Nuestro futuro

En nuestro pa¨ªs se ha vuelto tan normal que quien tiene un cargo ejerza sin medida su fuerza, que el abuso de poder se contempla tan naturalmente que ya nadie se preocupa de su existencia.Porque los abusos de poder est¨¢n a la orden del d¨ªa, nos vemos sorprendidos muchas veces al comporbar que, a pesar de que es manifiesta tal o cual injusticia, no hace nadie nada por evitarla, ni siquiera por disminuirla.

En pol¨ªtica observamos que continuamente las ejecutivas nacionales imponen sus criterios a las provinciales; en el deporte, las federaciones imponen tambi¨¦n sus intereses por encima de los de los clubes o delegaciones, y en todos y cada uno de los estratos y esquemas sociales, el grande domina al chico con un incre¨ªble despecho e in consciencia.

Se me dir¨¢ que es un problema de lucha de clases o de intereses contrapuestos, pero lo cierto es que la continua inexistencia de un orden l¨®gico y humano nos quita la posibilidad de llegar alg¨²n d¨ªa a conseguirlo, ya que lo que hoy todo proletario, que dir¨ªan los marxistas, intenta es dejar de serlo para convertirse en poseedor de los medios de producci¨®n. Y ello es tan evidente que, como antes dec¨ªa, a nadie extra?a. Creo que el problema es tan serio que merece la pena pensarlo un poco detenidamente. Se trata sencillamente de plantearnos cu¨¢l es nuestro futuro y cu¨¢l nuestro medio de evitar lo que seguro pensamos es nuestro futuro./