Consuelo Berges: "Un traductor debe ser, ante todo, un buen escritor"
?La pasi¨®n de traducir?. Con esas palabras resum¨ªa Consuelo Berges 37 largos y espl¨¦ndidos a?os cuyo ?curriculum? est¨¢ ah¨ª: simplemente en ese Flaubert, en ese Proust, en ese Montaigne, pero sobre todo en ese Stendhal, que de la mano de la gran traductora entran, con todos sus matices, con todo su vigor, en el terreno de nuestra ling¨¹¨ªstica. Consuelo Berges pertenece a ese ramo de traductores-profundizadores de un autor determinado. En otras palabras, se enclava en lo que definir¨ªamos como la especializaci¨®n, la conexi¨®n de un alma a otra cuyo hilo conductor es la obra y cuyo instrumento es el lenguaje. Otro tanto se puede decir de Francisco Torres Oliver, secretario general hasta el presente a?o de la APTI, especialista en literatura fant¨¢stica y de terror, concretamente en Lovecraft y su c¨ªrculo.Consuelo Berges es una mujer menuda, de ojos inquietos y sensitivos. Una mujer de ochenta a?os con una incre¨ªble fuerza juvenil que despierta r¨¢pidamente con el sonido de un solo nombre: Stendhal, el gran novelista del siglo XIX. ? S¨ª, es cierto, me enardezco cuando hablo de ¨¦l, igual que cuando le traduzco o le prologo. Porque Stendhal es siempre nuevo, tiene la bibliograf¨ªa m¨¢s extensa del mundo. Todos los a?os se celebra un congreso internacional sobre ¨¦l. Sabes, los stendhalistas somos unos estupendos chalados. En el caso de Espa?a, soy la mejor y la peor stendhalista, claro est¨¢ que porque soy la ¨²nica... ?Que por qu¨¦ esta pasi¨®n m¨ªa por Stendhal? Bueno, impulsivamente te dir¨¦ que le adoro, es mi gran amor, siempre fresco, siempre por descubrir... Para m¨ª, traducir es siempre un reto maravilloso, una lucha con la palabra, y este reto cobra tintes de exaltaci¨®n cuando traduzco a Stendhal?.
Consuelo niega cualquier esquematizaci¨®n sobre la traducci¨®n, en concreto la famosa teor¨ªa de Ortega: llevar al lector al lenguaje del autor. ?Eso es una chambonada. Como dice Octavio Paz, lo literal nunca es bueno. Un traductor debe ante todo ser un buen escritor, aunque en algunos casos concretos no haya dado buenos frutos (Valle-Incl¨¢n, Enrique de Mesa). Una buena traducci¨®n no debe de ser nunca una transposici¨®n, es ya de por s¨ª un g¨¦nero literario, porque si el autor pone el alma y el hueso, el traductor pone la piel. No obstante, aunque no creo en las teor¨ªas, s¨ª hay una regla que me parece fundamental: emplear los diccionarios como auxiliares, nunca como dictadores, porque el matiz de una palabra te lo da el contexto. Por eso creo que una aguda sensibilidad sem¨¢ntica es absolutamente necesaria?.
Consuelo define el franc¨¦s como un idioma peligroso porque, en virtud de su aparente facilidad, se puede caer en lo literal, sin tener en cuenta que su sintaxis es muy diferente a la espa?ola. ??El lenguaje es una dificultad de primer orden?, explica, ?yo creo que Stendhal es tan dificil de traducir como Proust. Con el ¨²ltimo hay que rizar el rizo. Pero la dificultad del primero radica precisamente en su sencillez, esa sencillez que ¨¦l defin¨ªa como un barniz transparente. Mira, Stendhal fue duramente criticado en su ¨¦poca por Balzac, Merim¨¦e y tantos otros, yo dir¨ªa incomprendido por esta caracter¨ªstica suya que ¨¦l manifestaba con su: ?Antes de escribir, me leo el C¨®digo Civil...? Es el anti¨¦nfasis por excelencia, porque su ¨¦nfasis est¨¢ en su contenido, en esos personajes re?idos con las formas sociales que coartan la libertad de sus pasiones?. Consuelo sigue hablando, hablando apasionadamente de sus traducciones, rememorando con cari?o muchas de ellas, hablando sin cesar de su alma gemela, Stendhal... A¨²n hoy sigue revisando sus viejas traducciones: ?porque la traducci¨®n es literatura. Siempre hay algo que crear y algo que enmendar?.
F. Torres Oliver "versus" Lovecraft
Para Francisco Torres Oliver, Lovecraft y su c¨ªrculo constituyen, quiz¨¢ su gran obsesi¨®n, aunque se confiesa no encerrado en ellos. Se define como un hombre feliz en su profesi¨®n: ?Especialmente cuando se trata de una obra con la que conectas. Este verano disfrutar¨¦ much¨ªsimo traduciendo en Roma, a lo largo de un par de meses, La isla del tesoro, de Stevenson. La traduje directamente de una edici¨®n de 1889 que encontr¨¦ en una libreria de Salisbury?.
Generalmente trabaja con una previa lectura del libro y de otros que puedan aportarle material de inter¨¦s. En el caso concreto de Lovecraft y su c¨ªrculo, autores de los que ¨¦l es un verdadero erudito, afirma: ?Tengo una gran simpat¨ªa, por Lovecraft, tanto por su vida como por su obra. Le considero un fen¨®meno curioso que hoy d¨ªa goza de gran popularidad entre la juventud. En su obra subsisten muchos elementos propios de lord Dunsany y de Poe. Quiz¨¢ el principal problema a la hora de traducirlo estriba en su estilo premioso, que ¨¦l defin¨ªa como de atm¨®sfera. Utiliza acumulaciones de adjetivos adjudic¨¢ndoselos a cosas que en s¨ª no despiertan terror: roca abominable, ¨¢rbol imp¨ªo... Por otra parte, su terminolog¨ªa, las denominaciones de sus dioses, son altamente complicadas. Pero, en fin, yo te dir¨ªa que traduciendo a Lovecraft me parece recorrer los pasillos de mi casa?.
Pero si hay que agradecerle a Torres Oliver su aportaci¨®n decisiva a la difusi¨®n del g¨¦nero fant¨¢stico y de terror en nuestro pa¨ªs -en el a?o 78 qued¨® finalista del Fray Luis de Le¨®n con la novela g¨®tica Melmoth el errabundo-, como ¨¦l mismo afirma, su labor no se detiene ah¨ª. Recientemente acaba de publicar en Alianza la traducci¨®n de El amante de lady Chatterley, de D. H. Lawrence. Francisco Torres Oliver lleva traduciendo desde el 67, siendo ¨¦sta para ¨¦l una actividad que ?nunca se detiene y siempre es diferente, de ah¨ª la fascinaci¨®n que ejerce sobre m¨ª?.
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