Pesimismo ante la "cumbre" anglo-irlandesa sobre el Ulster
Los primeros ministros de Gran Breta?a y de la Rep¨²blica de Irlanda celebraron ayer una reuni¨®n de alto nivel en Londres para abordar el espinoso problema del Ulster, en medio del pesimismo general sobre el resultado de las conversaciones.La reuni¨®n, celebrada en el n¨²mero 10 de Downing Street, residencia oficial de Margaret Thatcher, es la primera que mantienen los dos jefes de Gobierno sobre este tema, desde que Charles Haughey sucedi¨® a Jack Lynch en la jefatura del Gobierno de Dubl¨ªn, a finales del pasado a?o.
El primer ministro irland¨¦s, cuyo partido, el Fianna Fail, es el m¨¢ximo representante en Irlanda de la corriente integracionista, acudi¨® a la entrevista acompa?ado por su ministro de Asuntos Exteriores, Brian Leniban, el embajador irland¨¦s en Londres y varios consejeros. La se?ora Thatcher le esperaba con el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Humphrey Atkins, y el representante brit¨¢nico en Dubl¨ªn. Lord Carrington, secretario del Foreign Office, se uni¨® a las conversaciones m¨¢s tarde.
La reuni¨®n se inici¨® con tintes sombr¨ªos, como consecuencia de una declaraci¨®n realizaaa el martes en los Comunes por la se?ora Thatcher, en la que la dirigente conservadora manifest¨® tajantemente que el tema del futuro del Ulster er¨¢ una cuesti¨®n que concern¨ªa s¨®lo al pueblo de Irlanda del Norte y al Gobierno brit¨¢nico. Sin embargo, funcionarios gubernamentales brit¨¢nicos han tratado de quitarle hierro a la afirmaci¨®n de la primera ministra, y se han apresurado a asegurar que las propuestas del jefe del Gobierno irland¨¦s ser¨¢n estudiadas con toda seriedad.
Pero, a pesar de esta afirmaci¨®n, es muy dudoso que Londres est¨¦ dispuesto en estos momentos a abrir un di¨¢logo a tres para considerar el tema de la autonom¨ªa del Ulster. La conferencia constitucional convocada por el secretario de Estado para Irlanda del Norte a primeros de a?o, y en la que part¨ªciparon todos los partidos, con excepci¨®n del Unionista, demostr¨® las dificultades de incluir ?una dimensi¨®n irlandesa? al problema de la provincia, que es el eufemismo empleado por los pol¨ªticos para no herir las susceptibilidades de los protestantes.
Constituci¨®n para toda Irlanda
Seg¨²n fuentes irlandesas, Haughey trae en cartera una serie de propuestas concretas, entre las que se encuentran la doble nacionalidad entre brit¨¢nicos e irlandeses, una nueva Constituci¨®n para toda Irlanda, que contemple una amplia autonom¨ªa regional para el Ulster y la salvaguardia de los derechos de los protestantes, y una propuesta de cooperaci¨®n anglo-irlandesa en defensa y pol¨ªtica exterior.
El Gobierno de la se?ora Thatcher se encuentra preso en la tela de ara?a tejida por la negativa protestante a considerar cualquier intervenci¨®n del Sur en el futuro de la provincia, y la oposici¨®n cat¨®lica a participar en cualquier proyecto que no incluya una discusi¨®n de la reunificaci¨®n de la isla. Por estas razones es muy posible que Londres decida seguir adelante con sus proyectos constitucionales propios, que prev¨¦n la continuaci¨®n de las conversaciones con los diversos partidos de la provincia y la celebraci¨®n de elecciones para una asamblea legislativa en 1981.
El elusivo punto de vista brit¨¢nico en este tema es que Londres no tiene m¨¢s remedio que respetar la voluntad democr¨¢tica expresada por la mayor¨ªa de los habitantes del Ulster, que desean seguir formando parte del Reino Unido. Y que corresponde a Dubl¨ªn, a trav¨¦s de una dimensi¨®n europea como miembro del Mercado Com¨²n, demostrar a los protestantes que ser¨ªan m¨¢s felices unidos al Sur que en su situaci¨®n actual.
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