?Bonjour?, se?or Barre
(...) El se?or Barre, que viene acompa?ado de varios ministros de su Gabinete, pero que, extra?amente, no trae consigo a su ministro del Interior -con lo cual todo parece indicar que los temas de terrorismo o los trata ¨¦l en exclusiva o no piensa tratarlos-, tendr¨¢ que reconocer que Espa?a no puede ser el aliviadero de los problemas franceses y que la conducta democr¨¢tica del Estado espa?ol ya no consiente unas relaciones de superior a inferior, sino de igual a igual.Esta claridad, creemos, debe ser la t¨®nica de las conversaciones del presidente Su¨¢rez con su colega franc¨¦s. Son temas profundos y preocupantes. Francia, que apost¨® por la democracia espa?ola, no puede ahora, s¨®lo en raz¨®n de sus propios intereses -y contra los nuestros-, frenar la natural fuerza competitiva de los productos espa?oles ni las l¨®gicas aspiraciones que Europa nos reconoce como v¨¢lidas. Sobre todo, las explicaciones del se?or Barre tendr¨¢n que formularse desde una perspectiva de objetivos e intereses comunes, propios de dos pueblos vecinos y llamados a entenderse. Lo dem¨¢s, las buenas palabras sin garant¨ªas, pertenece a una diplomacia trasnochada y sin inter¨¦s.
Centr¨¢ndonos en el tema m¨¢s profundo, el de la oposici¨®n francesa a la entrada de Espa?a en la Comunidad Europea -oposici¨®n basada puramente en motivos econ¨®micos-, hay que decir que se presenta ya con matices distintos; d¨ªas antes de la famosa ?pausa? impuesta por el presidente franc¨¦s, despu¨¦s negada por el propio Giscard, el l¨ªder socialista Mitterrand afirmaba que ?previamente a la entrada de Espa?a hab¨ªan de quedar totalmente asegurados y plenamente defendidos los intereses de la agricultura francesa?. Gobierno y oposici¨®n coinciden, pues, en Francia en condicionar el ingreso espa?ol en la Comunidad Europea a que ¨¦ste no cause la m¨¢s m¨ªnima molestia a los sagrados intereses de Francia, lo cual, en un plano de realismo econ¨®mico, parece imposible. (...)
(...) Es cierto que, la Comunidad pasa poruna seria crisis. Es seguro que sin una reforma de su sistema de ingresos y obtenci¨®n de recursos y sin cambios profundos en su pol¨ªtica agr¨ªcola, dif¨ªcilmente podr¨¢ subsistir. Las negociaciones de Espa?a, en buena l¨®gica, est¨¢n faltas de unos cauces seguros, de una normativa que aclare perfectamente las condiciones del ingreso.( ... )
3 de julio
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