Los ultranacionalistas israel¨ªes pretenden reconquistar a los ¨¢rabes la Palestina b¨ªblica
ENVIADO ESPECIAL, El secretario general del Partido Laborista israel¨ª, Haim Bar Lev, provoc¨® a principios de mes un esc¨¢ndalo may¨²sculo en el Kneset (Parlamento) al achacar la responsabilidad del atentado del 2 de mayo en Hebr¨®n -en el que resultaron muertos seis soldados seminarista jud¨ªos y heridos otros diecis¨¦is- a los colonos del Gush Emunim que se han instalado ilegalmente, pero con la aprobaci¨®n del Gobierno y la protecci¨®n del Ej¨¦rcito, en el centro de la ciudad ¨¢rabe para fundar dos instituciones de ense?anza religiosa.El rabino Moshe Levinger, jefe espiritual de los colonos de Hebr¨®n y de su asentamiento perif¨¦rico de Kyriat Arba, circula por la ciudad ¨¢rabe con una fuerte escolta de soldados y oficiales, entre los que figura un teniente coronel. Cuando preguntamos al oficial de escolta de m¨¢s alta graduaci¨®n si podemos acompa?arle en su gira de inspecci¨®n por las viejas casas hist¨®ricas que proyecta ocupar, el teniente coronel se dirigir¨¢ al rabino para transmitirle nuestra petici¨®n. ?Es la prueba evidente de que los religiosos mandan en la ciudad?, afirma Amnon Kapeliouk, redactor del diario Al Hamishm, ¨®rgano del ala izquierda del Partido Laborista.
?Reivindico?, nos dir¨¢ el rabino Levinger, ?el derecho para los jud¨ªos de instalarse en el centro de Hebr¨®n y de todas las ciudades de Judea y Samaria (Cisjordania) para vivir entre los ¨¢rabes, al igual que en Londres, Par¨ªs o Nueva York viven entre los brit¨¢nicos, franceses o norteamericanos?.
?Pero?, replicar¨¢ el mismo d¨ªa en una conferencia de prensa Felicia Langer, abogada jud¨ªa israel¨ª de la causa palestina, ??pueden los ¨¢rabes de Cisjordania o Gaza -incluso los refugiados de los territorios ocupados originarios de Haifa o Tel Aviv- ir a vivir a Israel? Por supuesto que no?.
En realidad, los palestinos sospechan y temen que el verdadero objetivo de los colonos del Gush Emunim es echarles e intentar obtener la confiscaci¨®n de sus tierras y propiedades. Como prueba de ello, arguyen lo declarado en un mitin celebrado en Kyriat Arba en enero, por Shlomo Goren, uno de los dos grandes rabinos de Israel, en el que lament¨® p¨²blicamente que ?todos los ¨¢rabes de Cisjordania no hubieran cruzado el r¨ªo Jord¨¢n para refugiarse en Jordania durante la "guerra de los seis d¨ªas" en 1967?.
Otro rabino extremista, Meir Kahanna, recientemente encarcelado, fue a¨²n m¨¢s expl¨ªcito en el curso de una manifestaci¨®n organizada bajo la protecci¨®n del Ej¨¦rcito ante el Ayuntamiento de la ciudad ¨¢rabe cisjordana de Ramallah. ?ldos lejos de aqu¨ª, est¨¢is en la tierra de Israel?, corcaba.
Autodefensa y expediciones de castigo
Tanto para intentar sabotear el desarrollo de unas negociaciones sobre la autonom¨ªa que podr¨ªan acarrear el desmantelamiento de todos o parte de los asentamientos, como para intimidar a los ¨¢rabes supliendo las ?deficiencias? de un Ej¨¦rcito al que no consideran en condiciones de garantizar su seguridad, los colonos han multiplicado sus expediciones de castigo y actos de vandalismo.
M¨¢s grave a¨²n: doscientos responsables de asentamientos israel¨ªes en Cisjordania y Gaza han creado una comisi¨®n de seguridad, paralela a la Administraci¨®n militar israel¨ª, cuya primera actividad ha consistido en distribuir octavillas pidiendo a los colonos que denuncien ?todo intento de rebeli¨®n, provocaci¨®n, lanzamiento de piedras o cualquier incidente por parte de la poblaci¨®n ¨¢rabe.
?Por primera vez en la historia del sionismo, aspirantes a la inmigraci¨®n en Israel -concretamente un grupo de jud¨ªos norteamericanos- aplaz¨®, a consecuencia del atentado de Hebr¨®n, su salida de Estados Unidos hasta que estemos en condiciones de garantizar su seguridad en los asentamientos. Por eso nos hemos visto obligados a tomar estas medidas?, nos dir¨¢ un colono de Yitav, asentamiento del valle del r¨ªo Jord¨¢n.
Pero hay indicios preocupantes de que para ?tornar la justicia y el orden por su cuenta? algunos colonos est¨¢n, incluso, dispuestos a armarse, creando lo que el diputado de centro-derecha Samuel Toledano denunci¨® como ?un grupo fan¨¢tico y armado que impondr¨ªa su ley en Cisjordania?.
El descubrimiento, el 12 de mayo, de un importante dep¨®sito de armas y explosivos en el desv¨¢n de un yeshiva (colegio rab¨ªnico), cerca del Muro de las Lamentaciones, fue inmediatamente relacionado con el anuncio hecho por el Gush Emunim de crear milicias privadas de autodefensa en los asentamientos.
