Festivales de m¨²sica en Madrid, la salvaci¨®n o el purgatorio
Una de las desventajas de los grandes festivales al aire libre es que, si no llenas, te arruinas. Bien es cierto que si va gente el cuerno de la abundancia no suelta frutas, sino pepitas de oro, pero esto ¨²ltimo no es normal.El s¨¢bado pasado la buena gente de El Ecologista mostraba la paradoja afirmando que el festival que deb¨ªa salvar la revista hab¨ªa acabado por hundirla. Al d¨ªa siguiente, domingo, la Joven Guardia Roja cavilaba sobre c¨®mo cubrir las estruendosas deudas que les hab¨ªa endilgado la segunda edici¨®n de su Fiesta Celta. En ninguno de los dos festivales el p¨²blico respondi¨® al m¨ªnimo exigible para cubrir gastos, y es que un tinglado de estos, que dura un pico de horas entre polvo, sudor y m¨¢s polvo, s¨®lo puede atraer a grandes masas cuando lo que se ofrece, todo lo que se ofrece, posee el suficiente gancho, con independencia de que sea mejoro peor.
El s¨¢bado, y bajo un sol tipo Lawrence de Arabia, dio comienzo con alg¨²n retraso el Festiva Antinuclear a Tope. Entre la consigna, un pelo maximalista, el calor y que los primeros iban a ser Suburbano, Luis Eduardo Aute, Luis Pastor y, el portugu¨¦s Fausto, el campo del San Blas tard¨® bastante tiempo en ofrecer un aspecto por lo menos digno en cuanto a asistencia se refiere. Suburbano y Aute hab¨ªan actuado hac¨ªa dos semanas en lo de los socialistas, Luis Pastor reaparec¨ªa en un marco poco propicio para apreciar posibles cambios, y en cuanto a Fausto, una mala disposici¨®n del escenario (de espaldas a poniente) provocaba r¨¢fagas de ceguera entre quienes intentaban verle.
Una vez que hubo pasado la parte, folkl¨®rica, sale a escena Mam¨¢ (presentados como Mama de ubre, por alguno de los animadores), uno de los grupos guapos que est¨¢ dando el resurrecto pop madrile?o. Mam¨¢ es un conjunto que lo ve bastante claro, y no s¨®lo eso, se lo hace ver claro a quienes les escuchan, hecho ¨¦ste poco habitual. El grupo suena bien (en esta ocasi¨®n, y gracias a la distribuci¨®n del equipo de sonido, s¨®lo en el centro-centro del campo), tienen un buen juego de guitarras y una voces; pop, sin caer en lo blando. Como adem¨¢s sus canciones son majas y entran r¨¢pidamente, no es raro que, fueran ellos quienes consiguieran centrar el festival.
A todo esto, la gente andaba algo mosca porque el Camar¨®n hab¨ªa dado la espantada. Pero, en fin, resignaci¨®n y a escuchar a Nacha Pop, otro grupo madrile?o que lo ve algo menos claro que Mam¨¢. No es que lo hagan mal ni que no tengan buenas canciones; sencillamente, es que, excepto en un par de ellas, tienen poca vista para quedarse con el p¨²blico. Lo suyo no es ni rock duro ni pop, no se baila bien, y de todas formas aqu¨¦l no era sitio para escuchar a gusto. Tienen un elep¨¦ grabado que puede permitir o¨ªr en mejores condiciones qu¨¦ es lo que pretenden hacer y, sobre todo, c¨®mo quieren sonar.
En realidad, para lo que hab¨ªa ido casi todo el mundo era para la orquesta Plater¨ªa, orquestina catalana que suelta mambos, boleros, rock and roll y lo que se les ponga por delante. Con una secci¨®n de vientos que da gusto (porque est¨¢ bien y porque se oyen pocas), un animador que es m¨¢s chulo que un chamberilero y una carga de trabajo y de respeto al personal de agradecer, la orquesta Plater¨ªa consigui¨® levantar a la gente sobre sus pies y aquello fue la fiesta. Poco despu¨¦s sal¨ªa Hilario Camacho, que logr¨® sentar a los alzados para comprobar poco despu¨¦s c¨®mo la gente desfilaba al son de su agradable m¨²sica. Era muy tarde y por los bloques de San Blas rebotaba su voz como una despedida. Bonito.
Al d¨ªa siguiente poca gente pag¨® para ver la Fiesta Celta, que se desarrollaba en la Casa de Campo, y que empez¨® con much¨ªsimo retraso. No pude escuchar a Dan Ar Bras ni a los Tannahill Waevers, pero s¨ª a Swansea Jack, que con sus voces galesas arrullaban la media tarde. Eran enormemente agradables, pero lo que la gente quer¨ªa era jarana. Esto se lo dio La Banda, que con sus ocurrentes juegos de palabras, sus sorprendentes presentaciones (en un tono tronquil rayano en lo falt¨®n) y sus buenas canciones lograron poner a bailar a la gente. Es una suerte que esa misma gente no cayera en que la mitad del tiempo varios instrumentos estaban fuera de tono, que los ritmos se cruzaban y otros detalles de este estilo. Se lo pasaron bien. eso es lo importante.
Babelia
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