La indiferencia aprob¨® la remodelaci¨®n de Chamart¨ªn
Trescientos socios, en representaci¨®n de los 56.000 que tiene el Madrid, decidieron la remodelaci¨®n de Chamart¨ªn para el Mundial-82. Como en el caso de la asamblea del Sevilla, no se supo muy bien si la medida fue aprobada debidamente o pas¨® por el senado de notables en un ambiente de total indiferencia. En Oviedo, el PSOE se ha dividido por las posturas adoptadas entre los concejales y el comit¨¦ local, en favor y en contra del cr¨¦dito extraordinario, y te ha proporcionado al alcalde ucedista, Luis Riera, una fuerte ovaci¨®n en Buenavista. La caja de truenos del Mundial ha comenzado a producir fuertes detonaciones.
Los clubes de f¨²tbol siguen rigi¨¦ndose por unas anacr¨®nicas asambleas, en las que unos pocos deciden por todos. Las asambleas de compromisarios son las cortes inorg¨¢nicas en versi¨®n futbolera. Tras larga batalla, se logr¨® que los socios tuvieran derecho a voto en las elecciones presidenciales, pero a¨²n no hemos conseguido que las asambleas cuenten con la participaci¨®n de todos. Todav¨ªa las entidades futbol¨ªsticas se valen de un siniestro sistema mixto, entre designaci¨®n y sorteo, que produce el n¨²mero de compromisarios que se estima suponen el qu¨®rum de la entidad.Los clubes han manejado siempre acertadamente el sistema. Nunca les han faltado en la lista los incondicionales, los manejadores del aplaus¨ªmetro. Cuando, hace m¨¢s de ocho a?os, comenc¨¦ a escribir sobre el dirigismo de las asambleas, Santiago Bernab¨¦ti se lo tom¨® muy a mal. Pensaba el hombre que era una campa?a contra ¨¦l. No se trataba de dificultarle las reelecciones, sino de proporcionar a los socios unos m¨ªnimos derechos. Al cabo de los a?os seguimos donde est¨¢bamos. Los compromisarios, que son los primeros en estar al cabo de la calle de la inutilidad de las asambleas, en un n¨²mero elevado no acuden ala cita, 31 entre quienes lo hacen hay mayor¨ªa de contemplativos.
Los socios del Sevilla no saben a ciencia cierta si sus compromisarios han aprobado el proyecto de remodelaci¨®n del Nervi¨®n, y los del Madrid tampoco saben a qu¨¦ carta quedarse, porque el voto favorable no fue contabilizado.
Entre los estadios de propiedad privada ya hemos tenido dos ejemplos poco aleccionadores, y por lo que respecta a los de dependencia municipal ya hemos tenido un serio conflicto en Oviedo. Los concejales socialistas optaron por otras necesidades municipales de car¨¢cter mucho m¨¢s prioritario. Si el ejemplo del PSOE ha surgido en Oviedo (el alcalde es de UCD), hay que comenzar a temblar por cuanto pueda suceder en las otras poblaciones con campo municipal, y en donde tambi¨¦n hay necesidades de primer orden, cuya resoluci¨®n es urgente. Los problemas de Oviedo no pueden diferir mucho de los de Gij¨®n, Vigo, Zaragoza, M¨¢laga, Elche, Alicante y Valladolid, por ejemplo. Dado que en estas ciudades el alcalde es socialista, con mayor raz¨®n todos los concejales del partido se opondr¨¢n a la utilizaci¨®n del cr¨¦dito extraordinario, que, por cierto, es la menos gravosa de las f¨®rmulas posibles para tener el Mundial en casa. Sobre esta base, cabe preguntarse si habr¨¢ renuncia a las sedes o si, por el contrario, la postura de Oviedo s¨®lo puede catalogarse de singular. De momento, la actitud socialista en el ayuntamiento le ha proporcionado aplausos al alcalde en el campo de Buenavista, hecho que se supon¨ªa no iba a acontecerle a un centrista hasta dentro de 107 a?os.
El Mundial espa?ol sigue en el alero. Lo m¨¢s probable es que media hora antes del primer partido todav¨ªa se est¨¦n dando los ¨²ltimos toques a los estadios. El reparto de papeles, pensado para satisfacer a la mayor¨ªa, a la hora de la verdad se ha convertido en el mayor problema. Nadie tuvo en el momento oportuno la valent¨ªa de renunciar al Mundial, porque ello supon¨ªa una hipoteca electoralista.
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