?Qui¨¦nes son estos j¨®venes colonos que, a veces en abierto desaf¨ªo al Gobierno, a veces anticip¨¢ndose a sus decisiones y, en la mayor¨ªa de los casos, con su benepl¨¢cito -44 de los 75 asentamientos existentes en Cisjordania han sido creados bajo el Gobierno de Beguin-, se instalan en tierra ¨¢rabe para ?judeizarla? o, en el mejor de los casos, ampliar la presencia hebrea en el exterior de las ciudades ¨¢rabes? ?Somos los verdaderos sionistas?, contesta el rabino Levinger, ?decididos a reocupar la tierra de nuestros antepasados?.
M¨¢s all¨¢ de las motivaciones de ¨ªndole religiosa que animan a los militantes del Gush Emunim, la perspectiva de encontrar trabajo y, sobre todo, un alojamiento barato incita a numerosos israel¨ªes padres de familias numerosas, de condici¨®n modesta, a instalarse en la orilla occidental del r¨ªo Jord¨¢n.
Tambi¨¦n figuran entre los colonos algunos inmigrantes, en su mayor¨ªa estadounidenses, que una fe mesi¨¢nica ha impulsado a abandonar su piso de Brooklyn para vivir en casas prefabricadas al pie de las ¨¢ridas colinas de Cisjordania.
El argumento de la seguridad
La justificaci¨®n oficial israel¨ª de la intensificaci¨®n de la construcci¨®n de asentamientos se basa en su necesidad de garantizar la seguridad de Israel, precisamente en el momento en que el Estado hebreo se dispone a perder, con la autonom¨ªa, una peque?a parte de su control sobre los territorios ocupados. El r¨¦gimen de autonom¨ªa permitirla, sin embargo, a Israel seguir haci¨¦ndose cargo de la seguridad, tanto externa como interna, de Cisjordania y Gaza.
?Todas las personas de buena voluntad pueden entenderlo?, declar¨® Men¨¢jem Beguin en Washington el pasado mes de abril, al finalizar su ronda de conversaciones con el presidente norteamericano Jimmy Carter. ?Hemos desmantelado el a?o pasado?, a?ad¨ªa, ?87 c¨¦lulas de la OLP en Judea y Samaria (Cisjordania) y cuarenta en Gaza. En un solo a?o hemos registrado 122 actos de terrorismo. Los asentamientos son una barrera contra aquellos que vienen de Beirut, Damasco o Amman para matar a nuestros hijos y a nuestras mujeres?.
En el propio Gabinete de la coalici¨®n de derechos en el poder, la fundaci¨®n decolonias de poblaci¨®n jud¨ª¨¢ en Cisjordania y Gaza divide a los ministros. Ezer Weizman, ministro de Defensa dimisionario, present¨®, en parte, su renuncia ?porque Israel permanece ocupado por asuntos como los de Eilon Moreh o Hebr¨®n, que provocan nuestro aislamiento, en lugar de dedicarse a cuestiones capitales para el porvenir de nuestro pa¨ªs?.
El portavoz del Israelian Defense Forces (IDF, Ej¨¦rcito israel¨ª), Ami Gluska, insiste en la funci¨®n de seguridad que cumplen los asentamientos: ?Si se except¨²an los del valle del Jord¨¢n, en su mayor¨ªa fortificados, y de los nahals -asentamientos fundados por personal militar, pero que ser¨¢n en breve poblados por civiles-, los dem¨¢s asentamientos tienen m¨¢s bien una funci¨®n disuasoria, consistente en asegurar una presencia israel¨ª en lugares estrat¨¦gicos que impida, en caso de guerra, a la poblaci¨®n ¨¢rabe sabotear los ejes de comunicaci¨®n y transporte del Ej¨¦rcito israel¨ª?.
Sin embargo, un reciente informe elaborado por expertos norteamericanos afirmaba que ?Cisjordania -con la excepci¨®n del valle del r¨ªo Jord¨¢n- carece de importancia estrat¨¦gica para Israel?. Seg¨²n el informe revelado por el diario israel¨ª Haaretz (independiente), ?helic¨®pteros perfeccionados y bombas fabricadas con nuevos m¨¦todos tecnol¨®gicos pueden desempe?ar el mismo papel para la seguridad de Israel que los territorios cisjordanos cuyo control reivindica?.
En Israel, por lo menos tres grupos han denunciado las implicaciones pol¨ªticas y el costo econ¨®mico de los asentamientos. Para el movimiento La Paz Ahora (pacifista), el partido izquierdista Shelli y el partido comunista Rakaj, la inversi¨®n de 7.000 millones de libras (10.500 millones de pesetas) en 1980 para la construcci¨®n de asentamientos en un pa¨ªs azotado por la crisis econ¨®mica y con un aumento del costo de la vida del ciento por ciento es una aut¨¦ntica aberraci¨®n.
?Cuando en este pa¨ªs se reducen todos los presupuestos, empezando por los de los ministerios de asuntos sociales, s¨®lo se incrementan las inversiones para el desarrollo de los asentamientos?, nos dijo Felicia Langer.
Pero la mayor¨ªa de los israel¨ªes no circulan en los territorios ocupados, ignoran el costo econ¨®mico de las implantaciones y no prestan atenci¨®n a las provocaciones de los colonos y a la exasperaci¨®n de los ind¨ªgenas.
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