Victoria de la coalici¨®n centroizquierdista UDP, de Siles Zuazo, en las elecciones bolivianas
El Congreso deber¨¢ decidir qui¨¦n va a ser el nuevo presidente de Bolivia. Como se esperaba, ninguno de los candidatos principales ha alcanzado en las elecciones del domingo la mitad m¨¢s uno de los votos exigidos por la Constituci¨®n. Los resultados parciales apuntan, sin embargo, a una polarizaci¨®n del voto izquierda-derecha y a un claro triunfo del frente centroizquierdista Unidad Democr¨¢tica y Popular (UDP), de Hern¨¢n Siles Zuazo, que supera el 34%.
Cuando van escrutados algo m¨¢s de 800.000 votos, de un total de dos millones, se puede hablar ya de sorpresas importantes Cri el cuadro pol¨ªtico boliviano: clara concentraci¨®n de votos en las opciones izquierdistas, UDP y Partido Socialista, unida a un importante reforzamiento de la derecha m¨¢s abierta, representada por el general Hugo B¨¢nzer, que obtiene el 20% de los sufragios.
Retroceso de Paz Estensoro
Esta polarizaci¨®n del voto se produce a costa de un acusado descenso de la franja centr-oderechista, encarnada por V¨ªctor Paz Estensoro, que, seg¨²n los pri Ineros datos, baja del 31% que consigui¨® en 1979 a un 15%. Aunque los resultados de las regiones campesinas pueden modlficar sustancialmente algunos porcentajes, el aparente derrumbe del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de V¨ªctor Paz pone un punto de drarriatismo al intervalo pol¨ªtico que ha de concluir el 6 de agosto.
Para las fuerzas armadas bolivianas no haj:ir¨ªa peor combinaci¨®n ganadora que la formada por Siles Zuazo, sobre el que pesa un virtual ?veto? castrense, y Quiroga Santa Cruz, l¨ªder del Partido Socialista-1 y promotor del juicio de responsabilidades coritra el general B¨¢nzer, que el Ej¨¦rcito boliviano considera un proceso contra el conjunto de la instituci¨®n armada. La irrupci¨®n del Partido Socialista- 1, con un 12% de los votos (4% en 1979), el desplome inicial del pazestensorismo, vinculado al maniobras golpistas con el coronel Alberto Natusch, y el ascenso en flecha del general Hugo B¨¢nzer son los elementos decisivos de los comicios, que transcurrieron con casi total normalidad en todo el pa¨ªs. Bolivia fue el domingo un pa¨ªs muerto, sin transporte, vigilado por m¨¢s de 10.000 polic¨ªas.
B¨¢nzer, euf¨®rico
No hay todav¨ªa comentarios militares autorizados a estos resultados parciales y oficiosos. Un B¨¢nzer euf¨®rico, sin embargo, declaraba anoche a un grupo de periodistas extranjeros que su partido, Alianza Democr¨¢tica Nacionalista (ADN), se ha constituido en ?primera fuerza? del pa¨ªs. ADN ha subido de un 12 a un 20%, y para el ex dictador boliviano estos resultados parciales ?ponen en rnanos de mi partido la responsabilidad de deferider el anhelo popular de vivir en paz, orden y trabajo?. El impetuoso candidato de ADN a?adi¨® que es partidario de una democracia ?a la boliviana?, y que en el futuro Gobierno tiene que haber un puesto para las fuerzas armadas.
Anunciado a bombo y platillo, el c¨®mputo electr¨®nico de resultados, gran novedad electoral, ha fallado en muchas provincias. El escrutinio discurre lentamente por el habitual sis.tema de las sumas kilom¨¦tricas, y la Junta Electoral Nacional no espera estar en condiciones de proporcionar datos m¨¢s o menos inamovibles hasta mediados de semana. Las estirriaciones provienen del gran despliegue efectuado por las emisoras de radio, que han tejido una red electoral de gran eficacia.
Bolivia recupera hoy su pulso, despu¨¦s de unasiornadas de ?ley seca?, cierres comerciales y par¨¢lisis ciudadana. Los ¨²nicos signos de vida en las ciudades fueron las colas que formaron el domingo los votantes antes de recogerse de nuevo en sus casas.
Ni la media docena de atentados explosivos simb¨®licos que se repartieron por provincia, ni los leves incidentes electorales justificaron la psicosis de miedo que predominaba la v¨ªspera.
La especulaci¨®n pol¨ªtica ha comenzado. La izquierda ve en el horizonte una alianza parlamentaria Siles-Quiroga, que podr¨ªa superar el 50% con ayuda de alguno de los partidos minoritarios situados en ese espectro. La derecha conf¨ªa en una recuperaci¨®n de Paz Estensoro a trav¨¦s del voto campesino y en un pacto con el general B¨¢nzer y peque?os grupos a su derecha. Todos piensan que la ¨²ltima palabra van a tenerla, de nuevo, los militares.
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