El pol¨ªgono de Montigala, delicado asunto urban¨ªstico al que habr¨¢ de hacer frente la Generalidad de Catalu?a

El m¨¢s grave problema urban¨ªstico con que deber¨¢ enfrentarse la Generalidad democr¨¢tica es el del pol¨ªgono Montigala, situado en la localidad de Badalona, tercera ciudad en poblaci¨®n de Catalu?a, unida a Barcelona. Las obras de este pol¨ªgono, de dos millones de metros cuadrados, est¨¢n paradas desde casi su inicio, hace a?os, pese a contar con todos los permisos legales. La raz¨®n es el fuerte rechazo social que provocan. Inicialmente estaba previsto crear en dicho pol¨ªgono, lindante con Santa Coloma de Gramanet (cuarta localidad de Catalu?a en poblaci¨®n), una aut¨¦ntica ciudad para 50.000 personas, gracias a la construcci¨®n de 13.000 viviendas. El pol¨ªgono es propiedad del Banco Industrial de Catalu?a, del grupo bancario de Banca Catalana, y del Banco Catal¨¢n de Desarrollo (Cadesbank), del grupo del Banco de Madrid.

El 90,44% del citado pol¨ªgono es propiedad de la empresa mercantil Montigala, SA, sociedad perteneciente a los dos citados grupos bancarios, a trav¨¦s de sus respectivos bancos industriales. Ambos grupos est¨¢n necesitados de liquidez, por lo cual desear¨ªan hallar una soluci¨®n satisfactoria al tema en un plazo relativamente corto.Tanto Badalona como Santa Coloma de Gramanet son ciudades eminentemente obreras, con un alto grado de conflictividad social y con alcaldes comunistas al frente de sus consistorios. El hecho que a trav¨¦s de Montigala, SA, pueda. implicarse la presencia del presidente electo de la Generalidad -principal accionista del grupo Banca Catalana- en el complejo mundo de los negocios urban¨ªsticos, no contribuye, desde luego, a disminuir la conflictividad objetiva del tema.

El pol¨ªgono fue en su d¨ªa adquirido por la empresa Calpisa (Compa?¨ªa Alicantina de Promociones Inmobiliarias, SA), vinculada al Banco de Alicante, y pas¨® a ser el ¨²nico patrimonio de la sociedad Calpisa Badalona. Esta ¨²ltima fue comprada por novecientos millones por los dos grupos bancarios citados, el 28 de junio de 1974. Un mes m¨¢s tarde, los dos grupos bancarios adscribieron el pol¨ªgono a la sociedad Montigala, SA, creada a ese efecto. El presidente de la nueva sociedad es desde entonces Ram¨®n Miguel Ballart, hasta mayo de 1979 miembro del Consejo de Administraci¨®n de Banca Catalana. En aquella fecha ces¨® en este ¨²ltimo cargo por razones estatutarias.

Los anteriores propietarios (Calpisa) obtuvieron en 1969 los correspondientes permisos de urbanizaci¨®n y edificaci¨®n, pero la reacci¨®n popular, con la creaci¨®n de un comit¨¦ compuesto por partidos pol¨ªticos y centrales sindicales, a nivel local, fue tan fuerte que impidi¨® el inicio de las obras. Cuando ya en manos de sus actuales propietarios se intent¨® llevarlo a cabo hubo ocupaci¨®n de los terrenos, manifestaciones, actos populares y otras expresiones diversas de opini¨®n.

Montigala, SA, en abril de 1979, ten¨ªa cr¨¦ditos concedidos por valor de 4.011 millones de pesetas, lo cual generaba unos gastos financieros de 1.670 millones. Actualmente resulta que los gastos financieros generales de la sociedad originan un costo adicional de 51 millones de pesetas mensuales. Ello representa unas cargas financieras tales que hace casi inviable cualquier proyecto de la empresa. Los comunistas tienen en esta cuesti¨®n, a trav¨¦s de los municipios por ellos controlados, un buen elemento de presi¨®n sobre Jordi Pujol. Antiguos militantes destacados del partido de Pujol en Badalona se refirieron al papel jugado por Miquel Roca en el tema cuando argument¨® en favor del proyecto, al cual se opon¨ªa la organizaci¨®n local de Convergencia Democr¨¢tica en Catalu?a. Esta contraposici¨®n caus¨® la baja de dos significativos dirigentes locales.

