S¨ª y no al Estado de las autonom¨ªas

(...) El Estado de las autonom¨ªas s¨®lo tiene sentido como redistribuci¨®n racial de unas competencias iguales para las distintas comunidades, n¨ªtidamente establecidas en leyes sectoriales de car¨¢cter general y que se asurnan al ritmo que exige la Constituci¨®n y pide adem¨¢s la realidad. Esas competencias deber¨¢n encajar adem¨¢s en la solidaridad de las comunidades con el Estado y entre s¨ª.Ni como hombres de partido, que no lo somos, ni como gubernamentales, que tampoco lo somos, puesto que ¨²nicamente alentamos a los Gobiernos cuando ¨¦stos lo merecen, sino como simples espa?oles de a pie, aplaudimos ese programa de Estado, y lo llamamos as¨ª porque de problema de Estado se trata: transformar el Estado sin que en la operaci¨®n desaparezca, y mucho menos la naci¨®n. Aunque, naturalmente, condicionemos nuestro aplauso a que el Gobierno haga bueno lo que su presidente ha prometido. (...)

, 21 de mayo