El ministro del Interior se equivoca
Parece inconcebible que una persona que ha acreditado una indudable destreza y hasta inteligencia pol¨ªtica al frente del Gobierno Civil de Madrid durante los a?os de la transici¨®n reformista pueda sostener, en materia de su competencia, opiniones tan contrarias a la realidad y con tan poca credibilidad entre los ciudadanos como las que emiti¨® sobre el terrorismo fascista el ministro del Interior en el Pleno del Congreso del 8 de mayo. Junto con otras afirmaciones, el n¨²cleo m¨¢s destacado de su intervenci¨®n consisti¨® en defender la tesis de que este tipo de terrorismo no responde a un plan premeditado ni tampoco tiene el respaldo ni la cobertura de las organizaciones normalmente conocidas como de extrema derecha.Realmente no merecer¨ªa la pena esforzarse en impugnar el contenido de esta comparecencia gubernamental en el Parlamento si no fuera porque procede de quien, con la m¨¢xima autoridad, tiene que establecer el plan de investigaci¨®n, prevenci¨®n y persecuci¨®n de este terrorismo y de cualquier otro. Y, sin embargo, el que el ministro del Interior enarbole estas diferencias tan subjetivas entre el terrorismo de uno y otro signo o color conduce a que se eleve a categor¨ªa general la an¨¦cdota que hace pocas semanas ocurri¨® en una apacible capital castellana, en la que el gobernador civil consider¨® innecesario acceder a la petici¨®n que le formul¨® el secretario de un partido pol¨ªtico democr¨¢tico para que se investigara el origen de las pintadas que, amenazando a personas e instituciones, hab¨ªan aparecido s¨²bitamente por todos los muros de la villa pocos d¨ªas antes de un mitin de Blas Pi?ar. Seg¨²n el se?or gobernador, los extremistas de derechas signatarios de las afemanzas eran inofensivos conciudadanos que no merec¨ªan la puesta en marcha de las medidas que habr¨ªa que haber adoptado si los mensajes hubieran estado suscritos por los GRAPO.
No hace falta desvelar el estado actual de las investigaciones policiales y judiciales en relaci¨®n con el terrorismo ultra para percibir que el perfecto adiestramiento en la m¨¢s eficaz utilizaci¨®n de toda clase de armas y explosivos (Goma 2, metralletas, pistolas, pu?ales, etc¨¦tera) que tienen los miembros j¨®venes y menos j¨®venes de organizaciones como Fuerza Nueva, Frente de la Juventud y Falange Espa?ola no lo adquieren disparando en los pasillos de su casa. Es p¨²blico y notorio el entrenamiento militar y paramilitar que estos individuos reciben en el seno de las organizaciones legales en las que militan y que, al no tener muchos de ellos licencia de armas, se realiza en campos y fincas preparados con esta finalidad y que en ocasiones han sido denunciados cuando se los localiza. Sin olvidarse de que el pol¨ªgono que la Federaci¨®n de Tiro Ol¨ªmpico tiene en Cantoblanco y el que tiene el Casino Militar en Carabanchel son algunos de los centros de pr¨¢cticas de tiro, incluso para los que carecen de licencia de armas.
