Aquellos muchachos del "mayo franc¨¦s"

Quisiera expresar mi total acuerdo con el se?or Arias-Salgado respecto de la irracional¨ªdad de la frase del ?mayo franc¨¦s? ?seamos realistas, pidamos lo imposible?. El establishment ha convertido lo racional en irracional, y viceversa ' definiendo lo posible como lo existente. El sistema ha devastado la naturaleza. Ha convertido las vidas en objetos de administraci¨®n para tecn¨®cratas y bioingenieros, y esa administraci¨®n, en objeto de autoglorificaci¨®n para sus dirigentes. Ha utilizado su superabundante riqueza para intensificar la dominaci¨®n del hombre por el hombre y arrasar su ecosistema. Su racionalidad instrumental ha pacificado a los oprimidos y justificado a sus opresores. En un orden estable coexisten- opulencia y miseria, practic¨¢ndose el despilfarro.La raz¨®n es renuncia, obligaci¨®n, jam¨¢s pacificaci¨®n de la existencia. La libertad, sometimiento, oposici¨®n al placer, nunca autodeterminaci¨®n. El cuerpo, por ser inesencial, puede someterse al encarnizado proceso productivo.

El sistema ha hecho un fetiche de la mercanc¨ªa y un instrumento, una cosa, del hombre. Ha creado una ilusoria igualdad constitucional para mantener su discriminaci¨®n institucional -su derecho establecido-, pisoteando el derecho natural, ve la realizaci¨®n del hombre en un quim¨¦rico mundo de valores abstractos: el parado pertenece a una organizaci¨®n sociopol¨ªtica libre donde se ?respetan los derechos humanos? y donde el pueblo ? elige? su destino.

El sistema ha marginado a un 65% de la poblaci¨®n (parados, minusv¨¢lidos, toxic¨®manos, homosexuales, jubilados, psiquiatrizados, gran parte de mujeres, estudiantes y ni?os, mendigos, penalizados,etc¨¦tera) por resultar inservibles para la comercializaci¨®n de su fuerza de trabajo. Los.?funcionarios del consenso? adoctrinan, dirigen y condicionan mediante una informaci¨®n inaut¨¦ntica. En todos los pa¨ªses del sistema, una muchedumbre recelosa y agobiada repite, a modo de papagayo, las consignas de los altavoces. Aquellos mercaderes que merodeaban por los burgos se propusieron el arrogante sometimiento de la naturaleza, y lo est¨¢n consiguiendo. '

Hay, y no le quepa duda al se?or Arias-Salgado, algo imposible hoy: el hombre, la vida, como un fin en si mismos, no como cosas o instrumentos. Entiendo que eso expresaban aquellos muchachos, Marcuse, Sartre, Fromm. Descansen en paz. /