La Feria del Libro

Una vez m¨¢s se ha escogido el parque del Retiro, cuando florecen los casta?os de Indias, para instalar en ¨¦l la Feria del Libro, despu¨¦s de la frustrada experiencia del a?o pasado en un recinto cubierto de la Casa de Campo. No se tendr¨ªa nada que objetar a esta decisi¨®n si no hubiera, a mi entender, un sitio m¨¢s adecuado para su instalaci¨®n, como es la Plaza Mayor, lugar al aire libre (si es lo que se a?oraba), muy c¨¦ntrico y al alcance de todas las fortunas (se dijo que el desplazamiento a la Casa de Campo era largo y costoso).Con este cambio se evitar¨ªa privar a los habituales frecuentadores del Paseo de Coches de tan agradable lugar de esparcimiento durante los dos mejores meses del a?o, tiempo que se viene a tardar en montar y desmontar la Feria. Se evitar¨ªa tambi¨¦n el que se dejara el lugar sucio y maltrecho, de lo que es muestra el pedregal que en uno de los lados del paseo dej¨®, al parecer para siempre, la feria celebrada hace cinco a?os. Por ¨²ltimo, puede que con el traslado a la Plaza Mayor se aumentara la venta de libros, al quedar ¨¦stos m¨¢s al alcance del consumidor, quien, de paso, tendr¨ªa la ventaja de disponer a solaz de los bares, restaurantes, tascas y figones que all¨ª abundan, que literatura y condumio siempre han ido en buena armon¨ªa. /