Las relaciones Este-Oeste dominar¨¢n la campa?a electoral alemana
El Parlamento de la Rep¨²blica Federal de Alemania (Bundestag) clausur¨® ayer su octava legislatura y ya no volver¨¢ a abrir sus puertas hasta despu¨¦s de las elecciones del pr¨®ximo 5 de octubre. El Consejo Federal (Bundesrat) celebrar¨¢ todav¨ªa una sesi¨®n antes de la mitad de julio. Con la suspensi¨®n veraniega de las funciones parlamentarias se abre, de hecho, la campa?a electoral, por otra parte en marcha ya desde la elecci¨®n por la Uni¨®n Cristiano-Dem¨®crata de Franz Josef Strauss como rival de Helmut Schmidt en la lucha por la canciller¨ªa. Tema dominante de esta campa?a ser¨¢ la distensi¨®n Este-Oeste.Ambos contendientes se enfrentaron el jueves, por ¨²ltima vez, en el Bundestag, con ocasi¨®n de la declaraci¨®n de Gobierno de Schmidt sobre su viaje a Mosc¨². Hoy por hoy no parece probable que ambos pol¨ªticos vayan a someterse a la prueba definitiva de una discusi¨®n p¨²blica ante las c¨¢maras de televisi¨®n. Eso han dicho los directores de las dos cadenas televisivas de la RFA. Sin embargo, el candidato del CDU-CSU, el b¨¢varo Strauss, advirti¨® hace unos d¨ªas que si el primer canal (ARD) se empe?aba en dedicar un espacio extraordinario al canciller Schmidt con ocasi¨®n de su viaje a Mosc¨², ¨¦l har¨ªa todo lo posible para que la Radiotelevisi¨®n B¨¢vara (BR) abandonase este organismo de derecho p¨²blico que es el primer programa.
Lo cierto es que la ARD dedic¨® al viaje un programa extra de un cuarto de hora largo. Queda por ver si Strauss cumple su amenaza. Sin embargo, la imagen del aspirante conservador a la canciller¨ªa qued¨® muy desdibujada en su larga respuesta a Helmut Schmidt en el Bundestag el pasado jueves. Un diario comentaba ayer: ?Qu¨¦ l¨¢stima que en esta ocasi¨®n Schmidt y Strauss se hayan dejado llevar de sus intereses electoralistas?.
Y no fue para menos. Si Helmut Schmidt trat¨® de ensamblar su ?¨¦xito? de Mosc¨² en un esquema global de su pol¨ªtica durante los ¨²ltimos cuatro a?os, F. J. Strauss a¨²n fue m¨¢s expeditivo. Incluso diarios poco sospechosos de minar el terreno a la opci¨®n que representa Strauss han criticado que ¨¦ste recurriese a comparaciones sospechosas de demagogia, como el s¨ªmil trazado entre Schmidt en Mosc¨² y Chamberlain y Daladier en Munich en 1938.
Resulte a la postre positiva o no la oferta sovi¨¦tica de negociaciones, nadie duda aqu¨ª de que Schmidt ha puesto en marcha un mecanismo en el que tambi¨¦n los norteamericanos desean tomar parte.
Schmidt tiene a¨²n en la rec¨¢mara dos ?proyectiles?: la visita de Giscard d'Estaing y el viaje del propio Schmidt a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. Este ¨²ltimo viaje se ha visto muy favorecido por el encuentro Breznev-Schmidt a principio de esta semana.
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