Presentaci¨®n de una historia de Espa?a en diez vol¨²menes
Entrevista con su director, Manuel Tu?¨®n de Lara
Pregunta. ?La historia es para usted un proceso racional que el historiador explica o tiene un sentido .impl¨ªcito a descubrir lo que llamaba Marx ?la vena secreta de las cosas??Respuesta. La simple sucesi¨®n de hechos es m¨¢s bien una apariencia que una realidad. Pero yo no veo la oposici¨®n porque ambos hechos son, en realidad, un entramado; son conjuntos de partes interdependientes. Y, sin embargo, las historias al uso no han sabido presentarlas as¨ª. El historiador tiene que comprender primero los hechos y, a partir de ah¨ª, explica el c¨®mo y el porqu¨¦.
P. Entonces, ?cree posible la plena objetividad hist¨®rica como ideal?
.R Creo, como dec¨ªa con cierto gracejo el maestro Ernest Labrousse, que nos podr¨ªamos dar por satisfechos si consolid¨¢semos el error hist¨®rico, como la deuda p¨²blica, al 6%.
P. Recuerdo que, en una carta que me escribi¨® sobre mi libro El tiempo y la dial¨¦ctica, me hablaba de su concepto del tiempo hist¨®rico como fragmentaciones sucesivas de la unidad temporal. Y que esta nueva metodolog¨ªa la hab¨ªa aplicado en una obra suya: Estudios sobre el siglo XIX.
R. En efecto, no es el menor de los problemas que tiene el historiador, porque hay un tiempo econ¨®mico, hay un tiempo socio-politico y, dentro incluso de las ideolog¨ªas, que por s¨ª es m¨¢s lento, el sector conceptual que va m¨¢s de prisa qe el sector mentalidades. Ese mismo problema, que encontr¨¦ en ese libro al tratar de estructuras en el siglo XIX, se me plante¨® en cierto modo al escribir El movimiento obrero en la historia de Espa?a, y, creo, lo hemos tenido todos los historiadores que hemos trabajado en esta Historia de Espa?a de la Editorial Labor. Porque siendo tiempos diversos, lo son de un ¨²nico objeto de conocimiento: la historia de una formaci¨®n social. Y el problema consiste en guardar la diversidad sin romper la unidad.
P. Todo es historia: la f¨ªsica eshistoria, la biolog¨ªa es historia desde las formas m¨¢s elementales de vida al hombre. Si las ciencias se han convertido.en historia, ?cu¨¢l es el campo propio de la investigaci¨®n del historiador?
R, La vida del hombre, en sociedad, en el pasado.
P. Acaba de presentar usted la obra que dirige, Historia de Espa?a, en diez vol¨²menes. Nos sorprende este florecimiento de los estudios hist¨®ricos, a esa gran dimensi¨®n, que recuerdan las obras monumentales de Men¨¦ndez Pidal y Rafael Altamira. ?Obedece, este hecho, al descubrimiento, en los archivos espa?oles, de nuevos documentos que arrojan luz sobre episodios oscuros de nuestra historia?
R. Aunque los archivos espa?oles ofrecen hoy muchas m¨¢s posibilidades y m¨¢s documentos que hace cinco o seis a?os, es indudable que a¨²n queda mucho por
hacer en este terreno. Sin ir m¨¢s lejos, en los ¨²ltimos meses se ha hablado de inminentes disposiciones legales, limitando a treinta a?os el plazo de acceso a los documentos. La verdad es que permanecemos a la expectativa, y que hay algunos per¨ªodos o temas de historia contempor¨¢nea para los que ser¨ªa necesario disponer de m¨¢s facilidades y m¨¢s documentaci¨®n. Adem¨¢s, son conocidos hechos tan lamentables como la quema de unap a arte de la documentaci¨®n del llamado Movimiento Nacional, denunciada por el mismo director del Archivo Hist¨®rico Nacional. En realidad, el prop¨®sito principal de esta obra es presentar un trabajo articulado de equipo, en el que hemos colaborado veintisiete historiadores, con un criterio metodol¨®gico com¨²n, dentro de nuestra variedad d concepciones,
considerar la realidad hist¨®rica como una totalidad compuesta por diferentes niveles o instancias interdependientes entre s¨ª. Dicho de otra manera, una formaci¨®n social hist¨®rica es, para nosotros, un conjunto estructural, cada una de
cuyas partes depende de las dem¨¢s y viceversa. Esto, en momentos enque algunos hablan de dispersi¨®n de la historia, es un criterio definido con el que creemos ayudar al desarrollo de la historia como ciencia.
P. ?Qu¨¦ diferencia hay entre Historia de Espa?a, en diez vol¨²rnenes, y la que publica Historia 16, en la que tambi¨¦n colabora.
R. Son dos niveles diferentes y las creo destinadas a distinto p¨²blico.
P. :Su Historia delfranquismo, que sale, seg¨²n tengo entendido, el pr¨®ximo mes de octubre, ?aporta nuevos conocimientos a esa etapa de la Historia?
R. ?Usted se acuerda de cuando sali¨® mi Espa?a siglo XIX, hace veinte a?os? Estaba llena de insuficiencias, pero, sin embargo, cumpli¨® la funci¨®n de desbrozar el camirio all¨ª donde hab¨ªa mucho, casi todo, por hacer. Me atrevo a pensar que, a nivel cient¨ªfico, se ha trabajado todav¨ªa poco en esta etapa que comienza en 1939. Con la valiosa ayuda del joven profesor ysenador Jos¨¦ Antonio Biescas, intentamos presentar una s¨ªntesis que sea capaz de dar una idea b¨¢sica del per¨ªodo que va hasta 1972, y que sirva, al mismo tiempo, para suscitar nuevos trabajos en ese dominio.
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