"La pesca en aguas marroqu¨ªes sigue siendo un excelente negocio para las empresas espa?olas"
Entre Espa?a y Marruecos existen problemas importantes, de los cuales los apresamientos de pesqueros espa?oles, por impactantes que sean para la opini¨®n p¨²blica, no dejan de ser un episodio m¨¢s. Llama la atenci¨®n la facilidad, por no decir la ligereza, con que responsables de uno y otro pa¨ªs se zahieren mutuamente. Mucho m¨¢s notable es, sin embargo, la virulencia con que la opini¨®n p¨²blica, la Prensa y los partidos pol¨ªticos, en uno y otro lado, se constituyen inmediatamente en zafarrancho de combate. Las declaraciones del rey Hassan II en Par¨ªs, culpando a Espa?a en gran medida por la sangre que se derrama en el Sahara, y la audiencia concedida hace poco m¨¢s de una semana por el titular de Exteriores, Marcelino Oreja, a una delegaci¨®n del Polisario, son los ¨²ltimos causantes de las erupciones m¨¢s recientes. De estas y otras cuestiones concernientes a ambos pa¨ªses habl¨® el ministro de Informaci¨®n marroqu¨ª, Abdelhouhed Belekziz, con nuestro corresponsal en Rabat, Domingo del Pino.
PREGUNTA. ?Sobre qu¨¦ bases se sienta la pol¨ªtica pesquera actual entre Espa?a y Marruecos?RESPUESTA. En sus relaciones actuales con Espa?a, Marruecos se atiene estrictamente al esp¨ªritu y a la letra de los acuerdos de principio firmados durante la visita del rey Juan Carlos a Fez a principios del verano pasado. Recordarle esto no es valerme de un t¨®pico, sino enfatizar la importancia que nuestro Gobierno concedi¨® y concede a dicha visita. Lo que quiero decir es que Marruecos desea impulsar sus relaciones con Espa?a sobre la base de los principios elaborados en Fez.
P. ?Cu¨¢les son las razones de los ¨²ltimos apresamientos, el jueves pasado, de 14 pesqueros espa?oles, que, como en ocasiones anteriores, parecen obedecer a razones pol¨ªticas?
R. Le aseguro que estos apresamientos no est¨¢n pol¨ªticamente motivados. Lo que pasa es que en Espa?a se reacciona siempre visceralmente ante cualquier gesto de Marruecos, contra lo que, a fin de cuentas, es una rutina de todos los d¨ªas. Esa rutina no debe confundirse ni amalgamarse con la estrategia pol¨ªtica. Adem¨¢s, bajo la cobertura de la pesca se ocultan muchas cosas.
P. ?Por qu¨¦ se apresaron estos barcos inmediatamente despu¨¦s de que el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores recibiera a una delegaci¨®n del Polisario?
R. No ha sido inmediatamente despu¨¦s. Por otra parte, en alg¨²n momento hay que sorprender al barco infractor. Adem¨¢s, Espa?a tiene en nuestras aguas a m¨¢s de 1.300 barcos. ?Cu¨¢ntos les hemos apresado en total, cincuenta, sesenta?... No, la pesca en aguas marroqu¨ªes sigue siendo un excelente negocio para las empresas espa?olas.
Al decir esto no quiero dar la impresi¨®n de que entre Espa?a y Marruecos no existen problemas. Eso es inevitable en las relaciones entre los Estados. Lo que s¨ª quiero asegurar al pueblo espa?ol es que Marruecos quiere resolver esos problemas dentro de un marco civilizado de entendimiento y negociaci¨®n. La amistad entre nuestros dos pa¨ªses es mucho m¨¢s importante y es una estrategia de nuestra parte.
Tampoco quiero ocultar que no comprendemos por qu¨¦ el ministro espa?ol concedi¨® esa audiencia a nuestros enemigos sin que aparentemente nada la hiciera necesaria ahora. Sin embargo, a ese respecto debo decirle que el Gobierno marroqu¨ª se siente satisfecho y se atiene a las explicaciones que nos fueron dadas, simult¨¢neamente a la audiencia, por el embajador de Espa?a en Rabat.
P. ?No cree que tambi¨¦n ha sido visceral la reacci¨®n de la prensa marroqu¨ª, y en particular del peri¨®dico El Alam, portavoz oficioso del ministro del Exterior, Mohamed Bucetta?
R. En primer lugar, yo, naturalmente, no dicto los editoriales de los peri¨®dicos. Por otra parte, es verdad que a Espa?a no le gustar¨ªa que nuestro ministro de Asuntos Exteriores recibiera a representantes de los independentistas vascos, catalanes, andaluces o canarios. Los gobernantes espa?oles saben que nosotros no haremos eso nunca; pero ellos, a su vez, tienen que tratar de preservar las buenas relaciones con Marruecos, y no dejarse influir por los enemigos de la democracia espa?ola ni los que se oponen a la renovaci¨®n de Espa?a.
P. Sin embargo, el rey Hassan II tambi¨¦n hizo durante su visita a Par¨ªs unas declaraciones que fueron consideradas ofensivas en Espa?a.
R. Como ya dije antes, en Espa?a se adoptan actitudes viscerales con mucha frecuencia en lo que a Marruecos respecta. Yo creo francamente que las declaraciones de su majestad han sido mal comprendidas y mal interpretadas, sobre todo sacadas del contexto en que fueron formuladas. La verdad es que ni usted ni yo podemos cambiar la historia, y la historia quiere que Espa?a haya colonizado el Sahara y que tenga sobre lo que ocurre las responsabilidades que tiene todo colonizador. Pero no creo que las declaraciones de su majestad tuvieran m¨¢s trascendencia que esa. Por otra parte, Espa?a no ha sido el ¨²nico pa¨ªs colonizador en el mundo. Otros muchos comparten responsabilidades similares a las suyas. Lo importante es que creamos y estemos convencidos hoy de que las buenas relaciones entre Marruecos y Espa?a tambi¨¦n interesan al pueblo espa?ol. Por eso reitero nuestra idea de que todos los problemas deben ser resueltos con calma y esp¨ªritu de cooperaci¨®n.
P. El contexto de esas declaraciones, precisamente durante la visita a Francia, tambi¨¦n fue mal recibido.
R. Esa es una fijaci¨®n que tienen ustedes con la supuesta influencia de Francia y el franc¨¦s. Yo s¨¦ que dicen que la Administraci¨®n es de educaci¨®n francesa, que el franc¨¦s desplaza al espa?ol incluso en la antigua zona norte. ?Me quiere decir qu¨¦ ha hecho Espa?a para evitarlo. Quiere explicarme cu¨¢l es su comprensi¨®n de lo que podr¨ªamos llamar inversi¨®n en cultura? Porque no querr¨¢n que seamos nosotros quienes promocionemos la cultura y la lengua espa?ola en Marruecos.
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