Hoy se inicia el congreso de los socialistas catalanes bajo el signo de la bipolarizaci¨®n
Miembros de la ejecutiva adscritos a cada una de las dos grandes tendencias que se reparten el poder, la del antiguo PSOE catal¨¢n y la del antiguo PSC (Congr¨¦s), expusieron a este diario sus enfoques divergentes respecto al congreso en ciernesLos del antiguo PSOE afirman poseer un 45% de las delegaciones. A sus principales antagonistas les atribuyen un 46%. Un 6% corresponder¨ªa, seg¨²n estas fuentes, a la corriente de extrema izquierda de Didac Fabregu¨¦s (antiguo secretario general de la Organizaci¨®n de la Izquierda Comunista), y el 3% restante lo califican de ?indeciso?.
La tendencia del ex PSC-C -denominada tambi¨¦n ?obiolista?, por dirigirla Josep Mar¨ªa (Raimon) Obiols- se atribuye un 61% de las delegaciones, concede un 34% a la tendencia del ex PSOE y un 5% a la de Fabregu¨¦s,
Las diferencias entre unos y otros son b¨¢sicas y agravadas por todo tipo de enfrentamientos. El colectivo procedente del PSOE propugna un nuevo pacto entre las dos principales tendencias, de modo que el congreso no sea de enfrentamiento. Afirma que es imposible, dado el estado de escasa compenetraci¨®n entre los dos colectivos b¨¢sicos originarios, el plantear una din¨¢mica de mayor¨ªas y minor¨ªas. Su gran fuerza reside en la UGT de Catalu?a. De hecho, la tendencia recibe tambi¨¦n el nombre de PSOE-UGT. Su principal dirigente es Carlos Cigarr¨¢n, actual secretario de organizaci¨®n del partido.
La tendencia ?obiolista? considera que ?hay que ir al congreso y ver qui¨¦n tiene la mayor¨ªa y qui¨¦n es la minor¨ªa. Los pactos pueden venir despu¨¦s del congreso y cuando est¨¦ clara la fuerza de cada sector o tendencia?. Acusan a sus antagonistas de buscar un pacto previo para hallar una ejecutiva entrante, formada sobre la base de mitad y mitad. Conf¨ªan en que la UGT no tendr¨¢ una posici¨®n muy beligerante.
Las dos piedras de toque iniciales del congreso ser¨¢n las votaciones de la pol¨ªtica seguida por la ejecutiva y el papel que corresponder¨¢ en la nueva direcci¨®n a Carlos Cigarr¨¢n. Los ?obiolistas? manifiestan que ellos votar¨¢n en favor de la gesti¨®n de la direcci¨®n saliente, pese a reconocer sus enormes deficiencias y el desastroso papel de Revent¨®s. En cambio, la tendencia del PSOE-UGT evita pronunciarse sobre este punto, si antes no hay un acuerdo precongresual (que, desde luego, ser¨ªa de muy ¨²ltimo momento). Esta tendencia afirma que, de querer relevar a Cigarr¨¢n de su cargo, ellos pueden presentar un nuevo candidato a primer secretario -que ser¨ªa derrotado- y automarginarse de la nueva direcci¨®n.
Los ?obiolistas? consideran innegociable la continuidad de Cigarr¨¢n en su cargo de secretario de organizaci¨®n, Manifiestan que, en todo caso, podr¨ªa pasar a ocupar la secretaria de acci¨®n sindical. Esta alternativa es rechazada de plano por sus antagonistas, quienes preconizan su continuidad en el cargo.