Bajo la presencia del consejero de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas de la ya desaparecida Generalidad provisional se constity¨® una junta negociadora compuesta por los propietarios del pol¨ªgono, la federaci¨®n de empresarios de Badalona, la federaci¨®n de las asociaciones de vecinos de la ciudad, el Ayuntamiento de Badalona, la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona y los m¨¢s diversos partidos parlamentarios, as¨ª como otras entidades c¨ªvicas locales.

Oposici¨®n general

Hace ya un a?o, cuando se llevaban cuatro meses de negociaciones, el tema adopt¨® un cariz peor a¨²n, cuando parte de las entidades c¨ªvicas -entre ellas la Joven C¨¢mara de Badalona- optaron por crear una ?coordinadora Montigala para el pueblo?. Pese a que la sociedad propietaria del pol¨ªgono hab¨ªa anunciado que aceptar¨ªa una reducci¨®n del n¨²mero inicialmente previsto de viviendas a construir, la radicalizaci¨®n fue inevitable.La oposici¨®n al pol¨ªgono por parte de los badaloneses es general. Consideran que su edificaci¨®n hipoteca todas las posibilidades de ampliaci¨®n del extremadamente escaso suelo p¨²blico. Industrializada desde hace decenios, v¨ªctima del desarrollo incontrolado del franquismo y de todas las especulaciones posibles, Badalona es un aut¨¦ntico modelo de lo que no debe ser una ciudad, en cuanto a ordenaci¨®n de su crecimiento y mantenimiento de su medio ambiente. Las posibilidades de movilizaci¨®n ciudadana, a partir de la mera constataci¨®n de la evidencia, son infitas.

Hasta ahora, el Ayuntamiento de Badalona y algunos sectores c¨ªvicos locales hab¨ªan aceptado la mediaci¨®n de la Generalidad. Los mismos sectores anuncian ahora que con Pujol al frente de la Generalidad el tema adquiere otras caracter¨ªsticas que pueden obligar a replanteamientos de base. En todo caso, en la pr¨¢ctica, ello cambiar¨ªa poco la situaci¨®n ya existente, caracterizada por una paralizaci¨®n del pol¨ªgono, tras diversas ?ocupaciones? simb¨®licas. Una de estas ?ocupaciones? moviliz¨® a miles de badaloneses, que contaron con la asistencia de parlamentarios de izquierda.

Por parte de los municipios afectados, el pol¨ªgono de Montigala es considerado como la ¨²nica reserva de espacio capaz de permitir una m¨ªnima soluci¨®n a los problemas urban¨ªsticos arrastrados desde hace a?os. Tanto Badalona como Santa Coloma de Gramanet son probablemente las dos ciudades catalanas que constituyen el m¨¢s claro modelo de lo que no debe ser el crecimiento urbano.

Badalona contaba en 1900 con 19.000 habitantes. Era entonces la und¨¦cima ciudad catalana en cuanto a n¨²mero de habitantes. En 1975 pasaba ya a contar con 20 1.000 habitantes. Resultaba ser -y contin¨²a siendo- la tercera ciudad de Catalu?a en n¨²mero de habitantes, despu¨¦s de Barcelona y de Hospitalet de Llobregat.

Santa Coloma es un caso a¨²n m¨¢s escandaloso. Su crecimiento ha sido m¨¢s an¨¢rquico con mayores traumas sociol¨®gicos, por ser producto de r¨¢pidas oleadas inmigratorias. En 1900 contaba con s¨®lo 1.500 habitantes, que pasaron a 12.000 en 1930, 32.000 en 1960,106.000 en 1970 y 137.000 en 1975.