Cerca de 200.000 personas desfilaron ayer ante los restos de Tito
Las delegaciones que asistir¨¢n al entierro del fallecido presidente Tito comenzaron a llegar ayer a Belgrado. El presidente chino, Hua Guofeng, fue el primero de los grandes en aterrizar en la capital yugoslava. Hoy, a las dos de la tarde, lo har¨¢ el presidente del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez, procedente de Arabia Saud¨ª. Su¨¢rez, acompa?ado de Marcelino Oreja, colocar¨¢ esta tarde una corona de flores ante el f¨¦retro de Tito, en la Asamblea Federal, y despu¨¦s dar¨¢ el p¨¦same oficial de Espa?a a los dirigentes yugoslavos.
Felipe Gonz¨¢lez y Santiago Carrillo asistir¨¢n tambi¨¦n al entierro. Carrillo, que ten¨ªa buena amistad con Tito, sol¨ªa veranear en la costa yugoslava y fue el ¨²ltimo pol¨ªtico espa?ol al que recibi¨® el extinto presidente.Mientras tanto, al ritmo de 120 personas por minuto, lo que significar¨ªa 170.000 diarias, los yugoslavos pasan delante del f¨¦retro de Tito, instalado en la gran sala de la Asamblea Federal, un edificio de estilo renacentista construido en el primer tercio de este siglo. Vienen de todos los rincones de la ciudad y del pa¨ªs, de las f¨¢bricas, de los colegios, individualmente o integrados en organizaciones pol¨ªticas, juveniles o sindicales.
Hacen dos o tres horas de cola y pasan silenciosamente ante el catafalco, cubierto con. la bandera yugoslava. Algunos sollozan y otros se inclinan levemente. Junto a ¨¦l, todas las numerosas condecoraciones recibidas por Tito reposan en almohadones de terciopelo rojo. Rosas rojas decoran la sala.
Ayer, muchas personas no durmieron en Belgrado. La cola se mantuvo durante toda la noche. Ocho pol¨ªticos de los diferentes organismos y niveles del Estado se turnan, firmes, en la vela a ambos lados del f¨¦retro.
Un poco m¨¢s alejada hay tambi¨¦n una guardia militar. Una leve m¨²sica cl¨¢sica de fondo se escucha en la estancia, fuertemente iluminada por los focos de la televisi¨®n. La organizaci¨®n es casi perfecta. Funcionarios y funcionarias de riguroso luto cuidan de que todo discurra con normalidad. En las colas, la presencia policial es m¨ªnima.
Por tercer d¨ªa consecutivo, la televisi¨®n contin¨²a machacando al pa¨ªs con biograf¨ªas de Tito, pel¨ªculas de la guerra partisana contra los nazis y declaraciones sobre el titismo. Las sinfon¨ªas de Beethoven compensan en cierto modo esta insistencia patri¨®tica.
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Mantener el legado pol¨ªtico de Tito, "leitmotiv" de los primeros discursos oficiales
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Dos hombres, un civil y un militar, destinados a ejercer una fuerte influencia pol¨ªtica en el postitismo, fueron los encargados de pronunciar ayer los discursos en las honras f¨²nebres oficiales por Tito. Cabe resaltar que en todo momento hablaron en nombre del fallecido, sin que aparecieran en sus largu¨ªsimas intervenciones opiniones o consejos propios sobre el futuro del pa¨ªs. El leitmotiv de las intervenciones oficiales es la voluntad nacional de respetar el legado pol¨ªtico de Tito.En primer lugar, lo hizo VIadimir Bakarich, un croata de 67 a?os, que forma parte de la presidencia colegiada de la Rep¨²blica y del presidium de la, Liga de los Comunistas. Compa?ero de Tito desde la guerra, fue uno de los del grupo que rompi¨® con Stalin. Bakarich es considerado como la personalidad pol¨ªtica actual con m¨¢s peso espec¨ªfico. Calificado como liberal y reformista, es tambi¨¦n el presidente del comit¨¦ para la defensa del orden constitucional. Se cree que es tambi¨¦n el responsable de la seguridad interna del partido comunista.
Bakarich, que tiene en su contra una mala salud, glos¨® la obra de Tito, deteni¨¦ndose sobre todo en los principios de la autogesti¨®n, como un ?paso m¨¢s hacia el comunismo?, la igualdad de los diferentes pueblos y nacionalidades y la pol¨ªtica internacional de no alineamiento e independencia, ?opci¨®n?, afirm¨®, ?que defenderemos decididamente por todos los medios de un pa¨ªs soberano y de una revoluci¨®n independiente?.
Rakarich defendi¨® tambi¨¦n el papel de ?gu¨ªa? del partido comunista, sin cuya ?actividad orientadora de la vanguardia revolucionaria no hay revoluci¨®n socialista?.
El ministro de Defensa, general Nikola Liubicic, habl¨® en segundo lugar para rendir a Tito el homenaje del Ej¨¦rcito. Con 63 a?os, Liubicic goza de un enorme prestigio. Tambi¨¦n compa?ero ?hist¨®rico? de Tito, de cuya guardia personal fue comandante durante la guerra, se ha mantenido siempre al margen de la pol¨ªtica, aunque forma parte del presidium de la Liga de los Comunistas. Manda un ej¨¦rcito de 260.000 hombres que tienen tambi¨¦n como misi¨®n la defensa del orden constitucional. La muerte de Tito no ha servido, como esperaban algunos, para forzar una reuni¨®n Este-Oeste al m¨¢ximo nivel, la primera despu¨¦s de la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n. Le¨®nidas Breznev, presidente de la URSS, llega ma?ana a Belgrado acompa?ado de su ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, para asistir el jueves al entierro del ex presidente. Por su parte, Jimmy Carter ha optado por quedarse en la Casa Blanca y enviar al vicepresidente, Walter Mondale.
La mayor sorpresa ha sido provocada por Fidel Castro, que no acudir¨¢ al entierro. Ayer lleg¨® en su nombre Carlos Rafael Rodr¨ªguez, vicepresidente del Consejo de Estado cubano. La ausencia del presidente del Movimiento de Pa¨ªses no Alineados, a no ser que a ¨²ltima hora se produzca una llegada sorpresa, refleja las enormes diferencias que separan a Cuba y Yugoslavia en la interpretaci¨®n de la no alineaci¨®n. Cabe recordar que Tito plante¨® su ¨²ltima batalla pol¨ªtica internacional el pasado septiembre en la cumbre de Pa¨ªses no Alineados en La Habana, para tratar de impedir el triunfo de la l¨ªnea de Castro de que el aliado natural de los no alineados es la URSS.
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