Una y otra tendencia se acusan mutuamente de no ser homog¨¦neas. Por parte de Obiols y sus seguidores, se alude a los pocos antiguos dirigentes del ex PSOE -b¨¢sicamente Francisco Ramos-, que pueden votar con ellos. Por el lado del ex PSOE se distingue entre Obiols y los ?barones? -Eduardo Mart¨ªn, Lluis Armet, Narcis Serra- del ex PSC-C, cuya fidelidad a Obiols la consideran relativa. Pero la gran arma del ex PSOE es la UGT, donde su predominio -tras el ¨²ltimo congreso y despu¨¦s de algunas exclusiones- es total y absoluto. Desde el sindicato socialista, el trabajo de hostigamiento que podr¨ªan llevara cabo contra los ?obiolistas? ser¨ªa de primera magnitud.
Partido dividido en dos
No se trata solamente de un enfrentamiento entresectores dirigentes. Las reuniones precongresuales de las agrupaciones de base han mostrado un partido dividido en dos. Tanto es as¨ª, que dentro de cada, mitad hay los diferentes matices, m¨¢s a la derecha o m¨¢s a la izquierda, que son propios de todo partido democr¨¢tico.
Como tel¨®n de fondo, aparece el enfrentamiento entre catalanes de nacimiento e inmigrantes. Es una verdad de perogrullo afirmar que, casi mim¨¦ticamente, el PSC-C es a los primeros lo que el PSOE a los segundos, con todas las distinciones sociol¨®gicas que se quiera (el votante que ven en el PSC-PSOE al PSOE es m¨¢s pobre, menos culturizado y sin radicalismos verbales, as¨ª como superior en n¨²mero al que vota al PSC-PSOE por identificarse con lo que fue el PSC-C).
La tendencia UGT-PSOE preconiza un partido de masas. La del PSC-C, un partido de cuadros. Los primeros se refieren sistem¨¢ticamente a la ?solidaridad? entre los pueblos,de Espa?a. Los segundos, si bien en grado escaso y decreciente, recuerdan su pasado m¨¢s o menos catalanista. De ah¨ª surgen las expectativas de los partidos que, por un lado y por otro, esperan poder continuar benefici¨¢ndose de las p¨¦rdidas de votos de los socialistas. Se trata de Esquerra Republicana de Catalunya y del PSA, que ya se beneficiaron del desconcierto socialista en las ¨²ltimas elecciones, mientras todo indica que en el futuro pueden obtener mejores provechos.
Los dirigentes de ambas tendencias coinciden en un punto: la mala gesti¨®n personal de Revent¨®s. Dirigentes de ambas tendencias coincidieron en dudar entre si Revent¨®s se entera de los problemas, pero lo disimula, o bien simplemente no se entera ni aquello es evidente y moneda corriente dentro del partido. As¨ª, jam¨¢s ha comentado el funcionamiento de su partido, pasado en unas ?coordinadoras de tendencia? que pactan entre s¨ª, al margen de la direcci¨®n, como explic¨® extensamente este diario hace ya meses.
Pero nadie se atrever¨¢ a solicitar la susti tuci¨®n de Revent¨®s, pese a la coincidencia en tal necesidad. Las dos grandes tendencias consultadas afirman que ?los actuales problemas internos son tan graves que no permiten su sustituci¨®n, pese a que ¨¦l sea el principal responsable?. En s¨ªntesis, hay coincidencia en que su suerte est¨¢ echada, pero su escasa beligerancia personal permite que los grandes temas se resuelvan sin que su persona preocupe, y al mismo tiempo dando una imagen exterior de continuidad y tranquilidad.
Revent¨®s pertenece a una de las familias m¨¢s ricas de Catalu?a. El ¨²nico temor que produce su persona entre la gran burgues¨ªa catalana es el debido a su falta de energ¨ªa. En cambio, los sectores obreros de UGT tienen otro tipo de temor y recuerdan c¨®mo, por ejemplo, fue consejero, por patrimonio propio, de la primera empresa espa?ola del sector agr¨ªcola, la Compa?¨ªa de Industrias Agr¨ªcolas, cargo que tambi¨¦n desempe?aron Luis Coronel de Palma y Federico Silva Mu?oz. Todo ello bajo el franquismo y con la paradoja de ya ser militante socialista.
