Delincuencia futbol¨ªstica
Los presidentes de Primera Divisi¨®n prometieron solemnemente hace cuatro a?os que no otorgar¨ªan primas a terceros, que no tratar¨ªan de sobornar a los ¨¢rbitros y que ser¨ªan justos y ben¨¦ficos. Hace unos d¨ªas volvieron a prometerse fidelidad y se comprometieron a guardar la moral y las buenas; costumbres. El partido del pasado domingo entre M¨¢laga y Salamanca hiede.Cada temporada, cuando llega el drama del descenso, las primas de terceros y los sobornos hacen su aparici¨®n. Casi nunca puede demostrarse el fraude. Todos los a?os estamos seguros de que lo ha habido.
La compra de partidos suele hacerse con habilidad. Personas interpuestas ofrecen los dineros en nombre propio y as¨ª nadie puede culpar directa mente al club comprador. El d¨ªa que las cuentas de las entidades futbol¨ªsticas sean examinadas por quienes deben hacerlo nos encontraremos con partidas cuya justificaci¨®n es imposible.
Junto al ?tongo!, ?tongo! hemos tenido a?os en los que el p¨²blico ha gritado ? ?Que se besen, que se besen! ?. Las f¨®rmulas usadas para adulterar las clasificaciones han sido m¨²ltiples. Las compras de equipos completos son las menos frecuentes porque siempre hay alguien que canta. Los sobornos individuales son los m¨¢s seguros. Afortunadamente siempre hay menos delitos de los que se supone, pero haylos.
El Comit¨¦ de Competici¨®n alg¨²n d¨ªa deber¨¢ entrar a fondo en el tema. Y una f¨®rmula podr¨ªa ser requerir a las autoridades competentes para que persiguieran a los delincuentes futbol¨ªsticos.
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