Orden p¨²blico y seguridad

Coment¨¢bamos al generalizar los condicionantes en que hab¨ªa nacido el cuarto Gobierno de Adolfo Su¨¢rez, las posibilidades que para acciones m¨¢s directas y efectivas se abr¨ªan con el nombramiento de Juan Jos¨¦ Ros¨®n como ministro del Interior, puntualizando que esas esperanzas s¨®lo cabr¨ªa verlas realizadas en el caso de que el Gobierno en pleno consiguiera establecer un claro equilibrio entre lo pol¨ªtico,y lo puramente policial.Que se exija a determinados partidos pol¨ªticos una clarificaci¨®n absoluta de su postura en relaci¨®n con los grupos terroristas; que se mejoren las dotaciones policiales; se cumplan las garant¨ªas de los servicios de orden en las manifestaciones; se persigan los actos de provocaci¨®n e injurias a s¨ªmbolos, instituciones y representantes de la autoridad, y se despliegue una estrategia antiterrorista de car¨¢cter global, son las acciones del Gobierno que enunci¨® el titular del Interior, en su af¨¢n d¨¦ ?asegurar, por todos los medios a nuestro alcance, el imperio de la ley y su estr¨ªcto cumplimiento?. Estamos seguros tanto de la bondad de intenciones del se?or Ros¨®n como de su firmeza y capacidad de organizaci¨®n.

En este ter reno del orden p¨²blico y de la seguridad ciudadana residen las esperanzas m¨¢s fundadas de que este cuarto Gobierno Su¨¢rez, alumbrado en un ambiente Sumarriente negativo, logre superar las deficiencias de esa imagen y alcance niveles de efectividad deseables y suficientes. Siempre que tanto los individuos como las instituciones -muy especialmente ¨¦stas- sepan qu¨¦ derechos les asisten y qu¨¦ deberes les son impuestos en este c¨¢lido y sustancial asunto de la propia segundad y de la de los otros. De momento, el ministro del Interior ha manifestado su intenci¨®n de lograr que se cumpla la ley. Es un buen principio.

10 de mayo