Los familiares de "el Rubio" admiten la participaci¨®n de ¨¦ste en los hechos juzgados
?Creo que a mi hijo le han pagado para que hiciera este autosecuestro y creo adem¨¢s que Eufemiano vive?, declar¨® Juan Cabrera, padre de Angel Cabrera, el Rubio, en la vista que se est¨¢ desarrollando en la Audiencia Provincial de Las Palmas contra los familiares del presunto autor del secuestro y posterior muerte del industrial tabaquero canario Eufemiano Fuentes.
Durante el interrogatorio de los tres procesados -el padre y los dos hermanos de el Rubio- qued¨® definitivamente aclarado que Angel Cabrera, declarado en rebeld¨ªa y en paradero desconocido, tuvo participaci¨®n en la desaparici¨®n del industrial, ya que su hermano Jos¨¦ Juan declar¨® reconocer la voz de Angel en las grabaciones realizadas cuando intent¨® cobrar un rescate de 900.000 d¨®lares que pidieron por tel¨¦fono los secuestradores. Su hemano Roberto, asimismo, tambi¨¦n reconoci¨® la voz de el Rubio, y su padre, Juan Cabrera, dijo durante el interrogatorio que su hijo Angel le dijo que hab¨ªa secuestrado al industrial Eufemiano Fuentes. Los procesados negaron, de todas formas, que Angel les hiciera confidencias en relaci¨®n con el secuestro antes de producirse y que hubieran colaborado con ¨¦l de alguna forma.
Los procesados denuncian torturas
Los tres procesados declararon, a preguntas de los abogados defensores, que hab¨ªan recibido malos tratos de la polic¨ªa despu¨¦s de ser detenidos. Jos¨¦ Juan afirm¨® que ?me subieron a una silla y me pusieron sobre ella de rodillas, d¨¢ndome en la planta de los pies con una vara?. A?adi¨® que en otra ocasi¨®n le sacaron de la comisar¨ªa y lo trasladaron a una finca de plataneras en las afueras de Las Palmas. ?Me dieron una pala y me dijeron que iba a cavar mi propia fosa?.Roberto Cabrera, por su parte, dijo que le obligaron a hacer un plano a ?tortazo limpio?, y que el inspector Ledesma le dijo que ?la cr¨ªa que iba a tener mi mujer, que estaba embarazada de tres meses, la iba a perder?. En este momento prorrumpi¨® en llantos, a?adiendo que ?me siento inocente y doy gracias a Dios de tener la conciencia limpia?.
Una vez concluidos los interrogatorios a los procesados, se procedi¨® a la lectura de dos diligencias de la inspecci¨®n ocular, donde los letrados defensores trataron de demostrar que no aparecen en las mismas los nombres y apellidos de cada uno de los sirvientes del chal¨¦ de la familia Fuentes en Las Meleguinas. En la diligencia de identificaci¨®n tambi¨¦n se destac¨® la existencia de un espacio en blanco tras la cita de la empleada de casa Dolores Hern¨¢ndez, as¨ª como el hecho de hecho de que tanto ¨¦sta como la esposa, hija y hermano de Eufemiano Fuentes manifestaran que la bata que llevaba puesta el d¨ªa del secuestro era marr¨®n, cuando en el auto de procesamiento se afirmaba que era azul.
Cerca de tres horas dur¨® el interrogatorio a Carlos de la Torre, hijo pol¨ªtico de Eufemiano Fuentes, quien afirm¨® enterarse del secuestro por una llamada telef¨®nica de su suegra, que en ese momento llam¨® a su abogado y a Fernando Ortiz, entonces alcalde de Las Palmas, y que a la ma?ana siguiente se present¨® en comisar¨ªa para denunciar formalmente el secuestro. A?adi¨® que d¨ªas despu¨¦s se traslad¨® a Madrid y se entrevist¨® con el entonces ministro del Interior, Mart¨ªn Villa.
Dijo tambi¨¦n que en tres ocasiones tuvieron el prop¨®sito de conectar con los secuestradores y en ninguna de ellas llevaron dinero, entre otras razones, porque no ten¨ªan constancia de que su suegro estuviese vivo. A preguntas del acusador privado, Carlos de la Torre desminti¨® que Eufemiano Fuentes hubiese hecho alg¨²n seguro de vida: ?No le gustaba invertir en cosas que no eran rentables?, afirm¨®.
A continuaci¨®n le toc¨® el turno a la defensa, declarando, a preguntas de la misma, que llevaba conviviendo con su suegro unos veinte a?os y nunca le observ¨® simpat¨ªas pol¨ªticas por grupos concretos.
En torno a la seguridad del chal¨¦ donde secuestraron al industrial, contest¨® que los dispositivos de la casa son muy normales, que las puertas permanec¨ªan abiertas todo el d¨ªa y por la noche se cerraban. A?adi¨® que el supuesto guardi¨¢n no es tal, sino un hombre que cuida de una cantonera que est¨¢ cerca de la casa, y que el hecho de que no ladraran los perros la noche del secuestro lo justific¨® diciendo que en el chal¨¦ no hab¨ªa normalmente perros, porque a su suegro no le gustaban.
De la Torre neg¨® asimismo que empresas multinacionales del tabaco quisieran comprar la f¨¢brica de Eufemiano Fuentes, y que el d¨ªa anterior al secuestro su suegro hizo jornada normal, encontr¨¢ndose muy tranquilo en la empresa.
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