En sus inicios, los enfrentamientos entre las dos grandes tendencias guardaban unas leves formas en el plano ideol¨®gico. Ahora ni eso. As¨ª, en el pasado, los ?obiolistas? hablaban del Frente de los Trabajadores, como hipot¨¦tica f¨®rmula frentepopulista puesta al d¨ªa, mientras evitaban enfrentamientos con el PSUC y CC OO. Paralelamente, la tendencia ex PSOE pon¨ªa especial hincapi¨¦ en ?la autonom¨ªa del proyecto socialista?, f¨®rmula ajena a unitarismos, y no evitaban en absoluto el poner de relieve sus discrepancias con la opci¨®n comunista. Todo ello pertenece al pasado. Si queda algo de car¨¢cter ideol¨®gico en los antagonismos, es ya s¨®lo a nivel de matiz y con escasas garant¨ªas de que dicho matiz no sea otra cosa que una pirueta verbal.
Falta un proyecto autot¨®ctono
Los dramas internos de los socialistas han ido paralelos a los de su proyecci¨®n social y electoral. Destaca, en primer lugar, la falta de un proyecto socialista aut¨®ctono. De ah¨ª que el socialismo catal¨¢n, nutrido por un voto de aluvi¨®n en junio de 1977, no despierte entusiasmo en ning¨²n sector o estamento social. De la misma manera que el PSUC y Convergencia tienen sendos n¨²cleos sociales que siempre les ser¨¢n fieles, con el socialismo catal¨¢n este n¨²cleo de total fidelidad electoral no es visible. Si la dicotom¨ªa interna puede permitir flujos y reflujos, recu¨¦rdese, por ejemplo sintom¨¢tico, el plantel de intelectuales con que cont¨® en sus inicios y su total evaporaci¨®n posterior.
Otro ejemplo de ello: en ocasi¨®n de la elecci¨®n del presidente del Parlamento catal¨¢n, los comunistas y UCD coincid¨ªan en que el presidente del legislativo auton¨®mico deb¨ªa ser un socialista. Eduardo Punset se pronunci¨® formalmente en este sentido. La victoria era, pues, segura, pero los socialistas sirriplemente rehusaron. Prefirieron reproducir la situaci¨®n existente a nivel estatal -de ah¨ª que aceptaran una vicepresidencia del Parlamento, para as¨ª evitarse el tener que ser demasiado originales. Tanto Punset, preconizador de la idea, como los comunistas, a¨²n no salen de su asombro ante el rechazo de un poder tan trascendente por parte de un partido que, como todos, se supone que desea alcanzar el poder pol¨ªtico
Ninguna de las tendencias internas ofrece argumentos profundos en contra de este evidente deslizamiento del socialismo hacia un segundo plano, en Catalu?a. Confesadamente o no, seg¨²n el d¨ªa, ponen su destino en manos de la trayectoria general del socialismo espa?ol. Ya no hablan de originalidad socialista catalana. Catalu?a ya no puede ser -como cre¨ªan en 1977- una zona deexperimentaci¨®n para la alternativa socialista, que un d¨ªa u otro puede llegar al conjunto de Espa?a.
Frente a todo este conjunto, la direcci¨®n estatal del PSOE ha sido de una exquisita prudencia. ?Cualquiera se mete en el tema del PSC-PSOE?, afirm¨® un diputado socialista no catal¨¢n, ?ya tenemos bastante con ver c¨®mo Cigarr¨¢n y Obiols se enfrentan en el seno de la ejecutiva federal del PSOE. Si nos meti¨¦ramos en sus temas podr¨ªa resultar que nos cargaran el muerto de sus enfrentamientos?.
En este marco general, el socialismo catal¨¢n saldr¨¢ de su inminente congreso m¨¢s o menos dividido, m¨¢s o menos renovado. Pero, sin duda, no saldr¨¢ unido, ni tampoco con un secretario general al frente que le lleve por caminos propios.
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