Docenas de muertos y clima de insurreccion general en la ciudad surcoreana de Kwangyu
El presidente surcoreano, Choi Kyu-hah, design¨® ayer nuevo primer ministro a un general retirado del ej¨¦rcito del aire, Park Choong-honn, de 61 a?os, antiguo viceprimer ministro. Su antecesor present¨® su dimisi¨®n el martes, presionado por las sangrientas manifestaciones antigubernamentales que se producen en el pa¨ªs. El nombramiento de Choong-honn constituye un intento de dominar el grav¨ªsimo clima de desorden pol¨ªtico surcoreano, centrado, sobre todo, en la ciudad de Kwangyu, 270 kil¨®metros al sur de la capital, Se¨²l, donde docenas de personas han resultado muertas y muchas m¨¢s heridas en enfrentamientos entre la poblaci¨®n civil y el Ej¨¦rcito.
Las fuerzas armadas, usando carros blindados y ametralladoras, cargaron contra miles de manifestantes que protestaban contra la censura, la ley marcial y el Gobierno militar. Cien mil personas se lanzaron al centro de la ciudad, desafiando el toque de queda, e invadieron oficinas p¨²blicas y la sede del gobierno provincial.Pr¨¢cticamente todas las autoridades civiles han abandonado la ciudad, donde se vive, seg¨²n testigos presenciales, un ambiente de insurrecci¨®n general. Fuentes oficiosas hablan de m¨¢s de cincuenta muertos.
El general Lee Hui-sung, administrador de la ley marcial en Corea del Sur, declar¨® ayer que las autoridades militares tomar¨¢n las medidas necesarias para mantener el orden en Kwangyu. En un mensaje radiodifundido a todo el pa¨ªs, el general Lee, jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito, ha pedido a los ?buenos vecinos? de esta ciudad, de medio mill¨®n de habitantes, que permanezcan en sus casas y no secunden a los ?agitadores?.
En contraste con Kwangyu, la jornada de ayer ha sido de normalidad en la capital del pa¨ªs, Se¨²l.
"Rebeldes" en blindados
Los relatos de los acontecimientos en Kwangyu son todav¨ªa fragmentarios. Despu¨¦s de una noche de batallas sangrientas entre paracaidistas y manifestantes pertrechados con armas autom¨¢ticas y fusiles arrebatados a los militares, los ?rebeldes? circulaban ayer a bordo de veh¨ªculos del Ej¨¦rcito, e incluso de blindados, en una atm¨®sfera de anarqu¨ªa total.
Los miles de personas que se han lanzado a la calle piden el fin de la ley marcial y la aceleraci¨®n de los planes para democratizar el pa¨ªs.
Los estudiantes, entrenados militarmente gracias a la instrucci¨®n castrense obligatoria en las escuelas, han entrado a saco en los arsenales y desarmado, en algunos casos, a las tropas con las que se han enfrentado. Seg¨²n fuentes universitarias, ser¨ªan trescientos los muertos en los choques, entre ellos numerosos polic¨ªas. La polic¨ªa parece haber seguido a las autoridades administrativas en su evacuaci¨®n de la ciudad.
La insurrecci¨®n de Kwangy parece extenderse a ciudades vecinas, como Naju y Mokpo, y al conjunto de toda la provincia suroccidental. Informes m¨¦dicos aseguran que la mayor¨ªa de los centenares de heridos registrados en la capital provincial lo son por bala o bayonetazos. Se han instalado camillas hasta en los vest¨ªbulos de los centros hospitalarios. Helic¨®pteros militares sobrevuelan constantemente la ciudad.
Alrededor de 3.000 estudiantes de la Universidad de Se¨²l se dirigen a Kwangyu, aislada totalmente del resto del pa¨ªs, para apoyar a sus compa?eros. Las l¨ªneas telef¨®nicas y telegr¨¢ficas de esta ciudad permanecen cortadas y todas las v¨ªas de acceso est¨¢n controladas por el Ej¨¦rcito.
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