La encrucijada de Soria
Pide Fernando S¨¢nchez Drag¨®, en su ¨²ltimo art¨ªculo en EL PA?S, que se me pregunte la opini¨®n sobre el tema de la circunvalaci¨®n de Soria. Es, por supuesto, un asunto delicado sobre el que voy a intentar resumir mis reflexiones de este ¨²ltimo a?o y medio.Hay una cosa que nadie discute, que Soria necesita desterrar del centro de la ciudad todo el transporte pesado e incluso el mero tr¨¢fico de paso. Aparte de las innumerables molestias y peligrosidad que genera, desde el punto de vista del patrimonio art¨ªstico, este eje central de Soria con su tr¨¢fico es un peligro directo contra monumentos de primer¨ªsima clase, c¨®mo es la portada de Santo Domingo, bordeando adem¨¢s la concatedral de San Pedro. Es de lamentar solamente que el ¨¦nfasis puesto en la actual defensa de monumentos no haya tambi¨¦n exigido, a?os atr¨¢s, el desv¨ªo del tr¨¢fico pesado de la ruta de monumentos en el interior de Soria.
Una vez subrayada por todos la necesidad de esta circunvalaci¨®n, se present¨® hace dos a?os un proyecto completo llamado Soluci¨®n Sur, y frente a ¨¦l apareci¨® otra alternativa, de un paraje aguas arriba, que se ha denominado Soluci¨®n Norte. Desde un punto estrictamente ecol¨®gico, palabra de moda que se usa por desgracia con excesiva prontitud en cualquier discusi¨®n, est¨¢ fuera de duda que esta ¨²ltima soluci¨®n es m¨¢s atentatoria contra la naturaleza. Esta es la raz¨®n por la que no hayan querido entrar en el tema las asociaciones estrictamente ecol¨®gicas, que, por suerte, est¨¢n siempre atentas a acudir contra cualquier agresi¨®n antiecol¨®gica, porque conocen muy bien la calidad y belleza del paraje natural por donde discurrir¨ªa la Soluci¨®n Norte y la agresi¨®n que supondr¨ªa la necesidad de construir una carretera de nuevo trazado hasta incidir en el precioso ca?¨®n y el paso de este ca?¨®n en un paraje conservado en toda su belleza precisamente porque no existe ninguna v¨ªa de penetraci¨®n hasta ¨¦l.
Desde este punto de vista no ser¨ªa tanto una controversia entre culturales y no culturales, sino entre ecolog¨ªa y cultura, en cuanto que la cultura del Patrimonio Hist¨®rico-Art¨ªstico siempre es algo antiecol¨®gico, en el sentido de que no permite a la naturaleza permanecer y desarrollarse seg¨²n sus complicadas leyes de interacci¨®n, sino que introduce un elemento humano que siempre degrada un paisaje natural.
Por supuesto que se dir¨¢ que esta es una posici¨®n absolutamente inmantenible, y todos estamos de acuerdo que lo es, pero lo que no es l¨ªcito es aducir argumentos ecol¨®gicos en favor de la ?soluci¨®n Norte?, porque ser¨ªa necesario hacer una obra p¨²blica importante en un paisaje intocado. Desde este punto de vista, la zona Sur es, en cambio, un paisaje enormemente manipulado por el hombre, con dos v¨ªas de acceso, y como el mismo S¨¢nchez Drag¨® reconoce, ?lugar profanado ya por un puente met¨¢lico, una f¨¢brica de sebos, alguna que otra est¨²pida edificaci¨®n y dos b¨¢rbaros paradores?.
En esta l¨ªnea del argumento ecol¨®gico quisiera ir m¨¢s all¨¢, ya que una recta concepci¨®n de la ecolog¨ªa debe contemplar a la especie humana como una especie tambi¨¦n con derechos, a la que no se debe acosar a ultranza. Y este es el sentido profundo por el que hay que exigir una inmediata soluci¨®n para Soria. Comprendo que este argumento no es f¨¢cilmente cre¨ªble desde la mayor¨ªa de los puntos de Espa?a, en donde el problema es m¨¢s de exceso de poblaci¨®n, y sobre todo de concentraci¨®n en las modernas urbes; sin embargo, en ning¨²n sitio como en Soria se vive la tremenda sensaci¨®n de irse desangrando demogr¨¢ficamente. Desde este punto de vista es, rechazable la soluci¨®n que se propuso, de alejar esta carretera treinta kil¨®metros aguas arriba o abajo, porque ser¨ªa el fin de la capital. La provincia de Soria est¨¢, en efecto, por debajo de los 100.000 habitantes. La capital est¨¢ estabilizada en unos 30.000, y ¨²nicamente se mantiene as¨ª gracias a la emigraci¨®n de los pueblos de la provincia. Si se quiere, de verdad, conservar su gran riqueza de patrimonio art¨ªstico, hay que mimar a las comunidades que lo forman, y esta ciudad estancada solamente podr¨¢ mantenerse si la vida que le da este gran eje central del Duero no se aleja.
En este punto s¨ª disiento de S¨¢nchez Drag¨®: por esta sensaci¨®n de agon¨ªa lenta y de tratar de salir de ella como sea que tienen todos los sorianos, no es exacto decir que en Soria hay oposici¨®n a un puente que se considera vital; por mucho que duela, los sorianos piden un solo puente decente -comp¨¢rese con los que tienen las dem¨¢s capitales castellanas con r¨ªo-, y en este momemo desconf¨ªan un¨¢nimemente de redentores de fuera que les prometen soluciones ideales, y que hasta ahora s¨®lo han conseguido bloquear la ¨²nica real que exist¨ªa.
Para intentar llegar entre todos a una soluci¨®n urgente y buena conviene recordar la g¨¦nesis del proceso de la discusi¨®n sobre la circunvalaci¨®n de Soria para se?alar exactamente d¨®nde debe ejercerse la influencia. El Ministerio de Obras P¨²blicas, ante todos los problemas de Soria anteriormente expuestos, present¨® hace dos a?os un proyecto ya terminado. En este momento, ante una petici¨®n por parte de los due?os de la iglesia Templario de San Polo, que hoy es casa y finca particular, la Direcci¨®n General del Patrimonio incoa expediente y empieza a estudiar el asunto. Despu¨¦s de un a?o y medio, y viendo que s¨®lo se ha conseguido paralizar todo tipo de soluci¨®n, el Ministerio de Cultura renuncia a unas competencias temporalmente asumidas, para desbloquear la situaci¨®n.
En el momento actual, por tanto, es el Ministerio de Obras P¨²blicas el que vuelve a tener la competencia sobre el proyecto que intenta resolver con urgencia los problemas ya enunciados de Soria.
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