Pero no basta s¨®lo el entrenamiento f¨ªsico o material. Para llegar a los ?estados emocionales y de apasionamiento pol¨ªtico? que tan habitualmente impulsan a estos militantes a apretar el gatillo con fr¨ªa punter¨ªa o a practicar el matonismo en grupo es necesario adem¨¢s el adoctrinamiento pol¨ªtico y ?moral? en la violencia, el revanchismo, la subversi¨®n anticonstitucional y el odio civil, que es a todas luces la formaci¨®n que se les inculca en plena inmadurez intelectual (la mayor¨ªa de estos j¨®venes son reclutados formalmente para la militancia, ilegalmente, antes de su mayor¨ªa de edad) por sus propios partidos, que, en consonancia con sus actividades, tienen una organizaci¨®n y funcionamiento contrarios a los principios democr¨¢ticos. Precisamente hace d¨ªas o¨ªa escalofriado la declaraci¨®n judicial de un joven de Fuerza Nueva que explicaba con todo lujo de detalles c¨®mo hab¨ªa disparado asesinamente sobre la v¨ªctima previamente escogida por orden de su jefe pol¨ªtico inmediato, al que, como al resto de sus otros jefes, se le hab¨ªa designado por arriba
Como todav¨ªa cabe la esperanza (?ingenua?) de que el fiscal general del Estado d¨¦ instrucciones para aplicar contra estas asociaciones legales el art¨ªculo 5? de la ley de Partidos Pol¨ªticos de 1978 con el mismo celo con que persigue a periodistas y a creadores culturales en materia de libertad de expresi¨®n, voy a enumerar algunos otros datos objetivos nada irrelevantes en orden a discernir si el terrorismo ultra obedece a una planificaci¨®n superior y organizada y que he podido ir conociendo por mi intervenci¨®n profesional en una gran parte de las actuaciones judiciales contra los autores presuntos de esta delincuencia.
1. La mayor¨ªa de estos sujetos militan en grupos de extrema derecha y el resto son colaboradores de los mismos.
2. Act¨²an siempre bajo las mismas siglas (Batall¨®n Vasco Espa?ol, Triple A, etc¨¦tera), que no responden a una organizaci¨®n real, pero que son la cortina de humo de otras estructuras legales bien conocidas.
3. Los partidos ultraderechistas tienen un servicio de seguridad armado del que carecen otros partidos. Y un servicio de informaci¨®n bastante organizado que les permite tener un archivo con la identidad y circunstancias de entidades y personas de ideolog¨ªa democr¨¢tica. En este sentido hay razones para sospechar que la elecci¨®n de la muerte de Arturo Pajuelo, entre otras, no fue escogida an¨®nimamente, sino que era una persona perfectamente conocida por sus agresores.
4. Las armas que se utilizan en estas acciones son entregadas en los c¨ªrculos pol¨ªticos en que se mueven y algunas han pertenecido a las dotaciones reglamentarlas de los cuerpos armados, de seguridad o de informaci¨®n del Estado.
5. Recientemente han aparecido tambi¨¦n en las investigaciones locales francos, una importante f¨¢brica de armas clandestina, aparatos electr¨®nicos sofisticados y de elevado precio y archivos almacenados en cintas magnetof¨®nicas con grabaciones a las que no se les ha dado la importancia suficiente ni se las ha analizado, aunque algunas de ellas contienen datos de grave trascendencia, como el reconocimiento de que se extraen ilegalmente de organismos p¨²blicos fichas con antecedentes personales Y policiales o como que se controlan por militantes especializados de estos partidos los sistemas radiof¨®nicos y de telecomunicaciones de la polic¨ªa y de los coches de los miembros del Gobierno.
?Se puede organizar y financiar todo este aparato log¨ªstico de forma individual y no premeditada por j¨®venes de diecis¨¦is a veinte a?os?
Ser¨ªa posible extenderse con muchos m¨¢s elementos probados sobre el car¨¢cter organizado del terrorismo ultra y sobre la naturaleza de sus conexiones pol¨ªticas, pero el se?or Ros¨®n debe conocerlos ya mejor que nadie. No en vano orden¨® hace pocos meses a uno de sus m¨¢s importantes funcionarios de la polic¨ªa que se realizaran sendos registros en las sedes de Fuerza Nueva y de Fuerza Nueva del Trabajo, aunque al final se frustraran por impedirlo el juez competente.
Hay que presumir que el se?or ministro del Interior se equivoc¨® en su primera comparecencia en un Pleno del Congreso de los Diputados. Porque nadie le puede negar conocimiento o informaci¨®n en la materia.
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