Intensa preparaci¨®n ol¨ªmpica de la selecci¨®n espa?ola de baloncesto
Raimundo Saporta, m¨¢ximo responsable de las selecciones nacionales, quiere poner un empe?o especial en que el baloncesto espa?ol se tome en serio los Juegos Ol¨ªmpicos, pese a que ¨¦stos han quedado disminuidos. Quiz¨¢ precisamente por ello ,busca una clasificaci¨®n que luego quede para la historia como poco menos que inigualable.
La selecci¨®n, que actuar¨¢ en Mosc¨² sin himnos ni banderas, pero con patrocinaci¨®n comercial, sali¨® ayer para Estados Unidos, donde jugar¨¢ una serie de partidos de preparaci¨®n para afrontar con garant¨ªas el magno torneo.. Una vez m¨¢s el baloncesto se ha puesto en vanguardia del deporte espa?ol, y mientras (hasta en el f¨²tbol) hay controversias con los temas de la publicidad, la selecci¨®n tiene asegurado un contrato por el que recibir¨¢ cuarenta millones en los pr¨®ximos cuatro a?os. Dicho dinero servir¨¢ para que los internacionales no pongan el menor inconveniente ,en acudir al equipo nacional, ya que recibir¨¢n las suficientes compensaciones por hacerlo. Esto no es m¨¢s que algo que terminar¨¢n haciendo todos los equipos de todos los deportes que puedan en un par de a?os.
Ante las dificultades que los distintos Gobiernos han puesto a los comit¨¦s ol¨ªmpicos para que ¨¦stos acudieran a Mosc¨² en apoyo del boicoteo iniciado por Estados Unidos y los problemas econ¨®micos que se derivan de esto, los dirigentes de la selecci¨®n consiguieron este contrato con Turavia -agencia de viajes que patrocina al equipo espa?ol- para ?poder acudir por su cuenta? a Mosc¨². El especial empe?o hay que asociarlo, entre otras cosas, a la gran amistad que une a Raimundo Saporta con Juan Antonio Samaranch, embajador de Espa?a en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y aspirante a la presidencia del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. Es obvio que a ¨¦ste le interesa que el boicoteo no se lleve a cabo en ning¨²n caso, pero mucho menos en lo que se refiere a la representaci¨®n espa?ola.
El lunes se hizo un simulacro de presentaci¨®n oficial -la selecci¨®n ya jug¨® el preol¨ªmpico de Ginebra con el nombre comercial en los ch¨¢ndals- de este acuerdo entre la Federaci¨®n Espa?ola y Turavia.
La selecci¨®n march¨® ayer a Estados Unidos para jugar una serie de partidos. Con anterioridad estaba pensado que ¨¦stos se disputaran en Yugoslavia, pero Juan Tamames, presidente del Comit¨¦ de Actividades Internacionales, explic¨® que a ¨²ltima hora los yugoslavos hab¨ªan cancelado el compromiso, por lo que se recurri¨® a este viaje, al margen de que tambi¨¦n se jugar¨¢n otros partidos. Evidentemente hay inter¨¦s en acudir a Mosc¨² con las m¨¢ximas garant¨ªas para alcanzar cuando menos un diploma -estar entre los seis primeros-, lo que mejor¨ªa la ¨²ltima clasificaci¨®n ol¨ªmpica -s¨¦ptimo puesto en los Juegos de M¨¦xico de 1968, ya que en Munich se alcanz¨® s¨®lo el und¨¦cimo puesto -y en Montreal no se particip¨®- La misi¨®n no es demasiado dif¨ªcil debido a las ausencias que habr¨¢, empezando por Estados Unidos, el gran favorito de siempre.
Tambi¨¦n tomando la delantera a otras federaciones, la de baloncesto decidi¨® hacer part¨ªcipe de los beneficios econ¨®micos, de los que goza gracias a la firma comercial, a los clubes que aportan jugadores a la selecci¨®n, entre otras razones, porque obviamente ¨¦stos corren el riesgo de verse perjudicados por posibles lesiones de los jugadores o cualquier otra circunstancia. Hay que se?alar, curiosamente, que los clubes que no aportan selecciones tambi¨¦n quieren -seg¨²n acordaron en una reuni¨®n aprovecharse de este dinero sin que nadie acierte a comprender qu¨¦ razones tienen para dicha petici¨®n.
Espa?a estaba encuadrada en los Juegos en el grupo de Yugoslavia, Puerto Rico y Senegal. Los americanos renunciaron, y a ¨²ltima hora parece que ser¨¢ Polonia quien ocupe su sitio, ya que ning¨²n pa¨ªs americano quiso hacerlo. Por mucho que se quiera disfrazar el tema, los Juegos de Mosc¨² van tomando poco a poco car¨¢cter de ?Spartakiada?, y hoy por hoy no se debe confundir a la opini¨®n p¨²blica con el ?¨¦xito? de una buena clasificaci¨®n, pese a que los jugadores sean generosamente premiados.
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