y en todas sus dimensiones a trav¨¦s de versiones largamente pensadas y de extraordinaria veracidad. La Espa?a superficial la tuvimos en la Rapsodia espa?ola, de Liszt, sobre los mismos temas que tratara Glinka. Entonces, Orozco diferenci¨® bien y mostr¨® c¨®mo aqu¨ª domina el virtuosismo y lo espa?ol es ¨²nicamente pretexto. Y supo a?adir a la exhibici¨®n su buena dosis de gracia, bien contrastada con la breve y magn¨ªfica meditaci¨®n sobre el tercer Soneto de Petrarca.
Ciclo de c¨¢mara y polifon¨ªa
Recital de piano por R. Orozco.Obras de Bach, Schumann, Alb¨¦niz y Liszt. 16 de abril.
Otra clave del recital: la Humoresca, de Schumann. Tambi¨¦n otra prueba de complejidad y nueva demostraci¨®n de los conceptos penetrantes de nuestro pianista. El secreto mundo del gran rom¨¢ntico, el psicologismo abstracto de una intimidad expresiva, el resumen de unos valores musicales que enlazan el ?lied? y el pianismo ?sinf¨®nico? fueron explicados por Rafael Orozco de forma prodigiosa. Para cada obra supo establecer, de entrada, el correspondiente ?ideal sonoro?, y en el caso de la Cuarta partita se decidi¨® a olvidarse del ?clave?, tentaci¨®n tan l¨®gica como frecuente. Hizo piano, pero por cuanto demanda la naturaleza de los pentagramas bachianos, piano ?sui g¨¦neris?. Y po¨¦tica, l¨ªrica y raz¨®n, no menos ?sui g¨¦neris?.
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