Un centenar de trabajadores en paro ocup¨® el Parlamento vasco

Viene de primera p¨¢ginaLa polic¨ªa cruz¨® la calzada persiguiendo a los trabajadores por las escaleras de acceso al sal¨®n de plenos. Los polic¨ªas cargaron utilizando porras y las culatas de sus armas, ocasionando los primeros heridos, en general con contusiones, salvo algunos que sufrieron heridas de cierta entidad en la cabeza.

Mientras tanto, desbordando al servicio de orden de la diputaci¨®n, muchos de los trabajadores, que segu¨ªan penetrando en el edificio, irrump¨ªan en el sal¨®n donde estaba a punto de iniciarse el Pleno del Parlamento.

La entrada se produjo en un clima de enorme excitaci¨®n, con gritos como ?traidores, vosotros les hab¨¦is llamado? y otros similares. En medio del desconcierto general, varios trabajadores llegaron hasta la mesa presidencial, desde la que Juan Jos¨¦ Pujana intent¨® in¨²tilmente imponer la calma. Los trabajadores ocuparon los escalos, se sub¨ªeron sobre los pupitres de sus se?or¨ªas, empujaron a ¨¦stas, gritaron. Los parlamentarios, desconcertados, se replegaron. Tan s¨®lo el ex lendakari Jes¨²s Mar¨ªa de Leizaola, aparentemente muy calmado, intent¨® dialogar con los trabajadores, a los que pidi¨® tranquilidad. Fue en este preciso momento cuando irrumpieron, por una puerta lateral, tres agentes de polic¨ªa, que trataron de desalojar a los manifestantes situados en esa parte de la estancia. Al resistirse uno de los trabajadores a salir, fue rerietidamente golpeado, todav¨ªa dentro de la sala, mientras arreciaban, los gritos de ?Polic¨ªa asesina?, que acompa?aron a los miembros de las FOP hasta que estos abandonaron el lugar. La tensi¨®n alcanz¨® en esos momentos sus cotas m,¨¢ximas.

Un portavoz de los ocupaiites logr¨®, sin embargo, no sin dificultades, hacerse orr poco despu¨¦s, para pedir al Gobierno que explicara por qu¨¦, tras siete meses de papeleo y promesas contintias, nuestra f¨¢brica sigue cerrada?. Garaikoetxea, p¨¢lido y tenso, pero con voz bastante segura, explic¨®, entre continuas interrupciones, la actitud de su Gobierno ante el conflicto, expresando paralelamente, tras recordar la falta de competencias reales de su Gobierno, su consternaci¨®n por la actuaci¨®n de las FOP y prometiendo una investigaci¨®n sobre la misma.

El consejero de Industria, Javier Garc¨ªa Egocheaga, fue forzado a explicar su actuaci¨®n respecto a Nervacero, al igual que lo ser¨ªa, m¨¢s tarde, el titular de la cartera de Trabajo, Mario Fern¨¢ndez. Ambos vinieron a decir que la responsabilidad en el retraso de la soluci¨®n del problema escap¨® hace tiempo de las manos de la Administraci¨®n aut¨®noma y que resid¨ªa en la actualidad en el Banco de Cr¨¦dito Industrial y la familia Arbulu, poseedora de la mayor¨ªa de las accioness que, al parecer, se niega a ceder, pese a ser esta una de las condiciones impuestas por el Estado para dar luz verde definitiva a los cr¨¦ditos solicitados.

El tema de la intervenci¨®n de la polic¨ªa fue nuevamente suscitado: ?No nos iremos mientras las FOP sigan en la puerta?, dijo uno de los portavoces de los trabajadores, quienes respondieron con una ovaci¨®n. Tras una intervenci¨®n del diputado general, que se comprometi¨® a telefonear al gobernador para pedirle que retirara a las FOP, fue el propio Garaikoetxea quien se ofreci¨® al solicitar directamente del oficial responsable de dichas fuerzas su retirada. El presidente, escoltado por varios trabajadores, baj¨® a la calle y convers¨® durante unos segundos con el oficial, quien aparentem.ente accedi¨® a la petici¨®n, lo que subray¨® con repetidos signos afirmativos con la cabeza.

La retirida efectiva no se producir¨ªa, sin embargo, hasta casi media hora despu¨¦s. Interpelado nuevamente Garaikoetxea sobre este punto, el lendakari explic¨®: ?Yo he pedido que se vayan y, o bien ya se han ido, o bien vosotros sois los mejores testigos de que las FOP no nos obedecen, y por tanto no se nos puede pedir responsabil¨ªdades sobre este tema concreto?.

El gobernador civil de Vizcaya informar¨ªa a EL PAIS a este respecto horas despu¨¦s, que la presencia de la Polic¨ªa Nacional frente al Palacio de la Diputaci¨®n obedec¨ªa a una solicitud hecha previamente por un diputado nacionalista en nombre de la corporaci¨®n provincial. Indic¨® tambi¨¦n que media hora antes de iniciarse el Pleno del Parlamento (cuatro y media de la tarde) el consejero del Interior del Gobierno vasco, Luis Mar¨ªa Retolaza, le hab¨ªa telefoneado para pedirle que la polic¨ªa impidiera el acces¨® a la diputaci¨®n de los trabajadores de Nervaceros si ¨¦stos, como se rumoreaba, intentaban entrar al interior del edificio foral. Afirm¨® el gobernador civil de Vizcaya que nuevamente recibi¨® una llamada del consejero del Interior pidiendo que la polic¨ªa desalojara a los trabajadores de Nervacero, que hab¨ªan ocupado ya la sala de plenos de la diputaci¨®n.

La retirada efectiva se produc¨ªa hacia las seis y cuarto de la tarde, tras una nueva mediaci¨®n, en este caso de los tres l¨ªderes de la izquierda, Txiki Benegas, Mario Onaind¨ªa y Roberto Lertxundi, que se dirigieron al Gobierno Civil para reiterar la solicitud anterior.

A las siete de la tarde se inici¨® una reuni¨®n de la Junta de Portavoces y a las nueve de la noche los trabajadores aprobaron un comunicado acordando mantenerse en el edificio, ocup¨¢ndolo hasta que Gobierno y Parlamento les dieran una respuesta concreta a sus peticiones.