Fuertes controles policiales y suspensi¨®n del derecho de reuni¨®n en Sur¨¢frica
Las autoridades surafricanas prohibieron ayer todo tipo de reuni¨®n pol¨ªtica y se han multiplicado los controles de polic¨ªa por todo el pa¨ªs. Estas medidas han sido tomadas justamente en v¨ªsperas del cuarto aniversario de los disturbios antirracistas de Soweto, que ocurrieron el 15 y 16 de junio de 1976 y costaron la vida a m¨¢s de seiscientas personas.
ENVIADO ESPECIAL, El primer ministro surafricano, P. W. Botha, advirti¨® el viernes en el Parlamento, al terminar el actual per¨ªodo legislativo, que se equivocan quienes menosprecian ?la determinaci¨®n del Gobierno para hacer frente al creciente radicalismo y violencia?.En un ambiente parlamentario marcadamente victoriano, que no impide a sus se?or¨ªas gritar e interrumpir a los adversarios cuando hablan, mientras las esposas de los diputados aprueban desde el piso superior a sus maridos, o algunos l¨ªderes negros contemplan los debates silenciosos, a un lado del p¨²blico invitado, el jefe del Ejecutivo previno contra los que comparan Zimbabue con Sur¨¢frica. ?Nosotros?, dijo, ?no gobernamos desde una posici¨®n de debilidad ni estamos apoyados por pusil¨¢nimes?.
Estas llamadas al orden tienen lugar en medio de una fricci¨®n racial en auge y cuando el Parlamento discute un proyecto del Gobierno para modificar la Constituci¨®n y permitir una m¨ªnima participaci¨®n de otros grupos raciales, que tanto la poblaci¨®n negra excluida como la oposici¨®n parlamentaria blanca han considerado absolutamente insuficiente.
Para conmemorar el cuarto aniversario de los sucesos de 1976 en Soweto, la poblaci¨®n negra ha decidido boicotear el trabajo a partir del lunes, lo cual aqu¨ª parece un desaf¨ªo sin precedentes. La polic¨ªa anunci¨® que est¨¢ dispuesta a hacer frente a cualquier contingencia, y en numerosas ciudades como Durban, Port Elizabeth, Johannesburgo, Pretoria, Ciudad del Cabo, se han prohibido las reuniones pol¨ªticas. Este boicoteo al trabajo se une al de las clases mantenido por los alumnos negros desde hace ya casi seis meses en demanda de una igualdad en los sistemas educacionales para blancos y negros.
Los atentados ocurridos desde primeros de a?o y el sabotaje del 1 de junio de la refiner¨ªa Sasol comienzan a crear una psicosis de terrorismo que se atribuye al comunismo internacional y que est¨¢ llevando, en aparente contradicci¨®n con las necesidades del momento, a una radicalizaci¨®n del Gobierno. La televisi¨®n muestra ¨¦stos d¨ªas im¨¢genes del despliegue militar en territorio angolano, as¨ª como los muertos del SWAPO, que seg¨²n cifras oficiales fueron m¨¢s de doscientos.
Como testimonio de esta radicalizaci¨®n, el Gobierno se propone aprobar con car¨¢cter urgente dos nuevas leyes, una llamada ley Nacional de Puntos Estrat¨¦gicos, que permitir¨¢ medidas excepcionales en relaci¨®n con instalaciones e instituciones vitales, y una nueva disposici¨®n que viene a unirse a las casi cien que limitan la libertad de Prensa, en virtud de la cual, y so pena de ser condenada a tres a?os de prisi¨®n firme, los periodistas no podr¨¢n publicar ni facilitar informaci¨®n relativa a sabotajes y terrorismo.
Las discusiones principales hoy d¨ªa entre los blancos surafricanos conciernen, sin embargo, a las enmiendas a la Constituci¨®n, propuestas que consisten esencialmente en sustituir una de las dos actuales C¨¢maras, probablemente el Senado, por un consejo presidencial en el cual tendr¨ªan cabida, por primera vez en la historia de este pa¨ªs, con car¨¢cter consultivo, representantes de los hind¨²es y gentes de color.
Sin embargo, los negros, que con dieciocho millones constituyen el 80% de la poblaci¨®n, han sido excluidos de dicho consejo al prever para ellos el Gobierno otro aparte. Los l¨ªderes negros tradicionales, en particular el jefe Gatsha Butelezi, han rechazado ambos consejos por considerarlos discriminatorios.
La oposici¨®n parlamentaria blanca representada por el partido general progresista, tambi¨¦n se opone a ello, por considerar que con esa decisi¨®n el partido nacional gobernante ha frustrado todas las expectativas de cambio concebidas al principio de este per¨ªodo legislativo.
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